Capítulo 16 "Jo InSung"

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Capítulo 16 "Jo In Sung"

Cuando recibo una llamada de Kris diciéndome que si quiero puedo pasarme por el club para «charlar» un rato, tengo la tentación de mandarlo a paseo. He quedado con Krystal y es lo único que debería ocupar ahora mi cabeza. Sin embargo, soy masoquista y le envío un mensaje a mi cita avisando que llegaré un poco más tarde.
-¡Buenas tardes, señor Kim! -La vecina con la que no quiero hablar en este preciso momento, me asalta, casi literalmente, al salir del ascensor.
-¿Cómo le va, señora Choi? -Preguntarle algo así a una anciana viuda significa correr un riesgo muy alto, ya que te puede poner al día de todos sus achaques y, teniendo en cuenta su edad, serán unos cuantos.
-Conmocionada, hijo, conmocionada. Toda la comunidad habla de ello. Lo comenté con tu asistente y me lo confirmó. Por lo visto, Kyungsoo recibió la visita de su exmarido y éste intentó convencerlo para que volviera con él -me explica negando con la cabeza-. Tuvieron una pelea terrible...
-Lo lamento, de verdad, pero tengo un poco de prisa...
Lo que menos quiero es escuchar ahora los cotilleos de vecindario, por muy fidedignos que parezcan. Tengo una cita, bueno, en realidad dos.
-Usted siempre tan ocupado. No es bueno trabajar tanto, debe tomárselo con más calma.
-Sí, tiene toda la razón -convengo para que me deje tranquilo.
-Vaya, vaya; ya hablaremos otro día.
Sonrío a la señora Choi a modo de despedida y me dirijo hacia mi coche, que hoy tengo aparcado en la calle.
Tardo menos de cuarenta minutos en llegar al club, y Kris, como siempre, me recibe con una sonrisa irónica. He saludado a algunos clientes y me he dado cuenta de su cara de sorpresa al verme, sin embargo, no me he detenido a hablar con nadie.
-¿Qué has averiguado? -pregunto sin perder tiempo.
-Qué mal tratas a las viejas amistades...
-Tengo un compromiso y sabes que odio llegar tarde.
-¿Con Do Kyungsoo? -inquiere con retintín.
-No -murmuro.
-No te creo. Rara vez muestras interés por alguien hasta este extremo, por lo general sólo quieres averiguar su número de teléfono -dice burlón.
-Al grano.
-Muy bien. Tu amiguito se licenció en Ciencias de la Información, es de madre italiana y padre coreano. Empezó como becario en un periódico hasta que se casó con Jo In sung, consejero delegado de un importante grupo empresarial dedicado a la comunicación...
-Ahora es el redactor jefe, todo encaja...
-De hecho, se rumorea que Jo In Sung, como regalo de bodas, no sólo lo ascendió de becario a periodista, sino que además le financió la creación de la revista que dirige. El tipo tiene fama de cabrón y sobre todo de ser controlador y extremadamente celoso.
También se rumorea que le gusta sacar la mano a pasear... ya me entiendes.
-Un modelo de virtudes... -murmuro, intentando que toda esa información no me afecte.
-El ex pertenece a una familia adinerada, nunca ha tenido que esforzarse por nada y dudo que alguien sepa pararle los pies -añade Kris, hablando con cierta indolencia. Supongo que está acostumbrado a ver a tipos similares en su local, por lo que ya poco o nada lo sorprende-. ¿Y ahora vas a decirme por qué te interesa tanto este chico?
-Quiere hacerle una entrevista a mi chef -respondo, recurriendo a la verdad para desviar la atención.
-¿Sólo por eso? -inquiere suspicaz.
-¿Qué otro motivo puede haber?
-Tarde o temprano lo averiguaré, aunque, apelando a nuestra amistad, espero que seas tú quien me ponga al corriente.
-Espera sentado -sentencio y como ya no tengo nada más que hacer allí, me despido con un gesto y me dirijo a casa de Krystal.
Mientras conduzco, pienso en la información que me ha dado Kris. Me falta pocas piezas para terminar el rompecabezas. Lo cierto es que desearía escuchar la versión de Kyungsoo, pero como el tabique que separa los áticos podría considerarse el muro de Berlín, no hay posibilidad de averiguar nada más. Y, sinceramente, es lo mejor.
Decir que Krystal me espera con los brazos abiertos no es exagerar, más bien son las piernas, pero no me importa tomarme antes una cerveza bien fría.
-¿Qué tal te ha ido? -le pregunto, no porque me interese, sino por charlar de algo; al fin y al cabo la chica se esfuerza por ser amable.
-Regular. El trabajo de azafata era una mierda, demasiadas horas de pie con unos tacones imposibles, aguantando la mirada de unos cuantos babosos.
-Deduzco que no han aparecido tipos elegantes y con dinero -comento, mientras dejo mi americana colgada en la silla, pues no quiero que se arrugue.
-No, por desgracia no... -musita.
Krystal me conoce y sabe que no he venido a pasar una velada agradable charlando. Así que se acerca a mí y empieza a tocarme, a besuquearme y a, en una palabra, insinuarse. Le pongo una mano en el culo y la acerco más. Tendrá que esforzarse un poco si quiere que se me ponga dura, pero confío en las habilidades de esta mujer para ponerme a tono.
Me coge de la mano para llevarme al dormitorio y, una vez allí, comienza a desnudarme. No hago nada, dejo que ella se encargue de todo. Cuando me roza la entrepierna, todavía no está la cosa muy animada, así que voy a lo seguro, le pongo una mano sobre el hombro y la empujo hacia abajo.
No se hace la tonta y se deja caer de rodillas. Va directa a por el cinturón enseguida noto sus manos sobre mi polla. Respiro, cierro los ojos, me concentro, pero no hay manera. Joder, ahora sólo falta que no se me ponga dura, con las ganas que tengo de echar un polvo de esos sin complicaciones, como he hecho siempre.
-¿Jongin? -ronronea, deshaciéndose del resto de mi ropa-. ¿Ocurre algo?
-No -respondo con sequedad y luego me doy cuenta de que ella no tiene la culpa.
-Pues no lo parece...
Estoy a punto de mandarlo todo a paseo y largarme, sin embargo, la boca de Krystal empieza a animarme y poco a poco noto todos los síntomas de una prometedora erección. Enredo una mano en su pelo y embisto ligeramente.
No sólo me la chupa, sino que además me acaricia las pelotas con delicadeza, aunque siendo sincero me gustaría un poco más de agresividad.
-Desnúdate -exijo, porque viendo un poco de piel seguro que la cosa se anima mucho más y el cuerpo de ella es espectacular.
Krystal es obediente y se pone un instante de pie para deshacerse de su vestido, que la tapa lo justo sin ser vulgar. Tararea algo para darle emoción, y se lo agradezco con una media sonrisa. Lleva un conjunto de lencería espectacular. Sé que se gasta medio sueldo en trapitos, pero ella lo llama inversión. Bueno, tampoco la criticaré por ello, mis trajes de Hugo Boss no son baratos.
-Ven... -me dice, moviendo las caderas y un dedo al ritmo de una música imaginaria.
-No, mejor no...
Me siento en la cama y me masturbo despacio, mientras ella continúa con su baile erótico. He de reconocerlo, tiene un cuerpo magnífico y sabe cómo utilizarlo. Espero que termine cazando a ese marido rico que tanto busca, se lo merece.
Cuando Krystal lo considera oportuno, se sitúa entre mis piernas y de nuevo se arrodilla, aparta mi mano y joder, qué pasada. Me dejo caer hacia atrás y disfruto de una buena mamada, que falta me hace.
Su boca podría definirse como sublime, presión justa, roce de los dientes ocasional para hacerme contener el aliento y una mano juguetona tanteando mis pelotas. La ecuación perfecta.
Sólo una cosa empaña el momento y es de lo más inoportuna, porque tiene bemoles que me surja ahora, precisamente ahora, la duda de cómo la chupará Kyungsoo. La sola idea de imaginármelo así, de rodillas, metiéndose mi polla en la boca hace que me revolucione como un adolescente ante su primera vez.

Guardemos el secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora