Al llegar a su casa, los nervios atacan mi ser, haciendo que me suden las manos y que mis piernas estén temblando.
Toco el timbre y a los dos minutos abre la puerta.
—¡Hola! —le saludo.
—¿Qué tal? —responde—. Pasa.
Entro y lo primero que veo es la sala, en una mesita ha colocado frituras, palomitas, cacahuates, dulces y una botella de Coca Cola.
—Noche de películas. —dice con una sonrisa que al instante le devuelvo.
—Muy bien. ¿Cuál vamos a ver?
—Pues tenía pensado Jurassic Park, Spiderman o algo como La Guerra de las Galaxias. Realmente no sé.
Pasan diez minutos y no sabemos qué ver, así que sólo buscamos Las Locuras del Emperador y listo. Cuando acaba esa, ponemos la de Alicia A Través del Espejo.
A veces, él colocaba su cabeza en mi hombro, yo subía mi pierna en la suya y otras veces parecía que estábamos abrazados. También sentía su mirada, pero no me atrevía a voltear.
Así pasó el tiempo hasta que dieron las 12 AM. Me tenía que ir, pero no quería levantarme de su sofá, quería seguir ahí, a un lado de él...
—Me tengo que ir. —me voltea a ver, con un poco de tristeza es sus ojos.
—Lo sé —me acerco un poco más a su cara, él también lo hace pero se detiene y ahí se queda, inmóvil—. Yo... Uhm... Lo siento.
—¿De qué te disculpas? No ha pasado nada.
—E-está bien.
Ya estuvo. No me va a volver a hablar. ¿QUÉ DEMONIOS HE HECHO? Aunque tiene razón, realmente no ha sucedido algo.
Agarro mi celular y me dirijo hacia la entrada, él me acompaña, se despide y cierra la puerta. Las lágrimas non tardan en salir de mis ojos.
Tan bien que me estaba yendo... Ahora eso se derrumbó.
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Darling, Darling
RomanceCaigo en pedazos al estar contigo... Nervios. Mis piernas empiezan a temblar... Es inevitable; tu sonrisa, mirada y ojos... ¿Cómo lo hace? Yo te quiero a ti, sólo a ti y a nadie más... Me pregunto, ¿pensará en mí como yo pienso en él? Porque sí, est...