One Shot teorías y más

Un Omega.

N/A: AquilesxBelerofonte.

Omegaverse.

Es la primera vez que escribo de esto :v así que disculpad si no esta bien.

Necesitaba escribir de ellos y es culpa de Kasa_27  >:v/

El terror de ser lo que ellos decían que serías, era lo peor que podías sentir a los nueve años. Todavía era un niño, pero ellas ya veían en sus facciones lo que sería, ya lo estaban criando para ser eso.

Ser el último eslabón en la cadena de mandó, ser la parte débil y la que resistía todo el maltrato, porque eras la última persona a la que le pedirían opinión para cualquier cosa.

Incluso si tenía que ver contigo mismo, incluso si tenía que ver con tu salud, no tenías voz, no tenias voto, ni siquiera respirabas si es que alguien más lo ordenaba.

A esa es la vida a la que se estaba acostumbrado Belerofonte a sus nueve años, porque su "padre" y su madre, ya habían visto las señales.

El sería un Omega.

El último eslabón de la manada, ese que podían pisotear cuanto quisieran y no tendría derecho a quejarse o defenderse. Según su padrastro.

—Bel, ya está la comida ven a sentarte —La voz de la mujer sonó suave hasta los oídos de su hijo, mismo que estaba jugando con un caballo de madera. Su único juguete, el único que su madre había podido comprarle que sería adecuado para un niño.

—Voy —Respondió levantándose del suelo de la habitación dónde estaba, no grito, no hizo ruido, no lo tenía permitido aunque su "padre" no estuviera.

Camino a paso apresurado sin soltar su caballo de madera. El era flaco y esmirriado, su cabello castaño estaba algo rizado, en especial las puntas, estaba descalzo por la casa. Su ropa le quedaba grande, su "padre" solo dejaba que su madre le comprara de segunda mano.

Para que vas a gastar dinero en un sucio Omega.

Solía decir su "padre", ese que en realidad no era su padre. Su madre le había contado sobre su padre, porque en la escuela le llamaban Omega bastardo porque el no se parecía en nada a su "padre" este tenía el cabello de color negro. Un negro opaco y ojos oscuros igual que su madre, también su piel era más clara que la de él.

—Ven siéntate ya Bel —Su madre señaló la silla a un lado suyo. El departamento en el que vivían no era muy grande. Solo tenía una habitación grande, una de lavandería, el baño y la sala-comedor-cocina.

El niño miro el plato servido, no era demasiado lo que había en este, nunca era demasiado, ni en el suyo, ni en el de su madre. Pero ella hacia todo lo posible para alimentarlo.

Su madre, ella era un Omega hermosa, su cabello era castaño como el de Belerofonte, tenía rizos preciosos, una piel ligeramente bronceada, unos ojos castaños algo claros, enmarcados en unas pestañas tupidas, una figura envidiable a pesar de ya tener un hijo y sus años. Aunque no eran tantos años.

—¿Sólo hay eso? —Pregunto el niño terminando de comer y mirando a su madre, ella le sonrió y le pasó su plato. El niño volteó a ver las ollas en la cocina —¿Otra vez el se comerá todo? —Infló las mejillas con disgusto.

—Él es quien da para la comida, cariño —Acaricio el rostro del niño con gentileza, el bajo un poco la expresión —Ahora termina de comer antes de que llegue —El niño asintió, sus pequeños rizos saltaron un poco y su madre los peino.