Ella es mi Evangelyn

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Por su apoyo incondicional, aunque tarde todo una eternidad, dedico este capítulo a todos aquellos que muestran su apoyo al leer y votar en esta Historia en especial a : angellachip. Gracias por todo su apoyo incondicional.


<<Narra Naveen>>

—Psst. Príncipe —me llamó la señorita Lavoud. —¿Dónde estás?

Salí de debajo de la encimera y salte nuevamente sobre ella.

—Señorita Lavoud necesito que me escuche y que no me lo tomé a broma. Necesito concluir con este hechizo de una vez por todas o Tiana y yo no podremos...

—¡¿Tiana?! —pregunto sorprendida.  —¡¿Dónde está ella? ¿Que le pasó?! —comenzó a interrogarme.

Pero había algo más, yo no sabía dónde estaba ella en este momento y tenía muchas ganas de saberlo. Me preocupaba por ella, al igual que la señorita Charlotte. Pero eso era lo de menos por ahora, si lograba besar a la señorita Lavoud podría salvarla a ella también.

Estaba alterada y su rostro me lo hacía notar.

—Tranquila señorita, tranquila, ella está bien, solamente que no está aquí. Pero déjeme le explicó lo que pasa.

Salté de la encimera y comencé a saltar hacía la salida mientras le contaba cada una de las cosas que pasamos hasta regresar al pueblo. Si no lo hacía era probable que ella no me creyera. Así que resumí las partes vergonzosas y nuestros encuentros con Tiana para que ella no perdiera la ilusión.

—...Así que según mamá Odih, debo besar a una princesa antes de la media noche o nunca volveremos a ser humanos.

—¿Una princesa? —preguntó la señorita Lavoud confundida. —¿Y dónde encontrarás una princesa aquí en Nueva Orleans?

Ella no sabía que ella era la princesa que yo debía besar.

Detrás suyo se encontraba un hombre vestido de rey, era su padre, así que por ser un día especial y él ser nombrado rey de un festival, ella se convertía en princesa.

—Señorita Charlotte, su padre es el rey del festival ¿No es así? —hable a fin de darle una pista.

Ella se giró hacia donde estaba su padre conversando con los policías. Y lo observo por unos momentos.

—¿Eso no la convierte a usted en una princesa? —expliqué.

Al oír eso sus ojos se llenaron de brillo y una enorme sonrisa se formó en su rostro.

—Es verdad. ¡Es verdad! Yo soy una princesa puedo besarte —dijo tomándome en sus manos lista para besarme.

Pero antes que nada debía explicarle que el hechizo debía ser desecho antes de la media noche, recordándole mis palabras hace unos instantes, que al hacerlo no solo yo volvería a la normalidad sino que Tania también volvería a ser humana, y que después de eso podría comprometerme con ella si así lo deseaba, en forma de agradecimiento por haberme liberado a mí y a Tania de este embrollo.

—Bien, bien,  bien, déjame ver si lo entendí... —dijo un poco vacilante; se encontraba muy emocionada, cosa que me hacía sospechar que no me hubiera escuchado la mayor parte del tiempo o que no me hubiese entendido. —Debo besarte a ti, antes de que el reloj llegue a las doce y así tú y Tiana, volverán a ser humanos — dijo con un aire de saber que me estaba comprendiendo.

—Exacto —procedí a mencionar.

—Y... Y luego tú y yo podremos casarnos y vivir felices por siempre, como siempre lo he soñado y... —su entusiasmo me gustaba pero olvide decirle una cosa más.

—Pero antes de hacerlo, prometame que le ayudará a Tiana para que pueda conseguir su restaurante,  le hice una promesa y no deseo romperla; porque ella —suspire en sólo pensarla y emboce una sonrisa—Ella es mi Evangelyn —, perdido en mis pensamientos me referí a ella como si estuviera aquí, pero al ver a la señorita Charlotte noté que estaba distraída mientras se preparaba.

—Lo que tú digas terroncito, ahora... Pon esos labios pan con miel —enuncio mientras se inclinaba para basarme.

Me preparé para que ella me besará, no sabía si funcionaria, pero debía confiar en Mamá Odih sino estaría perdido para siempre.

Cerré mis ojos, y pensé en Tiana, tal vez eso me ayudaría a que el hechizo fuese roto por completo. Estaba listo para volver a mi antigua vida.

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora