Capítulo 12 "Impaciente"

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La cena está discurriendo con bastante normalidad. Pese a que el invitado de honor ha fingido sorpresa, saltaba a la vista que estaba al tanto de todo, pero no por ello la fiesta se ha estropeado, todo lo contrario.
Una vez superada la tensión inicial, el ambiente se ha ido relajando. Por supuesto, la mano de Baek en la cocina ha tenido mucho que ver y nos ha sorprendido una vez más, en esta ocasión a base de platos fríos. Ahora nos está sirviendo el postre y estoy seguro de que nos dejará con la boca abierta.
Kyungsoo se ha sentado a mi lado, aunque no me está haciendo ni puñetero caso, como mucho algún comentario casual. Está más entregado a la conversación con el resto de los comensales. A su favor hay que decir que no se ha comido a Chanyeol con los ojos, como hacen todos y todas cuando lo ven, pero aparte de eso, para él yo he sido como un mueble.
Joder, no estoy acostumbrado a que me ignoren de forma tan descarada. Debería alegrarme, ya que parece haberse integrado sin problemas, pero lo cierto es que me gustaría un poquito más de atención.
-Venga, los regalos -canturrea Heechul aplaudiendo y mira a Baekhyun-. El tuyo primero, por supuesto.
Él saca un pequeño paquete muy bien envuelto. Kyungsoo me dedica una sonrisa de soslayo. ¿Qué significa? ¿Quiere que me lo lleve al despacho? ¿Por fin se ha acordado de que estoy aquí? ¿Después vamos a follar?
Chanyeol besa a Baekhyun de forma afectuosa y él pone cara tontorrona. Disimulo una mueca, porque no me apetece ver escenas empalagosas.
-Espero que no sea un test de embarazo -dice Heechul con cara de asco.
Yo opino igual. He tenido que escuchar alguna que otra conversación sobre los problemas de Baek para quedarse embarazado, lo cual no me hace mucha gracia.
-No seas tonto -lo reprende él sonrojándose y sin poder evitar sonreír.
-¡Ay, Dios! ¡Estás preñado! -exclama Heechul exagerando.
-No hagas la mariquita mala -le advierte Baekhyun.
-Ah, pero ¿eres marica? -pregunta Kyungsoo haciéndonos reír a todos.
-Qué disgusto tan grande -replica Heechul al más puro estilo teatrero-. Cuatro cursillos de gay tirados a la basura... En fin, me esforzaré más la próxima vez. Vamos a lo importante... ¿Baek?
Chanyeol inspira hondo. Hasta a mí, que me importa más bien poco la noticia excepto por motivos laborales, estoy expectante. Pero él no dice nada.
-¿Una llave? -pregunta Yoona extrañada, como el resto de nosotros, cuando Chanyeol
desenvuelve su regalo-. Baek, qué moderno eres -añade, burlándose de su hermano.
-Es la llave de nuestra nueva casa -explica Baekhyun-. Una más grande...
Tuerzo el gesto, Baek se calla, no puede seguir hablando. El momento empalagoso que tanto me temía ha llegado. Los odio, los evito y ahora me encuentro en medio de un tsunami emocional. Miro de reojo a Kyungsoo, que sonríe amable. Vaya, por lo visto tiene un lado sensible, un lado que nunca me muestra.
Y se produce el beso peliculero. Todos aplauden, incluido yo, que lo hago a desgana por no llamar la atención.
-¡Por fin has dado en la diana, tío! -exclama Heechul, palmeando al cumpleañero en la espalda y acercándose demasiado, pero Chanyeol le sonríe orgulloso.
-Finge al menos que te alegras -me susurra Kyungsoo.
-Vaya, por fin me prestas atención -replico y me doy cuenta de que lo he dicho picado y él se ha percatado.
-Envidiosillo...
Pongo los ojos en blanco, lo que me faltaba por oír.
-¡Venga, a brindar! -grita Heechul llenando las copas. Todas menos la de Baekhyun. Como organizador no tiene precio, de eso no cabe duda. Después se acerca a mi acompañante y le dice mirándome a mí-: Todavía no me ha quedado claro si te lo estás tirando.
Kyungsoo se echa a reír a carcajadas.
-Podemos hacer una porra -contesta sin sentirse ofendido.
-Ya vale -intervengo, antes de que entremos en cuestiones personales a las que no me apetece responder.
Y es algo que me deja confuso, pues por norma general que den por sentado que me follo al acompañante de turno hasta me gusta, eleva mi autoestima, para qué negarlo.
-Uy, uy, uy, que te estás poniendo posesivo.
-No seas malo, Heechul -dice Baek acercándose.
-Gracias -digo, por echarme un cable, aunque el chef me dedica una mirada un tanto peligrosa. Sólo puede significar que tarde o temprano querrá tener una de esas conversaciones que yo prefiero evitar.
Tras la cena, nos levantamos y eso nos permite charlar de manera más desenfadada. Yo sigo mosca porque Kyungsoo aún me ignora. Estoy empezando a pensar que se trata de un arma de seducción que hasta la fecha nunca había funcionado conmigo, pero que en este caso me tiene loco perdido por saber cómo acabará la noche.
Me acerco tranquilamente y me quedo a cuadros cuando oigo:
-De verdad, me gustaría entrevistarte. Sería un artículo estupendo -dice Kyungsoo, emocionado, a una Baek un tanto tímido.
Yo sé que nuestro chef es poco o nada amigo de colgarse medallas por su trabajo o de recibir halagos.
-No sé... no creo que sea de interés -se excusa.
-Tonterías. Estoy cansado de ver a chefs prepotentes que se creen Dios. Me parece una idea fabulosa que aparezcas tú, con tu sencillez. Nuestro público es mayoritariamente femenino y les gustarás, te lo garantizo.
-Tendré que pedirle permiso a Jongin, al fin y al cabo, él es quien manda aquí.
Kyungsoo me mira retándome a oponerme. Joder, si hasta voy a acabar poniéndome cachondo.
-No creo que necesites permiso... -comenta y yo me tenso.
-Baekhyun, hazlo si quieres -intervengo, no porque mi acompañante me haya desafiado en silencio, sino porque desde un punto de vista empresarial una entrevista a Baek significaría publicidad para el negocio.
-Me lo pensaré. Pero muchas gracias, ha sido todo un detalle.
-Gracias a ti por la cena, ha sido espectacular -responde Kyungsoo y parece sincero.
Lo cierto es que me gustaría dar por concluida la velada, llevármelo a casa desnudarlo. Me apetece y mucho pasar la noche con él, comprobar cómo puede volver a sorprenderme, cómo intenta dominarme o lo que sea.
-Siempre tan modesto -comento, colocándome lo más cerca posible de Kyungsoo con la intención evidente de llevármelo.
-De verdad, llámame, ¿de acuerdo? -Insiste él para convencer a Baek-.
Aunque sólo sea para que me des la receta del postre, por favor, estaba buenísimo.
Joder, si al final estos dos se van a hacer amigos del alma, lo cual no sé si es bueno para mí.
Kyungsoo se disculpa y se va al baño dejándome a solas con Baekhyun y eso sólo puede significar una cosa.
-Ya era hora -dice él sonriendo.
-¿Perdón? -Finjo no saber por dónde va.
-Ya era hora de que te acompañase un chico con dos dedos de frente. Reconozco que tenía un poco de miedo por si aparecías con una de esas cabezas huecas que tanto te gustan.
-Gracias -replico sarcástico.
-Ya hablaremos...

Con esa frase lapidaria, que conociéndolo no me sorprende, me deja y se vuelve junto a Chanyeol. Éste intenta esquivar a Baek y su manía de achuchar a todo el mundo, en especial a los novios de sus amigos. También lo intenta con los jefes, pero hace tiempo que yo le dejé muy claro que no se le ocurriera tocarme.
Veo salir a Kyungsoo de los servicios y, en vez de acercarse hasta donde estoy, se va directo hacia la mariquita mala. Heechul lo recibe con los brazos abiertos, le susurra algo al oído y las carcajadas de ambos, que por desgracia tengo que escuchar, me sienta como una patada en los cojones.
Tengo que encontrar la manera de llevármelo a mi despacho para un acercamiento rápido, a modo de incentivo, y después rematar en casa. He pasado por la farmacia y en la mesilla de noche hay una buena reserva de condones y esta noche me apetece usar unos cuantos.
Camino decidido hacia él. Quizá me estoy comportando como un gilipollas posesivo, pero me la suda. Le rodeo la cintura con un brazo y lo atraigo hacia mí. Como cabe esperar, él me mira esperando una explicación de mi actitud.
-¿Nos vamos?
-Oye, no seas impaciente. ¿Cómo te lo vas a llevar ahora, con lo bien que lo estamos pasando? -me suelta Heechul-. Luego ya será todo tuyo.
-Es tarde -interviene Kyungsoo sin apartarse, algo que no sé cómo interpretar.
¿En qué se transformará esta amabilidad más tarde?
Tanto desconcierto me está volviendo loco, pero lo reconozco, al mismo tiempo, me hace sentir vivo, pues me obliga a esforzarme.

Guardemos el secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora