—¿Se puede?
Aparto la mirada del monitor y veo a Baekhyun asomar la cabeza. Siempre con esa
sonrisa mitad disculpa mitad ingenuidad que lo caracteriza. Y que me crispa.
Creo que él lo sabe y por eso lo hace.
No me apetece hablar ahora y menos que me cuente los por menores de su embarazo,
de los cuales termino enterándome de todos modos, porque Baekhyun se los cuenta a sus compañeros y éstos le hacen preguntas. Y yo, que tengo aparcado el asunto paternidad
*sine die, pongo cara de circunstancias y evito inmiscuirme, no vaya a ser que me acaben liando.—Sí, adelante. ¿Qué te ocurre hoy?
—¿Por qué lo preguntas como si ya pensaras en algo malo?
De acuerdo, mi tono desapasionado evidencia mi carácter huraño del último mes,
pero supongo que Baekhyun y el resto de los empleados se han acostumbrado.—Porque te conozco —murmuro y él, frunce el seño y se sienta frente a mí.
—Vale, me muero por saber qué te ocurre, pero como te empeñas en ser el hombre hermético, me callaré mi opinión al respecto. Así que hablemos de negocios, ¿te parece bien?—Para eso nos pagan un sueldo cada mes —le recuerdo con ironía.
—Sólo dos cosas... La primera, el asunto de mi baja por mi embarazo...
—Ya te lo he dicho unas cuantas veces, no te quiero por aquí chocando con todo y con todos, algo que ya ocurre —añado, señalando su barriga.
—Lo sé, lo sé; sin embargo, no tenías derecho de llamar a Chanyeol y meterte en mi vida —me reprocha y, por supuesto, no me afecta.
—No te confundas, a mí ya sabes que en general tu vida personal me resbala, pero cuando afecta al negocio, no voy a quedarme de brazos cruzados. Y tu querido Chanyeol está de acuerdo conmigo.
Él resopla y yo disimulo una sonrisa.
—Últimamente estás más amargado de lo normal —contesta y le advierto con la
mirada que no estoy para tonterías—.Ya he pensado cómo solucionar el problema de mi
ausencia.—Soy todo oídos.
Me reclino en el sillón y adopto una postura un tanto arrogante, pero que me hace sentir un poco mejor; marcar distancias es fundamental.—¿Qué te parece contratar a varios chefs? —propone y antes de descartar la idea,
dejo que continúe—. La idea es invitar a reputados cocineros al Exodus y
organizar unas jornadas gastronómicas combinando nuestra carta habitual con
creaciones personales suyas o dar una oportunidad a jóvenes talentos.—No está mal...
—Contratar a un único chef de renombre para estos meses es muy difícil, lo más
probable es que no quiera involucrarse al cien por cien, sin embargo, cursar una
invitación es diferente, nos da prestigio a nosotros y ellos sólo tendrían que implicarse de una manera parcial, sin dejar su puesto.—Me gusta la idea —admito.
Baekhyun sonríe y me entrega un folio.—Ya he hecho los deberes. He llamado a unos conocidos y he anotado su disponibilidad, así que sólo tendrías que cuadrar las fechas y negociar los honorarios.
—Vaya... no sabía que tuvieras un lado empresarial —comento con retintín.
—No te equivoques —se ríe, negando con la cabeza—, no ha sido idea mía y a ti te
toca la parte más difícil...—¿Rebajar sus remuneraciones?
—¡Lidiar con sus egos!—exclama, disfrutando por poder pincharme un poco.
Me río también, aunque el muy cabron esta vez me ha colado un gol.—De acuerdo, visto desde un punto de vista comercial, puede ser una publicidad
excelente. Lo gestionaré y, tranquilo, sé cómo lidiar con un ego —digo bajando el tono
e imprimiéndole un aire de cabrón implacable—. ¿Y cuál es el segundo asunto que
querías comentar?Baekhyun desvía la vista, lo que significa que no me va a gustar nada de nada lo que tiene que decirme.
—Verás... —empieza titubeando—. Yo... pues... al final...
—Suéltalo —exijo, porque me pone de mala hostia tanta indecisión.
—Me han llamado de la revista...
Disimulo como puedo, sé que no me va a gustar lo que viene a continuación.
—¿Y?
—Ya sabes que hice la entrevista para Secrets, pero... —Inspira, me mira, pone cara de no haber roto un plato, sonríe y termina diciendo—: Quieren hacerme un reportaje fotográfico.—¿Y cuál es el problema? —pregunto, pues después de crear tanta expectación resulta que no es para tanto—. Es lo más lógico, ¿verdad?
—Van a venir esta tarde aquí, al restaurante. Quieren hacerme las fotos en mi lugar de trabajo.
—Repito, ¿cuál es el problema?
Empiezo a cansarme del tema, porque una cosa tengo clara, sé diferenciar los asuntos personales de los laborales y que Baek salga en una revista como Secrets supone una publicidad impagable para el negocio.—Van a venir esta tarde y...
—Baek, no seas crío, ¿estamos?
—Me pongo en pie, hastiado de tanta gilipollez—. Me parece excelente que te dediquen espacio en la revista, que salga el nombre del Exodus, que tú aparezcas. ¿Pensabas acaso que me iba a enfadar?
Su expresión lo delata.
Por favor, ¿es que la gente no sabe diferenciar las cosas?—Pues sí, eso pensaba —admite en tono de disculpa.
—Anda, ve a ocuparte de tus asuntos y procura no decir más bobadas —contesto y
él me mira como si me tuviera lástima.
Joder, me revienta que adopte esa actitud.—Jongin, de verdad, sé que no es fácil para ti, no disimules —insiste y, claro,
termina poniéndome en el disparador.—No te lo recordaré más veces, Baek: deja de inmiscuirte en mis asuntos personales y, por favor, abandona tus ridículas suposiciones —digo con dureza acercándome a
él, muy consciente de que la proximidad física suele intimidado.—Es para darte un par de collejas —masculla—. Te estás comportando como un niñato orgulloso sólo por no admitir tus sentimientos.
Yo arqueo una ceja, me ha hablado como si fuera mi madre.—Si tanto te preocupan mis «sentimientos» —yo sé por dónde van los tiros, pero
imprimo en la palabra del demonio una connotación sexual—, cosa que te he pedido en reiteradas ocasiones que dejes en paz, ocúpate tú mismo y dame una satisfacción.—Gilipollas —farfulla, negando con la cabeza y sonrojándose.
Me echo a reír sin poder evitarlo.
—Venga, Baekhyun, que eres un tío de mundo, nadie te va a reprochar que tengas un
lío con tu jefe —bromeo, aunque él no se lo toma a cachondeo.—Voy a pasar por alto este extraño caso de acoso sexual, porque, primero, sé lo mal que lo estás pasando y, como cualquier tío, en vez de reflexionar haces el tonto, y, segundo, porque me caes bien.
—En primer lugar, si fuera acoso sexual te ibas a enterar —replico acorrálandolocontra la puerta de mi oficina— y en segundo lugar... —me acerco a su oído para rematar—, si tu querido Chanyeol se entera, me corta las pelotas y, Baekhyun, sinceramente, hay muchas tíos y tías por ahí sueltas como para arriesgarme contigo. —Él gruñe o algo así indignado—. Por no mencionar que no tienes pinta de ser muy activo en la cama, ya me
entiendes.—De tus pelotas, querido jefe, me encargaré yo en persona si me tocas un pelo. Y respecto a lo de cómo soy o dejo de ser en la cama, morirás con la duda —me suelta toda ufano, lo cual, por cierto, me anima, ya que por lo menos me obliga a aguzar el
ingenio.—Pues nada, otra vez será —digo apartándome.
—¡Vete a freír espárragos! —masculla abriendo la puerta.
—¡No, bonito, de eso te encargas tú, que eres el chef!
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* Sine die (lit. 'sin día') es una locución latina que significa 'sin plazo, sin fecha' y es muy usada en Derecho y Administración para decir que algo se pospone indefinidamente.Normalmente se usa como predicado en expresiones que indican referencia o aplazamiento.
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Guardemos el secreto
Lãng mạn« ¿Quieres pasar una noche inolvidable? ¿Asistir a eventos exclusivos? ¿Cenar en los mejores restaurantes? ¿Codearte con gente vip? Perfecto, aquí me tienes. A cambio sólo te pido una cosa: a la mañana siguiente ahórrame, por favor, escenas romántic...