"Estas de vuelta"

394 13 6
                                    


Narra Mariam

El desastre de la boda de Charlotte fue un escándalo en todo el pueblo, lamento mucho que ella no haya podido cumplir ese sueño tan anhelado; es una lastima que el supuesto príncipe, era un estafador. El descubrir eso hizo que la familia Lavoud se librara de perderlo todo.

— Charlotte, siento mucho lo que sucedió ayer en el festival.

— No se preocupe señora Duvoah, la verdad, no era lo que esperaba y me defraudó mucho, pero me salve de casarme para siempre con un mentiroso que no me amaba —. Aunque ella trataba de negarlo con sus palabras, su rostro no ocultaba la tristeza que había en ella.

Sentía lo mismo al ver qué Tiana aún no aparecía. ¿Que podría haber pasado con ella? ¿Dónde está? Alguien tuvo que llevársela  porque ella sola no haría algo así. Jamás se iría de casa.

En ese preciso momento el señor Lavoud entro a la habitación; con neutralidad se acomodo sus vestidos y luego se dirigió hacia Charlotte, mientras la abrazaba y la besaba con alegría.

—¿Cómo estás mi sol? —hablo mientras la observaba con amor.

—Ya estoy mucho mejor papi —, sonrió con ternura. —¿Sabes algo en cuanto a Tiana? — Esas palabras captaron mi atención; estaba deseosa de obtener noticias de ella, quería encontrar a mi hija y necesita saber cómo estaba.

El Señor Lavoud tomo las manos de Charlotte y me miró con tristeza para luego agachar la cabeza. Observó por un tiempo las manos de su hija mientras la angustia me mataba, la incertidumbre me revolcaba por dentro de saber de Tiana.

—No, pastelito, aún no hay noticias sobre Tiana. Lo siento Señora Duvoah —; soltó en un suspiro largo. —Pero no sé apresuren, no párate a mis tropas hasta que ella aparezca, aún cuando sea sin vida. —continuo.

Me perdí en la parte en la que dijo que la encontraban aún cuando ya no tuviera vida. Senti una punzada en mi corazón. No. No es posible... No eso no, quiero a mi hija con vida.  Me moriría si pasara de nuevo, me moría si mis grandes tesoros se van y me dejan con un vacío inmenso.

Reaccioné, estaba hiperventilando y de un momento a otro me encontraba sentada en una butaca mientras el Señor Lavoud llamaba a sus sirvientes.

—Mariam...Eudora, ¿Te sientes bien? ¿Estás bien? —, escuchaba la voz de el Señor Lavoud mientras trataba de ofrecerme un vaso con agua.

Tome el vaso en mis manos temblorosas y lo acerque a mi boca, bebiendo de él en pequeños sorbos.

—Vamos abran paso, denle espacio, necesita aire. Por favor retirense —. El Señor Lavoud despacho a sus sirvientes y en un par de minutos, en la habitación solo quedamos Lotte, Él y yo.

Respiraba con dificultad mientras  las lágrimas caín por mis ojos. El tan solo pensar que mi hija podría estar muerta, debilitaba mis sentidos y me hacia tambalear.

—Mariam ¿Qué pasó? —, El Señor Lavoud se sentó a mi lado. La habitación se encontraba en silencio, el único sonido que pudimos escuchar  eran los pájaros cantando fuera.

—Me descompense solamente en pensar que Tiana podría estar muerta—. Limpie mis lágrimas y alce mirada —Señor Lavoud prometame que encontrará a mi hija aún cuando sea... —, me dolía pensarlo pero no era algo imposible, es algo que podría pasar y tendría que resignarme. Solo quiero verla una vez más — ... Aún cuando sea que ella ya no esté con vida.

No podía para de llorar. Tenía un enorme nudo en la garganta que me impedía continuar.

El señor Lavoud me sugirió que lo mejor era descansar y llamo a su chófer para que me llevará a casa y pudiera descansar. Me prometió que haría todo por encontrar a mi hija.

Al llegar a casa, me sentía exhausta, solo deseaba dormir. Pero algo en la puerta me detuvo; dentro de la casa se escuchaban voces, entre esas voces yo conocía una de ellas. Abrí la puerta con rapidez y la ví. Ahí estaba ella, tan bella, con un enorme vestido verde, con pelatos y hojas, un poco sucio pero eso era lo de menos, ¡ella estaba aqui, en casa ya. Había regresado!

— Mamá —, dijo ella con su dulce voz.

—Tiana —, articule lentamente. Seguía parada en la puerta sin poder moverme.

— Mamá —repitio y se dirigió a mi para abrazarme.

— ¡Tiana! —exclame, y me lance sobre ella para abrarzarla. Lloré, pero ahora mis lágrimas no eran de tristeza, sino de felicidad; una felicidad tan inmensa que es inaudible, que es inexplicable, una felicidad que se enrolla en tu corazón y solo logra salir por medio de ellas. —Te extrañe tanto mi niña —. Susurré.

— Y yo a ti mamá —. Alejándose de mi la ví a los ojos y tenían un brillo peculiar, el mismo brillo que tenía su Padre cuando estaba feliz.

— Hija ¿Dónde estabas? Nadie sabía nada de ti, no te encontrábamos por ningún lado. Charlotte y el Señor Lavoud nos han ayudado con sus tropas para buscarte. Hasta pensamos que habías muerto. —me apresure a decir...

— ¡Ay mamá! No exageres. Creeme que si te cuento no me creerías, ¿cierto Naveen? —, dijo, interrumpiendome y voltio a ver hacia un muchacho tras ella.

Tal había Sido mi asombro al verla que no me percate que él estaba ahí. Era alto y guapo, moreno y con una tes brillante. Era muy parecido a...

— ¡¿El Príncipe? ¿Usted es el Príncipe Naveen?! — exclamé sorprendida. —¿Que sucede? —, ví a Tiana y ella solamente sonreía.

— Si mamá, él es el Príncipe Naveen, Naveen ella es mi madre, Mariam Eudora Duvoah —. Nos presentó.

—Es un placer señora Duvoah, su hija es encantadora al igual que usted —. Al parecer era un muchacho muy encantador. ¿Pero que estaba haciendo aquí en mi casa, y vestido tan elegante?

—¿Tiana, pero porque el Príncipe está aquí? ¿Ya le ofreciste algo de beber? Un placer , tome asiento, es un honor tenerlo aquí en mi humilde hogar... —estaba un poco nerviosa, la realeza en mi casa.

—No hay problema Señora Duvoah, está bien, me encanta su hogar, y estoy aquí para pedir su aprobación para casarme con Tiana e invitarlas a ambas a que vengan conmigo a Maldonia a conocer a mi familia —. Contestó el Príncipe.

Lo mire sorprendida, no podía creer lo que escuche. Observé a Tiana y su rostro dibujaba una enorme sonrisa, mientras el brillo en sus ojos persistía. Sus manos estaban entrelazadas y supuse, bueno más bien, supe que era un hecho, Tiana también quería eso.

No sé, pero me sentí feliz. Me sentía feliz porque mi hija había encontrado lo que yo tanto había anhelado el Amor Verdadero.

Seguía confundida pero ya sería tiempo de contarmelo todo con detalles

Lo que importa ya es que ella está bien, está viva y está de regreso.



Hola hola mis gentes, he vuelto después de mucho tiempo. Siento mucho haber tardado tanto. Tuve un viaje larguísimo y no pude actualizar el todo este tiempo.

Pero estoy devuelta lista para concluir nuestra maravillosa historia, ya casi llegamos al final. Pero no me presionen si, tengo que actualizar otra historia, estudiar para un examen de admisión en la universidad y trabajar cada día, que apenas me queda tiempo para mí😉😆

Pero tranquilos que de que terminamos está historia la terminamos y terminamos la otra también. Nada es imposible.

Les quiero se me cuidan muchoooo🤩😘

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora