GIRO

7.5K 231 13
                                    

―¡Oh, Nessie, es genial! ―exclamó Rachel, pillándome totalmente desprevenida al abrazarme con esa alegría desbordante―. ¡Enhorabuena, Jacob y tú vais a ser papás!

Su cariñoso abrazo hizo que saliera de mi estado de shock inicial, pero sus palabras también aportaron algo más, en contra de mi voluntad. Mi mente ya quiso empezar a fraguar sus últimos vocablos, haciendo que esa pequeñísima parte de mí que antes había comenzado a hacer mella, ahora quisiera explotar para llenar mi cuerpo de esa energía nueva. Mis mariposas ya iniciaron sus aleteos, embargadas por miles de sensaciones y sentimientos, pero las detuve. Respiré muy hondo y conseguí reprimir todos esos sentimientos a tiempo.

―Gracias… ―no se me ocurría decir nada, aún estaba demasiado sorprendida y confusa, no sabía qué sentir, y solté eso más por educación que por otra cosa.

Rachel se despegó de mí.

―Ya verás cuando se entere Paul y el resto de la manada ―rió, acariciándome las mejillas.

Cogí sus manos, retirándolas de mi rostro, y las sostuve entre las mías, a la altura de la cintura.

―Preferiría que no dijeras nada todavía ―le pedí, sonriéndole como pude―. Primero querría que lo supiera Jacob.

―Claro, cómo no ―aceptó, con una sonrisa―. Esperaré a que Jake se lo cuente a la manada, no te preocupes.

―Gracias ―le sonreí de nuevo.

De pronto, su teléfono móvil comenzó a sonar. Rachel lo sacó del bolsillo de su chaqueta y lo miró.

―Ah, es Paul ―descolgó y se lo puso al oído―. Dime, cariño.

―Hola, cielito ―escuché que le decía su marido al otro lado del auricular, usando ese término en español. Desde que se habían ido de viaje de novios a México, siempre lo usaba―. Ya terminé la jornada, ¿dónde estáis, que paso a recogeros?

―Estamos en casa de Jake y Nessie ―le contestó, mirándome con una sonrisa cómplice que a mí me hubiera gustado corresponder, pero que me fue imposible―. Hemos venido a hacerle una visita.

―¿Y vas a quedarte más tiempo?

―No, ya me iba a marchar. Ya se me ha hecho tarde, y todavía tengo que bañar a los niños ―me sonrió, como si me estuviese advirtiendo de lo que me esperaba el día de mañana.

Genial.

―Ah, bueno, entonces os paso a buscar dentro de cinco minutos, ¿de acuerdo? ¿Te dará tiempo?

―Sí. Preparo a los niños y te espero.

―Bien. Hasta luego, entonces.

―Hasta luego ―sonrió, esta vez dedicándole esa sonrisa a Paul.

Y los dos colgaron.

―Tengo que…

―Sí, ya lo he oído. Tienes que irte ―le sonreí.

―Sí ―rió, guardándose el móvil en el bolsillo.

Esto me venía muy bien, porque ahora por fin iba a tener tiempo de recapacitar a solas.

―Vale, te acompaño a la puerta ―le dije, echando a andar.

Ambas salimos del baño y bajamos las escaleras. Justo cuando Rachel consiguió sentar a Andrew y a Zoe en la silla doble, Paul picó a la puerta. Después de que mi cuñado charlara un rato conmigo y me revelase que Jacob también estaba a punto de terminar su turno, abandonaron mi casa. Rachel se marchó sin poder decirme enhorabuena otra vez, y se notó que se quedó con las ganas, pero parecía que iba a cumplir mi petición.

JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora