—Estoy confuso. ¿No va a haber pelea?—susurra Oliver a mi lado.
Nos quedamos escondidos sin atrevernos a intervenir. Muevo el móvil para grabar la escena y que Amy pueda ver en tiempo real lo que está pasando. Debido a la mala cobertura no sé cómo recibirá las imágenes, pero supongo que es mejor que nada.
Los chicos están sentados uno al lado del otro en uno de los sofás con cara de estar incómodos. Hebe se acerca a ellos con una sonrisa y las copas doradas. Los dos las miran desconfiados, pero al ver que Hércules bebe tranquilamente, se deciden a cogerlas.
—Un brindis —levanta Hércules la copa—. Por la victoria.
—¿El néctar no es mortal para los humanos? —oigo que murmura Hunter a mi espalda.
Inmediatamente Oliver echa a correr hacia los chicos mientras yo doy un paso y grito aun sabiendo que es demasiado tarde, pues las copas están casi tocando sus labios.
Sin embargo, en lo que dura un parpadeo, dos flechas aparecen volando de algún punto a mi espalda y golpean las copas de Tyler y Colin. Las dos caen al suelo con un estrepitoso sonido y derraman su contenido dorado sobre la piedra.
Me giro esperando encontrarme a un misterioso arquero, pero solo está Hunter colocándose el gorro en la cabeza.
—¿Lo has visto? Al arquero—especifico al ver que parece no entenderme y sigo intentando ver algo en la oscuridad.
—No he visto a ningún arquero —responde como si me hubiera vuelto loca.
Pero no tengo tiempo para discutir con él porque la pelea que esperaba Oliver está sucediendo a mi espalda.
Colin sujeta a la chica contra la pared sin mucho esfuerzo mientras Tyler se ocupa de Hércules. A la hora de escoger cuerpo Hércules no ha dudado en poseer uno con buenos músculos, de esos en los que las venas palpitan con fuerza, por lo que no me extraño cuando veo que Tyler es derribado de un puñetazo.
Se pasa el dorso de la mano por la nariz y enarca la ceja al ver que está sangrando. Con lentitud se pone de pies y se aleja unos pasos para evitar otro golpe. Mira alrededor, como en busca de algo, volviéndose vulnerable para un Hércules que se cree en racha.
Hércules lanza el brazo hacia adelante, pero el puño no se llega a estrellar contra Tyler, porque dos largos látigos de musgo aparecen del suelo y rodean sus muñecas. Segundos después, dos más hacen lo mismo con sus tobillos dejando a Hércules inmovilizado.
—Ahora quiero mi llave —se acerca hasta él y le pide con voz gruñona que pierde un poco de fuerza ya que tiene que taparse la nariz para parar la hemorragia.
—No —responde con una sonrisa estúpida Hércules.
—Fíjala —escucho que dice Tyler en dirección a Colin sin ni siquiera mirarlo—. Y después mátala.
De acuerdo a lo que sabemos, los dioses pueden bajar a la tierra ocupando cuerpos humanos y abandonarlos de nuevo cuando quieran. Pero se sabe de un pequeño ritual que consigue atrapar a un dios dentro del humano al que llamamos Fijación. Es lo más cerca que hemos estado de conocer una manera de matarlos. Porque al fusionar al dios con el cuerpo mortal, ellos mismos se convierten en seres humanos normales y corrientes. No es algo para hacer en plena batalla porque lleva su tiempo, pero Tyler no parece tener prisa.
Colin ni siquiera parpadea mientras le hace pequeños cortes a Hebe a lo largo del cuerpo. Los pequeños ríos de sangre roja mezclada con la dorada resaltan sobre su piel pálida mientras corren formando espirales hasta su cuello.
Observo asombrada que la sangre forma un símbolo a un lado del cuello de Hebe, justo sobre su nombre escrito en griego. Ahora Colin solo tiene que hacer el último corte en el centro de modo que ambas sangres queden fusionadas para siempre y de ese modo, Hebe estará condenada.
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Herederos de los dioses
FantasyAlgunos les llaman los Caídos. Hace años, para evitar la gran guerra y con el fin de instaurar la paz, un grupo de dioses cuya procedencia es incierta, robó la estatua Dea, que había creado aquella confusión y pelea entre los seres celestiales...