Prólogo

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 Así empezó todo...

—¡Señor! Nos atacan.

La frase no es necesaria, ya todos saben que el mundo se está derrumbando a su alrededor. De entre todas las deidades existentes han sido los elegidos para proteger una especie en extinción, una especie que puede ser la clave para que muchos vuelvan a ostentar el poder que antaño poseyeron.

—Todo se está ejecutando de acuerdo con el plan —recuerda y mira sus manos ya mortales antes de girarse para enfrentarse a la mesa llena de antiguos dioses que lo miran preocupados—. Abandonaremos la ciudad y nos esconderemos por el mundo. ¿Están listas las llaves?

Siete jóvenes se levantan de las sillas que hay alrededor de la mesa redonda que ocupa parte del lugar y alzan sus llaves.

—¿Las almas?

Recibe un asentimiento de nuevo y sonríe a los gemelos que abrazan las vasijas con las almas como si fueran su juguete favorito al tiempo que se chupan el dedo como los niños que son todavía.

—Algún día volveremos —declara a su preocupada audiencia—. Ahora, vayamos a escondernos.

Más tarde se les conocería como los Caídos entre los demás dioses y serían apenas un borrón en la memoria de los mortales.

Y así, mezclados con los humanos, vivieron y murieron. Hasta ahora...

Herederos de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora