Al tiempo que mi mejor amiga se muere, escucho un grito de dolor que viene de arriba. Rápida y de un salto, mi cabeza atraviesa el techo y descubro a Calíope que se retuerce sobre si misma mientras la gente alrededor la mira sin saber cómo reaccionar. Poco a poco un brillo rojo la envuelve hasta ocultarla por completo como hace pocos segundos ha pasado con el corazón de Alana.
Se escucha una especie de graznido y de repente, una paloma blanca con las alas extendidas aparece de la luz y se posa en el suelo. Gorjea y da dos pasos antes de convertirse en un pequeño niño pelirrojo de unos tres años con el collar de Alana en el cuello.
Y entonces, en vez de llorar como hacen muchos niños al nacer, él se ríe.
Aguzo el oído: todo ruido de lucha y pelea ha desaparecido de repente. No tengo que ir a las murallas para saber que los dioses han guardado las armas, se han dado la mano y han vuelto a sus hogares, olvidada la historia para siempre.
Y cuando bajo de nuevo es para ver que la estatua, una vez cumplido su cometido, se disuelve en el aire dejando un corazón de rubí en su lugar.
Pegada al techo observo cómo Hunter se adelanta para recoger el corazón y lo coloca en su pecho, en su lado izquierdo. Apenas si me atrevo a moverme mientras el corazón de rubí se pone a brillar y empieza a desaparecer en el interior de Hunter. Pienso que está pasando algo malo cuando Hunter sonríe y se agacha para alzar a Alana. Veo en silencio como acerca sus labios a los de ella.
—Sé que es demasiado pronto y al mismo tiempo demasiado tarde, pero... te quiero —casi no escucho la declaración de amor antes de que la selle con un beso.
Abro la boca alucinada cuando ambos se empiezan a convertir en piedra, sus cuerpos en un eterno abrazo y sus labios unidos en un para siempre. Sus cuerpos van perdiendo el color, adquiriendo un tono marmoleo que les va solidificando desde los pies hasta la cabeza
Y así, donde antes había una estatua de un antiguo genio, ahora solo queda la estatua de mi mejor amiga muerta. Un romántico diría que es la estatua del amor verdadero o algo así. Pero cuando la estatua es tu mejor amiga... entonces es la estatua de tu mejor amiga muerta.
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De nuevo arriba observo que no todos los dioses se han marchado. Algunos charlan con los foráneos, dándoles consejos y compartiendo su experiencia milenaria.
—Podréis seguir volviendo al mundo en vuestro cuerpo mientras vuestra vida mortal no desaparezca de vuestro interior, yo lo aprovecharía, porque después solo puedes ir con los humanos poseyendo a alguno. Eso a menos que seas súper poderoso. No todos podéis ser como el gran Júpiter —tardo apenas un par de segundos en darme cuenta de que habla en tercera persona de sí mismo—. Por supuesto existen excepciones, como en el caso de los malditos, pero no lo recomiendo. Pero oye, dicen que poseer humanos es divertido.
Sí, seguro que esos humanos también se divierten mucho... ¿Será que yo tengo una diosa que se durmió en mi interior y por eso soy tan fantástica?
—¡Pax! ¡Vuelve aquí!
El pequeño niño pelirrojo que al parecer ha sido bautizado como Pax, corre desnudo por el castillo mientras se ríe. A medida que la gente escucha su risa no puede evitar sonreír, es imposible no hacerlo. Y persiguiéndolo está Calíope, con su melena verde al viento y gritándole a Colin que ejerza de padre.
Muevo los brazos para elevarme y vuelo sobre la gente en busca de Tyler. Al final lo diviso al lado de Patrick, que está comparando el tamaño de su trueno con el de Thor. Literalmente.
—Hola —desciendo a su lado evitando los rayos, solo por si acaso.
—¡Amy! ¿Has visto tu cuerpo? ¡Tenemos tu cuerpo! —Tyler me atraviesa cuando me intenta abrazar, gracias vida y muerte—. Tenemos que devolverte a él. Y convertirte en inmortal. Porque quieres ser inmortal, ¿verdad? Piénsalo, una vida entera de diversión, conmigo, con Alana, siendo la primera diosa de la informática...
Antes de que pueda hablar y contarle lo que ha pasado se empiezan a oír vítores y empieza la fiesta.
—¡Dioses! —aparece de repente Oliver—. ¿Os dais cuenta de que ya no somos simplemente descendientes de los dioses? Ahora somos dioses propiamente dichos.
—¡Qué pena que no hayas podido crecer esos cuatro centímetros más —se burla de él Tyler.
Siguen hablando y celebrando.
Y mientras, mi mente vuelve a la nueva estatua de la Ciudad Ancestral y a si esta también concederá un deseo, esta vez por supuesto, un deseo de amor. Espero que no, porque eso sí que ocasionaría una gran guerra...
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Herederos de los dioses
FantasíaAlgunos les llaman los Caídos. Hace años, para evitar la gran guerra y con el fin de instaurar la paz, un grupo de dioses cuya procedencia es incierta, robó la estatua Dea, que había creado aquella confusión y pelea entre los seres celestiales...