Capítulo 14 "Intrigado"Creo haber aprendido la lección. Así que, tras el desesperante desencuentro con Kyungsoo, algo que no pienso volver a repetir, le he enviado un mensaje a Krystal. Es lo mejor, una sesión de sexo complaciente con una mujer que, si bien no dispone de una inteligencia sobresaliente, al menos no da por el saco con cuestiones ridículas.
De acuerdo, Kyungsoo por lo visto ha tenido un matrimonio complicado, pero maldita sea, eso no significa que todos los tíos seamos igual de gilipollas, y menos aún que se tome de manera literal unas palabras que sólo se pronuncian en determinado contexto.
Krystal me responde con un mensaje cargado de emoticonos, diciéndome que el próximo fin de semana está disponible. Bien, eso son tres días de espera nada más.
Perfecto, podré soportarlo.
Aun así, quiero saber más de Kyungsoo, quién es, detalles, y para ello nada mejor que recurrir a un viejo conocido, al que la verdad es que no me gusta pedirle favores, me recuerda tiempos en los que no tenía yo bien la cabeza, sin embargo, no me queda más remedio.
-Vaya, el hijo pródigo -me suelta, disimulando una sonrisa.
-Kris, no me toques la moral -replico, acercándome al mueble bar para servirme una copa.
-Hacía tiempo que no te veía el pelo. Te esfuerzas demasiado en fingir que no me conoces, pero luego bien que hacemos negocios juntos. Por cierto, aún no te he agradecido lo suficiente que me enviaras a tu equipo del restaurante para servir en la fiesta.
-La gente venía a follar, no a probar delicatessen -replico, cogiendo una botella de whisky escocés para servirme un vaso.
-No te creas, muchos me han pedido que repita el mismo servicio de catering.
-Pues sintiéndolo mucho no va a poder ser. Si se me ocurre decirle al chef que tiene que organizar la comida para otra fiestecita de las tuyas, se me despide, pero antes me corta los huevos.
Sonrío pensando en Baek, que aún me la tiene jurada por aquel encargo. Mejor no me arriesgo.
-He venido por otro asunto...
-Por el tono se diría que es algo ¿desagradable? ¿Quieres volver al negocio del entretenimiento?
Kris es único tocándome la moral, recordándome que hubo un tiempo en el que sólo pensaba en pasármelo bien, divertirme con las chicas del local y de paso colocarme hasta las cejas. Día tras día. Me costó Dios y ayuda abandonar aquella rutina destructiva.
Paso por alto su comentario, porque denominar «entretenimiento» a lo que yo hacía es ser cínico hasta decir basta.
-Conoces a todo el mundo, necesito información -digo sin rodeos.
-Conozco a quien merece la pena conocer -replica indolente.
Sé que es bien cierto. En su mundo es fundamental codearse con gente que, llegado el momento, puedan echarte un cable, pero para ello tiene que prestar antes cuantos servicios se requieran, sin hacer preguntas.
-Do Kyungsoo, redactor jefe de Secrets, una revista femenina.
-No tengo el placer de conocerlo. -Kris arquea una ceja-. Aunque por tu interés deduzco que es alguien importante... al menos para ti.
-Sólo necesito saber quién coño es, nada más. No te hagas pajas mentales.
-Vale. Veré qué puedo averiguar.
-Gracias por la copa -digo a modo de despedida.
Lo mejor es permanecer allí el menor tiempo posible. El club que dirige Kris fue en otro tiempo una especie de cárcel en la que yo mismo elegí encerrarme. Ahora sólo es un negocio, un fondo de inversión.
Regreso a la oficina. Tengo que dirigir un restaurante y, pese a que mis colaboradores saben realizar sus tareas con independencia de si estoy yo o no, prefiero supervisarlo todo.
Saludo a un par de camareros que están organizando las mesas para el servicio de cenas y me dirijo al despacho. Primer objetivo, no pararme a hablar con nadie, conseguido; sin embargo, no he terminado de acomodarme tras mi escritorio cuando llaman a la puerta.
-Adelante -digo de mala gana.
-¿Se puede? -pregunta Baekhyun con una sonrisa que, conociéndolo, significa que quiere pedirme algo que no me va a gustar.
-Si te digo que no, ¿me dejarás en paz?
-¡Cómo eres! -exclama, entrando con unos papeles en la mano que deja sobre la mesa para que yo los mire. Les echó un vistazo rápido; más tarde los revisaré con detenimiento.
-Por cierto, aún no te he felicitado -digo, señalando su vientre todavía plano.
Él sonríe inocente, sin duda encantado con mi cumplido y por supuesto con su estado.
-Gracias.
-Por fin el gran hombre ha acertado... -dejo caer el comentario con retintín.
-No seas malo, en el fondo sé que te alegras.
-Muy en el fondo. En unos meses te cogerás la baja de maternidad y tendré que buscar un sustituto -alego-. Pero conociéndote, supongo que ya tienes a alguien en mente.
-Tranquilo, señor precavido, aunque no venía a hablarte de eso.
-¿Entonces? -Me reclino en el sillón y me preparo para aguantar las tonterías de Baekhyun.
-Quería hablar sobre la entrevista que me propuso Kyungsoo.
Disimulo mi disgusto, no por el asunto de la entrevista, sino por oír su nombre.
-Ya te lo dije, haz lo que tú quieras -contesto en tono hastiado, con la idea de dar por zanjado el tema.
-Ya lo sé, pero... No sé, me dio la impresión de que él es importante para ti.
-Joder, ¿y por qué piensas eso? -inquiero mosca.
-Bueno... en otras ocasiones en las que te he visto acompañado, parece que llevas un llavero colgando, no les prestas mucha atención. Sin embargo, la otra noche estuviste pendiente de Kyungsoo durante toda la cena. No nos pasó desapercibido a nadie, lo vigilabas.
«Lo que me faltaba por oír», pienso.
-Imaginaciones tuyas. Como vives en la calle de la piruleta, donde todo es amor y buen rollo, crees que los demás también alucinamos en una nube rosa de algodón de azúcar -replico malhumorado.
-Ya... claro...
-Baek, ese tonito escéptico no te pega. ¿Algo más?
-Sólo quería comentarlo contigo, por si te gusta saber que, por una vez, me cae en uno de tus acompañantes.
-Eso lo dices porque no se comió a Chanyeol con los ojos, que yo también me fijo.
Baekhyun sonríe victorioso y entonces me doy cuenta de que he metido la pata hasta el fondo. Con mis palabras he confirmado sus sospechas. Joder, pues claro que estuve pendiente de Kyungsoo toda la puta noche, en especial porque él no me hizo caso.
-Entonces le llamaré antes de que me ponga gordo como un barril para hacer la entrevista.
-Asegúrate de nombrar el Exodus unas cuantas veces -le digo gruñón.
-De acuerdo.
Se acerca y, como siempre, se despide de mí con un beso fraternal en la mejilla que a veces me sienta como un bofetón, porque me recuerda lo que podría considerarse un fracaso. No conseguí tirármelo.
ESTÁS LEYENDO
Guardemos el secreto
Romance« ¿Quieres pasar una noche inolvidable? ¿Asistir a eventos exclusivos? ¿Cenar en los mejores restaurantes? ¿Codearte con gente vip? Perfecto, aquí me tienes. A cambio sólo te pido una cosa: a la mañana siguiente ahórrame, por favor, escenas romántic...