Promesas

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<<NARRA FASSIELLER>>

Gracias Loreens, gracias por dejar ir a su majestad. Mientras él anda, saltando de aquí a allá, alegremente, yo estoy aquí en apuros gracias al torpe de Loreens y su ineptitud e inutilidad. Te lanzaría a los perros si no fueras un elemento clave en mi plan, solo falta concluirlo y luego todo este pueblo sera mío; yo controlare a esa rata de Loreens, luego de quitarle la monarquía a James Lavoud, y al fin podré obtener todo lo que siempre deseé: ser respetado y aludado por todos.

Abrí la puerta de mi oficina, en aquel fúnebre y escueto lugar en donde mis sueños fueron rotos por ese comerciante de quinta que me quito hasta las esperanzas. Me dirigí a la mesa y la moví apartándola hacia la puerta para que nadie pudiera abrirla, aunque no es algo muy casual, son las once de la noche, la gente de Nueva Orleans no circula muy tarde por las calles, sin mencionar que mi "oficina" esta mas escondida que los secretos del universo, al menos para ellos.

Corrí la gran cortina roja que cubría las puertas que conectaban con los jefes supremos. Estaban ausentes, en el mundo espiritual o visitando a otros compañeros vuduitas; tenia que hacer que vinieran.

- Granico, lombit, granico-iso, tompolijanapala... - sentí una fuerza impotente sobre mi que me hizo caer de rodillas ante aquellas caras tan sublimes y monumentales pintadas en mi pared, las puertas que conectaban con su superioridad. Siete, pera hacer exactos. El jefe mayor y los subjefes a su alrededor.

Mi cabeza empezó a doler y el sudor brotaba de repente sin especularme el porqué. Ya sabia que me sucedía, era un proceso normal cuando quieres hablar con un ser superior como Túlud, el jefe de los espíritus.

"- ¿Por qué me pasa esto?" - pregunte inocentemente.

" - Debes comprender que nuestra fuerza es mayor que las fuerzas humanas. Eres un humano y la humanidad comprenderá que su vida nos pertenece aunque no lo crean, o no lo sepan aún; somos su creadores y nos deben tributo a nosotros, beben venerarnos mas que a dioses desconocidos e invisibles"

En ese momento recordé las primeras veces que invocaba a los jefes espirituales. Poco a poco, la fuerza y todo el malestar se desvaneció de sobre mi.

- Fassieller - oí la voz grave y ronca de Túlud.

- Venerable Túlud, Macendi, Lukatu, Parelad, Zahamora y mi querido Qucush ¿cómo va todo en el mundo espiritual? - salude.

- No hay novedades por allá - contesto Parelad - ¿qué tal todo por acá?

- Sí, Fassieller ¿Cuál es el motivo de tú  osadía al traernos aquí? - preguntó Zahamora.

Estaba mudo ¿cómo les pedía esto? ¿cómo se los explicaba?

- Necesito su ayuda, de nuevo - dije temeroso a un rechazo furtivo.

- ¿Otro favor? ¿Cómo osas pedir eso? - Perelad sobresalto de pronto.

Sería difícil convencerlos.

- Es pequeño, solo debo encontrar al sapo príncipe para que todo vuelva a la normalidad del plan - comenté.

- Ya has recibido mucha ayuda de nuestra parte Fergus - recalcó Macendi, llamándome por mi verdadero nombre. obviamente eran dioses espirituales, debían saberlo todo. Todos murmuraron con firmeza y aprobación a sus palabras - ¿qué mas quieres? Recuerda que tus deudas aun no han sido saldadas...

- Lo sé, lo sé - interrumpí rápidamente - pero mi plan hacia ustedes es involucrativo...

- ¿Qué quieres decir con eso? - replico Túlud interesado.

- Quiero decir que la ganancia no será solamente mía, sino que suya también - saqué un pequeño muñeco de James Lavoud y un alfiler - cuando logre casar al soquete de Loreens con la niña de papi, obtendré toda esa ganancia para mí, y al tener a todo este pueblo bajo mi control, bajo mi monarquía, podré ofrecerles todo lo que deseen. Y las almas de todos y cada una de las tristes personas que viven en este extraño y mediocre  pueblo serán para su deleite - sonreí con malicia y satisfacción al ver que sus rostros mostraban codicia.

- La verdad, no puedo esperar a que eso suceda - expresó Qucush con ego.

- Claro que no, mi plan estará completo si logró encontrar a ese bobo sapo y todo seguirá concuerdo al plan ¿qué dicen? ¿tenemos un trato?

Todos se vieron y asintieron socatonamente.

- Trato - dijo Túlud, este abrió su boca y dejo en libertad a las sombras mas astutas que pudieran existir.

Me ponía tan emocionado que los jefes accedieran, que mi felicidad se expresaba por medio de maléficas carcajadas, era imposible, inevitable, hasta el extremo que el no expresar mi malicia era extraordinario

- Ustedes son mis más astutos cómplices, deben ayudarme a encontrar a ese sapo, no importa donde lo busquen: el Bajiu, El Barrio Francés, Los Muelles Irlandeses, solo encuentrenlo y tráiganlo ante mi, lo quiero con vida, que sus latidos sigan su curso, por ahora - dije dando libertad a su partida - ¡A LÉ TU PRHIM! - grité finalmente.

Después de su partida todo se quedó a oscuras y en silencio.

- Fassiller - me llamo Túlud, Solo él se encontraba presente en aquel rostro central, todos los demás se habían marchado - No olvides que si rompes tus juramentos, tu vida será nuestra recompensa - amenazó antes de ausentarse por completo.

Eso me aterraba, siempre era así.

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora