Darling, Darling

Capítulo 33. El Festival

19 de diciembre.

Al terminar de leerlo, una pequeña sonrisa pudo salir de mí. Aunque no menciona al cien el asunto de que me gusta y cómo se siente, puedo ver que le importo y no me quiere perder. Lo quiero tanto. Anoche pasaron de las mejores cosas, él pudo acercarse y hablarme sinceramente de cómo se estaba sintiendo, estuvimos juntos varias horas jugando y bailando y, sé que no debo emocionarme demasiado, pero me dio un beso en la mejilla. Puede que únicamente signifique amistad y que me quiere, aunque alguien no lo haría sabiendo que le atrae...

Deja de sobre-pensarlo tanto, Cole. 

Aunque por dentro me sienta un poco triste, ésto es mejor a nada. Y que él se quedara todavía a mi lado, es una de las cosas buenas que la vida puede ofrecerme.

Ahora sí, la temperatura descendió por completo en la ciudad. Escasos copos de nieve empezaron a caer y a indicar con ello que el fantástico frío viene a golpearnos. En dos días es el festejo de las fiestas... Es posible que Isaac y yo sí vayamos juntos. 

Finalmente, le respondo:

"Gracias por decirme ésto. No sabes cuánto necesitaba leerlo/escuchar que me digas eso. Te extrañé y me alegra el hecho de que no vas a desaparecer."

Toda la tarde me quedo viendo series y anotando aquellas películas que Isaac y yo tenemos que ver. También, me dispongo a limpiar mi recámara, pues en ella se puede subir al techo y así podremos ver los fuegos artificiales juntos desde una buena vista. 

"Oye, también quiero decirte que lo del festival sigue en pie. Tú sólo dime a qué hora y paso por ti." dice él.

Quiere pasar por mí...

"Pues todas las actividades empiezan a eso de las 6 PM. Ya sabes, los juegos mecánicos, las distintas cosas que hay para cenar, la película en el monumento de la plaza y finalmente, los fuegos artificiales a las 12 AM, ¿qué te parece?"

"Pues entonces paso por ti a las 2 PM. Iremos a comer."

"Muy bien. A esa hora estaré listo."

Para que ese día no se me vaya a hacer tarde, pongo una alarma para meterme a bañar a las 12 PM, preparo mi ropa y hago una pequeña lista con las cosas que necesito llevar. Me conozco y sé que si lo dejo todo para último momento, se me va a olvidar.

Cuando el sol se puso, las nubes inundaron el cielo, y la tierra se tornó de color blanco. Ya estaba aquí. Nada podía ser más espectacular que ésto. Antes de irme a dormir, veo una película que queda para la época, Intercambio de Princesas. 

Y así es como el invierno mejora a todos.

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Isaac

20 de diciembre.

—¡Pa! —Grito desde la cocino, él se encontraba en su habitación.— ¿Mañana puedo tomar la moto?
—Sí, sólo que ocupas cargarle gasolina.

Excelente.

He estado por un largo camino antes de llegar a una gasolinera. Conducir puede que me ayude a aclarar todo y también a pasar el rato. He tratado con demasiado esfuerzo ver qué es lo que el subconsciente Isaac quiere. Tengo toda una guerra dentro de mi mente, pero puedo escaparme por los rayos dorados del sol que indicaban que la tarde estaba llegando a su fin para dar paso a la oscura, tranquila y helada noche.

Una luz me hace despertar de mis pensamientos. Giro a la derecha. Caigo de la moto. Casi choco.

Llego a la gasolinera y le lleno el tanque.