Una Princesa

629 23 6
                                    


Quien lo diría, fue el mejor momento de mi vida. Cuando llegue al lugar donde estaba todo organizado todo era muy bello, mis ojos no podían creer lo que veían: muchos animales estaban a la orilla del lago rodeados de muchas luciérnagas que sostenían flores blancas en el aire, había mucha luz, gracias a los rayos del sol que se reflejaba en las botellas de vidrio colgadas por todas partes a fin de dar un ambiente cálido y hermoso.

No pude evitar sonreír al ver al final del lago, a Naveen esperándome del otro lado. Frente a mí yacía un camino de hojas de nenúfar acompañado de muchas flores de loto blancas; todo eran tan mágico, sentía que caminaba sobre el agua y me sentía viva, nerviosa hasta la coronilla, pero la felicidad y la paz que me brindaba ese momento era incomparables.

Vi a Naveen parado frente a Mama Odih, tan hermoso como él es y me sentí tranquila, al llegar a su lado todos mis miedos desaparecieron al ver su cálida mirada acompañada de una tierna sonrisa que me llenaba de vida.

—Hola —susurre a su lado sonriendo.

—Hola —me respondió con su voz temblorosa. Reí bajo al darme cuenta que se encontraba igual de nerviosos que yo.

La ceremonia fue más que perfecta y al pronunciar las palabra "ACEPTO" no pude evitar sentir un extraño cosquilleo en mi estomago, la emoción me invadía y todo a mi alrededor parecía un sueño.

—Y por el poder del bosque y toda la naturaleza, yo, ahora los declaro sapo y mujer...ah bueno esposa —, mencionó Mama Odih con alegría, — ¿Qué esperas sapito? Dale un beso a tu novia.

Todos a nuestro alrededor gritaron de emoción y celebraban juntos.

Vi a Naveen con una enorme sonrisa en su rostro, seguidamente tomo mi rostro y cerrando sus ojos me besó. Fue más que un momento mágico, fue magistral, me sentía en las nubes y a su lado todo estaba bien.

Siempre recordaré ese día y ese momento como el más feliz de mi vida; cuando abrí mis ojos lo que vi me sorprendió: no vi a un sapo, sino un rostro moreno que me veía con sorpresa.

Pasaron unos minutos antes de caer en cuenta que era lo que estaba pasando. Ya no éramos sapos.

—Eres...un...humano —dijimos al unísono  luego de observar que habíamos vuelto a ser como éramos antes.

Estupefacta vi a mí alrededor y la expresión de todos a nuestro alrededor era la misma, y me confirmaba que lo que estaba viendo no era un sueño. Verdaderamente volvimos a ser humanos.

— ¿Pero cómo es posible? —pregunté confundida.

Mamá Odih rió.

—Se los dije chicos, besar a una princesa rompe el encantamiento —explicó entre risas tranquilas, pero aún así no lo entendía. 

Segundos más tarde comprendí porque recalcó nuevamente en que una princesa rompía el encantamiento.

—Al convertirte mi esposa, te convertiste...— explicó ahora Naveen con entusiasmo.

—En una princesa —, lo interrumpí. —Acabas de besar a una princesa de verdad —mencioné alardeando.

Él sonrió y me tomo del mentón.

—Claro que sí y sabes qué, creo que lo volveré a hacer de nuevo —asumió para luego besarme.

Si casarme con él fue hermoso y especial, regressar a ser yo lo era aún mejor, podría volver a ver a mi madre y a Lotte, me llenaba de emoción y de ilusión la idea de que mi vida volviera a ser como antes; solo que ahora alguién me acompañaría en esa vida que tenía por delante.

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora