Derry.

✨]; 29.

— ¡Billy! ¡Por favor! ¿Que te pasó en la cara? —Preguntó Freddy. Estaba nervioso por la respuesta del otro.

— Te lo diré si tú me dices el por qué dijiste que "hoy lo arruinaste más que nunca", ¿Qué hiciste con el Tozier? —Exigió el castaño, molesto. El castaño sintió miedo y una dolorosa punzada en el pecho.

Ya no quería crear secretos entre ellos, sin embargo, tampoco quería crear una división entre ellos. No lo soportaría, aún así, fue su culpa.

No puede lamentarse por algo que él provocó.

— Me besé con él —Respondió en un susurro.

— ¿Qué? —Billy había escuchado, pero no lo quería creer.

— ¡Me besé con él! —Dijo más fuerte.

Billy no habló nada, no era necesario. La expresión del ojiverde era sería, parecía hasta fría, vacía; en sus ojos poco a poco se formaban pequeñas bolsas de agua que tarde o temprano caerían. El Batson podía escuchar como su corazón se rompía.

No entendía por qué lo había hecho, ¿Hizo algo mal? No tenía idea.

La misma furia lo empezó a invadir. Contra Freddy, contra Richie, contra todo; estaba molesto, enojado, se sentía ahogado. Otra vez.

No dijo nada. Sólo se levantó sigilosamente de la cama y se dirigió a la puerta. Abrió suavemente la perilla y se giró para ver a los ojos de su (ex) novio.

— ¿Por qué? —No hubo respuesta— Eres una zorra. Terminamos.

Y salió de la habitación. Freddy sólo se hizo bolita, pero se lo merecía.

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Reía en sus adentros. Había destrozado la primera de la uniones más fuertes entre esos perdedores.

Pensó que sería más difícil deformar la mente del superheroe, pero nadie tiene un corazón completamente puro. Todos tiene pecados y todos tienen inseguridades.

Estaba muy orgulloso de si mismo, supo jugar perfectamente con ambas cosas para romper el lazo que había entre ellos. Ahora sería más fácil destruirlos.

Los quería muertos. Los odiaba tanto como hace tres años, ¿Qué les hacía creer que podían ir a golpearlo y humillarlo? Él lo era todo.

Jamás había sucedido algo como eso en los miles de años que llevaba en la profesión, nunca se había sentido abatido, ignorado, nunca había sentido miedo. Él era el miedo, él era la oscuridad, él era Derry.

Había pensado que la tortuga imbécil había muerto o algo parecido, pues no se había hecho ninguna aparición desde hace 10 milenios. Y eso fue una oportunidad perfecta para él; decidió establecerse en la tierra, crear un lugar donde pudiera haber comida, personas, niños.

Por un largo tiempo todo fue despertar, aterrar, comer lo que le apeteciera, y volver a dormir. El sueño de cualquier ser pensante.

Su plan estaba funcionando, nadie sospecharía que "algo" se llevaba a los niños, siempre es alguien. Era tan fácil, los niños tenían esa imaginación que le permitía crear escenarios o figuras escalofriantes más fácilmente que un adulto; a diferencia de un infante, alguien mayor, tenía temores más profundos e innecesarios, muchísimo menos justificados, como el dinero. Si no había suficiente dinero, pasaría esto, el otro. Eran cosas más complicadas de materializar.