Clases

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Bueno, quería aclarar un par de cosas, aunque ya sean obvias.

1-Cada diálogo y escena de este capítulo está sacado tal cual de la pelicula. Nada me pertenece, sólo mis personajes xD

2-Por las dudas vuelvo a aclarar que Scar no es hermano de Mufasa en mi caso. No al incesto pls. Ah y Kion y Kiara nacieron al mismo tiempo, solo que Kion fue el que nació primero entonces él es el futuro rey. Pero ambos tienen la misma edad, solo unos minutos de diferencia.

3- (Para los que vieron la película Descendientes) Por si no quedó claro: Kion-Ben Kiara-Loonie Rani-Mal Kovu-Jay Vitani-Evie Zibu-Carlos Tiifu-Jane Zuri-Audrey Kiumi-Chad Bunga-Chico. Creo que el resto ya no necesitan explicación :v Y ya sé que algunos personajes hacen cosas que en la película hacen otros, pero es que lo tengo que adaptar bien y así queda mejor.


Después de jugar unas horas, Kion dejó a su mejor amigo junto a su nuevo amigo jugar a solas. Se rió solo al pensar eso y en que Zibu y Bunga sin duda se llevarían muy bien. El león le tuvo muchísimo miedo apenas lo vio, pero en cuando comenzaron a hablar y jugar, cambió totalmente de opinión. No entendía que clase de pensamientos locos tenía la madre de Zibu acerca de los tejones meleros.

Escuchó risitas y vio llegar a Zuri junto a su amigo, Kiumi. Ella sonreía y movía la cola, coqueta.

—Kion —saludó.

Su sonrisa desapareció en cuanto vio algo detrás de él. Puso los ojos en blanco y Kion se volteó para ver a Rani y Vitani hablar, unos metros más lejos. Vitani estaba emocionada mientras le contaba algo a su amiga, o al menos eso parecía debido a su expresión y los saltitos que pegaba.

—Esos chicos son problemáticos —señaló Kiumi a lo que Kion frunció el ceño.

—No es para tanto, dales la oportunidad…

Zuri caminó para estar más cerca de él.

—No te ofendas Kion, pero… eres demasiado crédulo. Sé que tu padre recibió una segunda oportunidad tras haber huido, dejando al reino en ruinas y en las garras del mismísimo Scar. Pero aquí, hoy, en el presente… ella es su hija —pronunció la última frase con un susurro para que las forasteras no la oyeran— y no solo ella, su amiga tambien, ¡Ni siquiera sabe cazar correctamente!

Kion miró de nuevo a ambas leonas y se volvió a sus amigos.

—Creo que se equivocan —afirmó antes de darle a Kiumi un suave golpe en el hombro— los veo luego.

Dicho esto, se alejó hacia las leonas. Zuri miró a su amigo con sorpresa a lo que él se encogió de hombros.

Rani se despidió de Vitani que, tras haberle detallado cómo le había ido cazando con las leonas, regresó con ellas ya que les había prometido enseñarles algunas cosas. En cuanto la leona se volteó para volver a la cueva, se topó con Kion.

—Hola —saludó él, asustándola— ¿Qué tal tu primer día?

—Super —ironizó ella alzando las cejas.

La realidad era que ella no había hecho nada en toda la mañana. Sus tres amigos habían encontrado un entretenimiento a su parecer, pero a ella, nada le llamaba la atención.

—Odio ser el que te diga esto, pero… tú y los demás tienen que ir a clase ahora —dijo Kion apenado mientras sonreía. Ya se imaginaba su reacción.

—¿Clases? —ella arqueó una ceja en señal de confusión. Aunque se imaginaba adónde quería llegar él.

Kion asintió.

—Zazú se las va a dar. Ah lo siento, yo también las odio —el príncipe largó una risa— no durarán mucho, lo prometo.

Rani sí sabía lo que significaba tener clases. Y no quería saber absolutamente nada con asistir a ellas, y mucho menos con el mismo pájaro que tenía la culpa de que ella y sus amigos estén ahí. Por supuesto que al rey y a la reina no podían decirles que no, así que un rato más tarde, los cuatro se encontraron sentados escuchando las palabras de Zazú.

Zibu y Vitani escuchaban al ave sin mucho interés. Rani bostezó sonoramente y Kovu puso los ojos en blanco. Apenas había comenzado a explicarle a Kiara un par de cosas, cuando vinieron a buscarlo. Ella le había dicho que al día siguiente lo intentarían de nuevo, pero, de todas formas, él no se contentó. ¿Las clases no podían esperar?

—Saben, aún podemos saltar sobre él —sugirió Rani en voz baja.

—Entonces, ¿qué dije acerca de la temporada de sequía? —la voz de Zazú los sobresaltó.

Zibu alzó su pata, llamando la atención de Zazu. Este lo miró y asintió, dándole permiso para hablar.

—¿Puedo ir al baño? 

—Eh… ¿alguien más? —los ojos del ave escanearon al grupo— ¿Rani?

Ella lo miró de arriba abajo antes de responder.

—Que… eh… —balbuceó ante la sonrisa irritante de Zazú— No tengo idea, no estaba escuchando. —se sinceró

—Lo sé, niña. Será mejor que comiencen a cambiar esta actitud porque…

—¡Zazu! Buenas tardes.

Los cuatro se giraron, aliviados de poder tener un respiro. Quien sea que había llegado, los había salvado de una aburrida clase. Vieron a Tiifu acercarse alegremente a ellos, pero su sonrisa se desvaneció en cuanto estuvo a una corta distancia. Su expresión cambió totalmente a una de terror.

—Qué tal, Tiifu, ¿se te ofrece algo? —Zazú le preguntó mientras se posaba en una roca no muy alta.

—S-sí, yo eh... —la leona pegó una enorme vuelta para rodear a los forasteros mientras los miraba con desconfianza— quería decirte que la reina Nala y el Rey Simba ya están... eh... ya han vuelto de…

Tiifu pegó un salto para alejarse más de ellos. Vitani puso los ojos en blanco mientras que Rani, con la única intención de burlarse de ella, se acercó de un paso. Se rió cuando Tiifu, asustada, se apartó como si la estuviera persiguiendo una estampida. No notó la mirada de desaprobación que le arrojaron sus amigos machos.

—Rani por favor, compórtate —la regañó Zazu a lo que ella suspiró fastidiosa— ya, Tiifu muchas gracias. Ya puedes irte.

—De nada... —murmuró ella un tanto avergonzada y, dando un rodeo mucho más amplio, se alejó casi corriendo.

—Qué torpe. —dijo Vitani negando con la cabeza para luego sonreír— bueno, ya terminamos por hoy ¿verdad?

El pájaro largó una risa amarga.

—Lo siento jovencita. Acaban de empezar.

El sonoro gemido de fastidio de los cuatro jóvenes resonó como un coro en el silencio de la sabana.

Los DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora