Necesitamos ser humanos

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<<Narra Tiana>>

- Y bien... qué los trae por estos lares del bosque - mamá Odih rompió el silencio sepulcral que se había formado desde que Naveen había sido salvado por ella.

Aún estaba un poco mal, apenada, por lo que pasó con Naveen en el pantano. No fue correcto, me desconcertó el saber que está comprometido con Lotte, me aterra la idea, tan sólo el pensar que la defraudaría. Yo, no podía, ni  siquiera, pensar en traicionar a mi mejor amiga, mucho menos con su príncipe amado.

- Ray, ¿Qué tal todo con tu familia? - mamá Odih hablo a Ray, después de escuchar el peloteo de Naveen.

- Todos están bien, mandan saludos. La abue, está un poco cansada pero sigue alumbrando, a su paso pero va muy bien - concluyó su respuesta con una risa contagiosa.

Continuamos subiendo las escaleras en forma de espiral que rodeaban el gran roble, sobre ella había un bote en forma de casa, tallado, cuidadosamente, enredado entre las ramas del gran y grueso roble. No me explico como pudo llegar hasta ahí, pero parecía ser seguro.

- Ah - suspiro al llegar al final de esas escaleras, el saltar y saltar tanto por esas escaleras me quitó el aliento. - Que bueno fue encontrarte mamá Odih, bueno la verdad tú nos encontraste pero veníamos hacia a ti. - comencé a explicar.

Al atravesar por la cortina de lianas y flores situada frente la puerta de aquella extraña casa pude notar de todo, máscaras  terroríficas, ojos en frascos, muchos jarrones de barro marcados con símbolos extraños a su alrededor.
¿Muñecos hechos de madera y alambre? ¡Ay, esa es una cabeza!

Bueno, ya me comenzaba a asustar, mamá Odih es más extraña de lo que dicen de el hombre sombra.

- Linda ¿escuchaste mi pregunta? - chasqueó los dedos frente mis ojos.

Luego sentí un codazo de parte de Naveen. Gire mi cabeza y lo vi mal.

- Bueno, necesitamos un favor tuyo mamá Odih,  sabes este renacuajo que está a mi lado se dejó engañar por el hombre sombra y...

- ¡Yuyú! - gritó de pronto.

Bajo un gran sillón salió una serpiente ante el llamado de mamá Odih y se lanzó sobre ella, enredándose en el cuello de ella y acariciando su mejilla, delicadamente con la cola. Mamá Odih tomó su cabeza y comenzó a besarla.

- ¡Ahg! ¿Ray, está seguro que es la única  mamá Odih, bruja y amadora del vudú, que existe en todo el Bajiu? - cuestiono dudoso Louis a Ray, tal parece que no era la persona que el esperaba ver.

- Estoy muy seguro de que lo es - afirmo cruzándose de brazos y con la seguridad reflejándose en su rostro y en cada una de sus palabras.

Seguimos a mamá Odih hasta el centro de la sala, al parecer, en las paredes podía apreciarse las grietas de la madera y alguna que otra corroída, pero algunas eran cubiertas por grandes enredaderas, ramas u hojas de roble. Había una tina en un costado de la sala y frente a está, a cinco metros , se encontraba un viejo sillón amarillo en el cual mamá Odih se sentó mientras la serpiente arrastró con su cabeza un reposa pies hasta el alcance de ella. A ambos costados del sillón se encontraban dos mesitas de noche llenas de libros polvos, apilados desordenadamente. 

Note que del techo, del bote, se infiltraban ramas y lianas del mismo robre y dentro de este, por todos lados podían notarse palmeras, en masetas al rededor, dándole un toque rustico, mágico y natural a esa pequeña sala, sin mencionar la luz de las velas por toda la habitación. También las llamativas botellas de cristal, de colores, colgadas en las ventanas y paredes se iluminaban y daban más calidez al lugar. En el pantano, hacía frió, pero dentro del bote, estaba cálido, hasta podría llegar a sentirse un poco de calor. La madera bajo nuestros pies era cubierta por un gran tapete colorido que se desplegaba a lo largo de toda la sala de estar en donde nos encontramos.

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora