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—Entonces, ¿qué hicieron allí? —preguntó Astrid sonriente, sentada en el sofá—. Cuéntamelo todo y luego me ayudas a decidir qué usar para una fiesta esta noche a la que me invitaron.
Saorise acababa de regresar de su fin de semana a la playa, todo había sido perfecto. Los días junto a los chicos del cast riendo por cualquier tontería, las noches durmiendo junto a Maddie y a veces haciendo más cosas que tan sólo dormir, el sonido del mar y los visajes de luna, el estar alejada de los medios que tanto la sofocaban por un rato. Todo había sido perfecto, muy en el fondo ella también lo estaba necesitando.
—No habría mucho qué decir, fue sencillo —contestó Saorise, restándole importancia—. Todo fue súper relajante, los chicos y yo nos divertimos mucho, Maddie pudo calmarse todo lo que necesitaba. Eso fue todo, un fin de semana tranquilo.
—¿Segura que es todo? —cuestionó Astrid en una observación perspicaz—. No eres del tipo que usa cuello de tortuga y no creo que hayas comenzado a hacerlo en la playa sólo porque se te ocurrió la idea y ya.
—Bueno...
Cierto rubor se esparció por las mejillas de la menor, a lo que la mayor sólo rió.
—¿Pensabas que no me iba a dar cuenta? —preguntó Astrid—. Soy tu hermana, te conozco, además de que lo extraño hubiese sido que no sucediera nada. ¿Qué tal estuvo eso? ¿Fuíste pasiva o activa?
—Estuvo muy, muy bien y... —cayó tarde en esa última pregunta—. ¡Astrid, esas cosas no se preguntan!
—¿No?
—¡No, es incómodo!
Probablemente por parte de otra persona se hubiese incomodado mucho más, pero sólo porque era su hermana prefirió relajarse y reírse. Sabía que no lo hacía con otra intención más allá que la curiosidad.
—Perdón, no tenía idea de que lo fuese —explicó sonriendo, tratando de ser amable—. Entonces, ¿finalmente todo bien? ¿Ningún problema de ningún tipo?
—¿No es obvio con lo que acabo de decir?
—Mi querida hermana koala, mi dulce hermana koala —dijo usando un apodo que se decían cuando eran niñas mientras acariciaba su cabello—. Por experiencias pasadas, decir "oh, tuvimos sexo" no siempre significa que todo está bien, así que eso no contesta mi pregunta. ¿Segura que todo va bien? ¿Se comporta bien contigo? ¿Buena comunicación? ¿Qué está sucediendo ahora mismo? Sé que no eres del tiempo que cuenta todo lo que pasa por su cabeza, sí no quieres hablar de nada de esto está bien, tan sólo quiero asegurarme de que a mi hermanita no le rompan el corazón el corazón de nuevo.
Saorise sonrió, sabiendo bastante bien por qué Astrid le hacía tantas preguntas. Aunque la mayor no quisiera admitirlo, desde muy pequeña la sobreprotegía para que nadie le hiciera daño, algunas veces metiéndola en una bola de cristal para que no le rompieran de formas que ya por experiencia Astrid sabía que dolían.
