¿Qué estaba pasando? ¿Por qué lo estaban disfrutando?
El beso se tornó profundo, dolorosamente satisfactorio. Ambos temían que no pudieran controlarse, pero, ¿Acaso importaba? Uno se sentía traicionado, el otro estaba traicionado.
Richie fue el primero en romper el beso.
— ¿Qué mierda fue eso? —Escupió el miope algo agitado.
— Un beso, imbécil —Respondió su acompañante con su tonalidad sarcástica.
— ¡Ya sé, carajo! Me refiero a ¿Por qué? —Volvió a cuestionar el mayor— ¿Sí entiendes que tú estás con Billy y yo traigo algo Eddie?
— ¡Lo entiendo! Joder —Contestó Freddy.
El silenció invadió el lugar por unos segundos.
— ¿Al menos de te gustó? —Interrumpió Richie.
— Sí —Dijo cortante.
— ¿Quieres otro? —Volvió a decir el Tozier.
— Sí —Pronunció de igual manera el joven de la muleta.
Posteriormente, ambos se giraron agresivamente en busca de más contacto de los labios ajenos. Olvidaron dolor ufano y únicamente sé dedicaron al placer culposo.
La tarde siempre es larga.
⚡;🎈
— ¿Quieres comer algo? —Preguntó el ojiazul, llevándole un plato de sopa. Stan le sonrió y asintió.
Contrario a lo que muchos dicen, en el caso del Uris, fue fácil combatir esa pequeña bulimia que apenas iniciaba. Y no es que sólo lo creyera Bill, Stanley lo creía.
El Uris sabía la razón del porque inició todo, y se sentía estúpido por eso. No llevaba más de medio año en esa situación, y no la hacia a diario, sin embargo, muchas veces no comía o corría demasiado, todos por bajar de peso.
— ¿Por qué? —Preguntó Bill sacándolo de sus pensamientos.
— ¿Porque qué? —Regresó Stanley, mientras daba unos sorbos a la sopa.
— ¿Por qué lo hacías?
Bill lo miraba a los ojos, demostraba seguridad y lealtad, a Stanley eso le daba nervios, tanta confianza lo ponía a temblar.
No contestó.
Bill no volvió a preguntar, sabía que en algún momento le diría, cuando se sintiera listo. Sin embargo, aún no se extinguía esa llama de curiosidad provocada por el joven de rizos, ¿Cómo una persona podía ser tan increíble a los ojos de otras? Amor. Esa era la respuesta.
— ¿Qué haces? —Interrumpió Stan en los pensamientos del ojiazul. El Denbrough, ya consiente, notó que estaba acariciando con regocijo el rostro del otro chico.
— L-Lo siento —Expresó Bill, nervioso.
— No te disculpes. Me gusta que me toques así, siento bonito —Confesó el joven Uris avergonzado. Bill asintió con un sonrojo y se aproximó más a él, abrazándolo por la cintura.
— Hace mucho no pregunto, ¿Cómo están tus padres?
Stan, en respuesta del contacto, dejó el plato de sopa terminado en el buro al lado de la cama que compartían. Posteriormente, recargó su cabeza en el hombro ajeno.
— Pues, mi madre ya estaba bien y mi padre sigue en observaciones. Ya lograron comunicarse con mi tía, la de Illinois y bueno, quizá ella los cuide. Tiene una pequeña casa en Jackson, lo que nos convertiría en casi vecinos —Dijo el de rizos.
Ninguno habló por unos minutos. No sabían que decirse, sólo sabían que les gustaba estar así. Sin miedos, sin tristeza, sin sentir nada; únicamente percibían calidez en su pecho y el estómago revuelto.
— Bill, me gustas —Escupió Stanley sin siquiera percatarse de eso.
Bill no lo negaría, eso le sorprendió. Esperó tanto tiempo por oír esas palabras juntas combinadas con su nombre en una oración y ahora, las escuchaba claramente de los labios de su enamorado.
El Denbrough no quería decir un "Tú también me gustas" lo que hizo, fue tomar el mentón del Uris y depositar un gran beso en la boca del ajeno, deleitándose con aquel sabor dulce. Como suele pasar en clichés, la falta de aire provocó su separación.
Pero no evitó que se dieran uno más, dos más, tres más, lo que quisiesen. Bueno, eso hasta que el padre de Bill entró en la habitación sin siquiera tocar.
— ¡Wow! Lo lamento chicos —Dijo el hombre apenado, más no molesto.
A los dos jóvenes, se les cayó la cara de vergüenza, ¡Literalmente se estaban besando y estaban cruzando la raya de los besos "inocentes"!
— Sólo venía a decirles que el almuerzo está listo —Anunció el hombre, posteriormente salió rápidamente del cuarto de su hijo.
Zack, bajó las escaleras para encontrarse con su esposa, quien, al tener la casa paredes delgadas, le permitió escuchar todo el teatrito de los muchachos y su esposo.
— ¿Se estaban dando cariño? —Dijo Sharon, sarcástica.
— Así es, pero prefiero que esté ahí su amigo de la infancia antes que una chica a la que pueda dejar embarazada, ¡No estoy listo para ser abuelo! —Contestó el hombre. La castaña respondió con una leve risa.
Por otro lado, Bill y Stan aún no se recuperaban del susto. El judío rompió la incomodidad con una carcajada.
— ¡Joder! Acabas de decepcionar a su padres —Exclamó el Uris riendo y soltando un golpe en el hombre del otro chico— Vivir contigo debe de ser divertido.
Bill no pronunció palabra.
— Hey, ¿Qué pasa?
— Nada, sólo... Había olvidado como sonaba la risa de mis padres —El Denbrough sonrió melancólico, aguantando el llanto. Últimamente todo era lágrimas para los perdedores, tal vez soportar tanto dolor por años ya le era imposible.
Stanley no supo que decir. De hecho, ahora que el chico lo pensaba, nunca se había reído con sus progenitores, ni siquiera hablaban del todo.
— Todo era tan diferente cuando estaba Georgie. Siempre era ver películas los viernes, construir en el taller los sábados, ir al parque el domingo. Extraño esos días —Por las mejillas ajenas callejón una gotitas de agua. El rizado se alteró y limpió con cuidados los restos de humedad. Su semblante cambio a uno de preocupación sin saber que decir; al Denbrough esto se le hizo tan divertido y tierno, no pudo evitar soltar una risa.
Se levantó de la cama, secó sus lágrimas con su muñeca y posó su visión en el Uris.
— ¡Pero siempre los tuve a ustedes y eso fue todo lo que necesite! —Dijo Bill.
El castaño, aún preocupado se postró frente a él y lo abrazó por lo hombros, alzando un poco la cabeza para llegar al cuello del otro. Puso fuerza al afecto, sin querer soltarlo.
El color carmín ascendió por los cachetes de William. El cuerpo de Stanley era cálido, reconfortante, su brazos eran cómodos, su perfume era suave. Todo en él lo transportaba a una marea de emociones.
Correspondió al abrazo.
Lo amaba.
Todo gEi.
Es lo mejor que logré. Soy una kk con un bloqueo, help.
¿Cómo les va en su cuarentena? Yo ya me quiero matAr, ah.
Antes que nada, el Ricardo y Freddo NO COGIERON. GARCIAS
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Derry.
FanficBilly y Freddy van a unas cortas vacaciones de verano a un pueblo lejano llamado Derry. ✨]]; Crossover! It and Shazam.