Capítulo 28. Invierno Cruel

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Tal vez así es como el destino quería que estuviésemos, tal vez ésto ya estaba escrito y sólo nos encontramos para separarnos. Para tratar de entendernos sin ser realmente algo serio. Para poder divertirnos y gozar de los pequeños momentos que nos da el futuro.

Árboles deshojados. Viento frío. Las cafeterías abiertas desde temprano... Todo anunciaba que las fiestas navideñas se acercaban. Niños corriendo a las jugueterías. Arreglos en las ventanillas de las tiendas de la ciudad. Temperatura descendente. Todas las personas en la ciudad se encontraban realmente felices, estaban satisfechos con lo que han logrado, tenían a alguien con quien compartirlo todo.

Todos excepto uno, aquel chico que se encontraba sentado en la banqueta afuera del parque. Aquel que tenía la música tan fuerte que ni siquiera se percató de que Luke había llegado a acompañarlo en su soledad.

Hey, hola.

Ah, hola Luke.

¿Qué haces?

Lo de siempre, ya sabes. Estar en cualquier lugar, con la música hasta las entrañas y pensar de todo, pero a la vez en nada.

Frases célebres de Cole del siglo XXI. Reímos juntos.

Estuvimos ahí, en la banqueta viendo cómo autos venían y se iban. Y, por alguna razón, me sentí insignificante, efímero, pues estaba ahí, siendo una nada para el mundo, ni para gozarlo servía.

Y... ¿Todo bien? Le tiembla la voz, está hablando seriamente.— Ya sabes... Con Isaac.

No hemos hablado nada, Luke. Desde el campamento se alejó y yo no he tenido ninguna respuesta. A veces, solamente quiero que me diga un "No, Cole, no puedo corresponderte", pero ni eso. Le cuento conteniendo las inmensas ganas de llorar.— Todo sería más sencillo si pudiera leer la mente. No estaría aquí, sufriendo o sintiéndome mal por ésto porque desde un principio sabría si hay oportunidad de algo o no.

Aún así, siempre me pasan estas cosas. Suelo pensar y creer que le gusto a un chico por las miradas, a veces son demasiadas y de tiempos largos. Tú dirás "Bueno, puede suceder, nadie se te queda viendo tanto", pero resulta ser que nada... Que ni siquiera te estaban notando, que terminas malinterpretando cada maldita acción y terminas viéndote como un idiota que se abrió a alguien, que ahora se ve vulnerable y aprovechan eso para sentirse lo mejor del mundo.

Y después de tanto daño, terminas desconfiando de ti mismo. Si pasa algo con otra persona, ya no sabes si sí dar ese paso o son ideas tuyas y decides esperar a ver si la otra persona te da una señal más directa, algo que lo confirme de inmediato, sin embargo, esa señal nunca llega y todo se quedó en el "tal vez mañana" y mi miedo, Luke, es quedarme solo, quiero amar y sentirme amado. Quiero caminar de la mano con alguien. Quiero ir al centro a pasear por ahí con esa persona especial. Quiero ir de viaje con él. Quiero escuchar música con él. Quiero estar así, en la banqueta del parque, hablando mientras los carros pasan, sin tener noción del tiempo. Quiero sentir.

Y así, entre palabras, cayó la noche, sin avisar, sin darnos cuenta. La luna llena era lo que más iluminaba aquella zona. Pocas personas transitaban las calles.

Y, caminando de vuelta a casa, lo topé en su trote nocturno. Al otro lado de la calle, a pocas cuadras de mi casa. Nos vimos. Pasó de largo. No existo, soy un fantasma. Un espectro que anda recorriendo el triste mundo en busca de algo que jamás podrá encontrar.

¿Algún día volverás? ¿Algún día volveremos a ser lo de antes? Tal vez, todo esté mejor así. Finalmente lograré entender que los sentimientos tienen que ser reservados para uno mismo, que no nos podemos abrir de la nada porque terminarás dañado.

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12 de diciembre, 5:00 PM

Darling:

21 de diciembre, la fecha donde acordamos ir al festival de navidad, está cerca. Yo iré. Iré solo. Tal vez, si el mundo lo desea, lo recuerdes y vayas, al menos para intentar hablar de todo lo sucedido entre nosotros dos. No podemos dejar las cosas así. No podemos actuar como desconocidos después de haber vivido todo. No sería sano.

Sabes que si tú ocupas cualquier cosa ahí estaré. Que te recogeré en cualquier lugar e ir a no hacer nada. Si vuelves a mí, y no como algo más, pero si lo haces, sabes que puedes llamarme. Tienes mi número. Si no hay nadie viendo tus partidos, yo lo haré. Incondicionalmente.

Te extraña,
Cole.

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La noche cae y me quedo ahí, en mi habitación, tratando de leer todo lo que he escrito. De un chico que veía todo en tonos pasteles a uno que lo ve en sombras frías. Que en unos días pudo hacer una obra maestra a blanco y negro. Pero, ¿qué no se supone que la vida no es blanca, ni negra, ni gris? ¿Por qué se siente así?

Telarañas en el techo. La luz de un relámpago ilumina aquella habitación tan deshabitada, tan abandonada. Insectos corren de un lugar a otro. El hambre lo puedes ver en persona, incluso hasta le puedes hablar... ¿Cuántos kilos habré bajado en 5 días sin comer? ¿Uno? ¿A cuántos llegaré?

Parece irreal, pero necesito la escuela. Necesito distraerme. Necesito no pensar más en Isaac. Necesito dejarlo ir. No puedo seguir así. No más...

Darling, DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora