-¿Así es como van a funcionar las cosas a partir de ahora?
-¿Hummm? -musita Kyungsoo estirándose a mi lado en la cama, en una pose sugerente aunque un tanto ensayada.
Echa los brazos hacia atrás y permanece con los ojos cerrados. Yo me quedo acostado de medio lado, observándolo. Puedo buscar mil razones para no hacerlo, la principal es que, llegados a este punto, pocas cosas me sorprenden, sin embargo, sigo con atención cada uno de sus movimientos.
-Contesta -lo apremio, recorriendo la distancia que va desde el canalillo hasta el ombligo una y otra vez.
-¿A qué te refieres?
-Al hecho de que eres un hombre casado, para empezar.
-Ni se te ocurra decir que pertenezco a otro -me advierte con voz serena, aunque su tono delata que es un tema importante para él.
-No soy tan arcaico -me defiendo y él frunce el cejo-. Llámame quisquilloso,pero me gustaría saber si vas a aparecer por aquí; a ser posible con suficiente antelación.
-Pues... no sabría decirte. Es la primera aventura extramatrimonial en la que me veo inmerso.
Ahora es mi turno de torcer el gesto ante la fina ironía que destilan sus palabras.
Kyungsoo prosigue:
-Pensaba que tú, al tener más experiencia, podrías ilustrarme.
-Si te lo pregunto -digo pasando por alto el doble sentido-, es para no llevarnos sobresaltos.
-Me parece bien.
No me atraganto de milagro. Cada vez me cuesta más mantener una apariencia calmada cuando por dentro estoy hirviendo.
-Puedes venir siempre que te apetezca o necesites un buen revolcón -yo también puedo ser cruel-, pero si avisas antes, mucho mejor. Con un mensaje me vale.
-¿Tan apretada tienes la agenda?
Kyungsoo se sienta en la cama, abandonando su postura de modorro poscoital adoptando otra más combativa. Lo intuyo y me encanta que presente batalla. Es una de las cualidades por las que me tiene loco, aparte de por cómo es en la cama, por supuesto.
Follar con él es un placer no sólo físico. Es un constante reto. Me desafía, me complace, me enerva y me la chupa como hace un rato, de rodillas, a los pies de la cama, en una pose falsamente sumisa mientras yo no he tenido que hacer nada en absoluto; sólo gozar.
Porque si bien mi intención inicial era empotrarlo en la ducha, no ha sido posible. Mira que lo hemos intentado, conmigo todo chulo vanagloriándome de saber cómo hacerlo, no obstante, al final se ha impuesto el sentido común y he preferido no acabar con algún hueso roto.
Eso sí, han sido unos preliminares cojonudos, se podría decir que los más alucinantes que recuerdo. Joder, qué pasada. Tocándonos, frotándonos, acariciándonos...
Cómo mínimo ha habido cuatro intentos de penetración, en los que he fracasado. Si embargo, lo hemos pasado en grande, porque en cada aproximación fallida rozaba con la punta de mi polla su entrada y, al no metérsela, la estimulación de la zona ha sido
espectacular, tanto para él como para mí.Y de propina las carcajadas, las bromas y las miradas cómplices.
-¿No vas a responderme? -exige y me doy cuenta de que me he puesto a recrear cada minuto vivido y me he olvidado de la cuestión.
-¿Mi agenda, dices? -Lo pienso antes de responder-. Pues sí, suelo tener compromisos a menudo, de ahí que me convenga organizar las citas.
-Entendido... -contesta, en apariencia indiferente-. Procuraré avisar con el tiempo suficiente, no te preocupes.
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Guardemos el secreto
Romance« ¿Quieres pasar una noche inolvidable? ¿Asistir a eventos exclusivos? ¿Cenar en los mejores restaurantes? ¿Codearte con gente vip? Perfecto, aquí me tienes. A cambio sólo te pido una cosa: a la mañana siguiente ahórrame, por favor, escenas romántic...