¿Solo uno? [Free, Lui, Silas X Tn]

Especial Uno [Silas]

¿Solo Uno?

Especial, San Valentín. ¡no es Canon! No perjudicará la historia como tal.

[ Silas x Tn ]

      Era una tarde libre y tranquila. Tn reposaba tranquilamente sobre el balcón de su habitación, mirando plácidamente la vista hacia el bosque.

      Entro a su habitación buscando entre sus cajones.

- ¡Tn! -era Valt, quien había entrado de golpe a la habitación sobresaltando a Tn.

- ¡Valt! ¿Qué no sabes tocar? -regaño un tanto molesta.

- ¡Perdona! Es que venía a invitarte a una salida.

- ¿Salida? ¿A dónde exactamente? Y ¿Por qué?

      ¿Una salida? Nadie le había invitado a una salida, a excepción de un peli verde, y se lo había pedido de una manera muy tosca.

     En ese momento entraron Rantaro, Cuza y Shasa, junto a los pequeños Kitt y Honey. (El cuarto del pueblo xd).

- Vamos a salir todos a pasear -respondió Valt con el mismo entusiasmo-. Iremos a varias partes y comeremos en el camino.

- Celebraremos el día de San Valentín -añadió Rantaro.

- Ven con nosotros -hablo Shasa-, será divertido.

     Sonaban agradable ir a dar un paseo. ¿Por qué no? Asintió con una leve sonrisa, yendo hacia ellos.

- De acuerdo, vámonos.

      Y salieron de la habitación. Todos iban hacia la cafetería de Ange, para buscar algo de comida para llevarse y comerse durante el camino.

       La chef les dio con el mayor gusto del mundo aquellas golosinas y bocadillos al grupo de Bladers. Despidiéndolos y deseándoles que se divirtieran. Finalmente llegaron a la parte de afuera de la casa de BC Sol.

- Oigan -hablo Valt-, ¿Ange nos dio panbey, cierto? Si no, no iré a ningún lado.

- Cálmate viejo -dijo Rantaro enseñando la canasta-. Aquí están los panbeys.

- ¡Menos mal! ¿Y cuándo piensa llegar?

- ¿A quién estamos esperando? -pregunto Tn-. Llevamos un rato parados en la entrada. ¿Por qué no nos vamos?

- Esperamos a Silas -respondió Cuza-. Dijo que lo esperáramos aquí.

      Silas. De todas las personas menos soportables, tenía que ser él. Tn se giró cruzada de brazos, con el ceño levemente fruncido.

- Si no llega ahora, lo dejaremos -anunció Rantaro serio.

- Esperemos un poco más -dijo Valt-. Estoy seguro de que vendrá.

- El no vendrá, Valt -hablo Cuza, con su ave Carl en el hombro-. Seamos realistas, Silas no es de salir con amigos de esta manera.

- El día en que conviva con nosotros será el día en que caiga un meteorito.

- Deberían tragarse sus palabras.

     La pisada de aquella voz hizo voltear al grupo. Era Silas quien se había echo presente, con sus manos en sus caderas mirando a todos fulminante.

- Hablar a las espaldas de la gente no es de buena educación -añadió serio.

- ¿Y qué esperabas? -dijo Rantaro-. Eres demasiado puntual.