Cerré el grifo del agua caliente, me escurrí el pelo con las manos y después abrí la mampara, cogiendo mi toalla para secarme. Salí de la ducha y cuando terminé de hacerlo, me eché otro vistazo.
Sonreí.
Me acerqué a la lavadora, donde reposaba mi ropa, y me vestí. En cuanto terminé de desenredarme el pelo, salí del baño y me dirigí hacia el dormitorio.
Iba a encaminarme hacia la cama para hacerla, pero me fue imposible frenar el impulso de pararme frente al espejo que colgaba de la pared, pegado al armario. Éste era tan alto como Jacob y llegaba hasta el suelo, así que me podía ver entera. Me coloqué de perfil y alcé la camiseta para mirarme.
Mis labios también se alzaron con ilusión. Ya me veía todos los días, pero no podía evitar volver a mirarme. Mi vientre ya había dejado de ser liso hacía un tiempo. Poco a poco, semana tras semana, se había ido transformando en una pequeña barriguita que revelaba que este era mi cuarto mes de embarazo. Ya había pasado esa franja peligrosa de los tres meses, y estaba feliz. Sí, la palabra era feliz. Esa corriente eléctrica que había sentido el primer día que me había enterado de mi embarazo, ahora recorría toda mi anatomía, cada célula de mi organismo, con libertad, continuamente.
Unos conocidos y cálidos brazos fuertes me rodearon por detrás con delicadeza y mi sonrisa se amplió. Jacob me arrimó a su cuerpo y llevó su rostro hacia delante para darme un beso en la mejilla. Mi vello se puso de punta y mis mariposas iniciaron su alocado vuelo de siempre. Después, bajó sus manos hasta mi hinchado vientre y lo acarició mientras ambos nos mirábamos a través del espejo y sonreíamos de felicidad.
De pronto, sentí un ligero movimiento dentro de mi barriga.
―Creo que se ha movido, ¿lo has notado? ―exhalé, con grata sorpresa.
De un tiempo a esta parte solía notar ciertos movimientos, pero no sabía si era producto de mi imaginación, motivada por esta enorme ilusión.
―Sí ―rió.
―No es mi imaginación… ―murmuré, mirándome en el espejo, sonriendo.
Jake se quedó anonadado, observándome a través del reflejo. Después, acercó su rostro a mi sien.
―Estás preciosa ―me susurró al oído, provocando a mi piel y a mis mariposas de nuevo.
Sus tórridos labios comenzaron a deslizarse por mi oreja y mi cuerpo se estremeció con intensidad. Luego, descendieron con esa suavidad para rozar mi mandíbula y mi cuello, dejando que su aliento de fuego abrasara mi piel, y ya empecé a hiperventilar sin remedio al tiempo que mis párpados caían. Iba a girar el rostro para que mi boca llegase a la suya, sin embargo, antes de iniciar esta acción, Jacob se despegó de mi piel y se enderezó. Abrí los ojos, decidida a voltearme hacia él, pero entonces sus manos dejaron mi vientre y se alzaron para ayudar a las mías a bajar mi camiseta.
―Será mejor que hagamos la cama ―sugirió, tomando aire para soltarlo lentamente.
Me dio un beso en el lateral de mi cabeza y se separó de mí. Me volví y vi, algo desesperada, cómo se dirigía a la cama para hacerla.
Mi libido había estado bajo mínimos durante los tres primeros meses, pero ahora que mis hormonas se habían estabilizado, no sólo se había recuperado, sino que había aumentado bastante. El problema es que Jacob últimamente no estaba por la labor. No sé qué le pasaba, él no me decía nada, y yo tampoco sabía cómo sentirme, ni qué hacer. Estaba bastante confusa, la verdad, porque me moría por hacer el amor con él, sin embargo, aunque seguía siendo tan cariñoso y atento conmigo como siempre, Jake evitaba cualquier contacto físico prolongado, incluso cortaba los besos que se alargaban un poco, y estaba desconcertada con esa actitud.
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 2° parte)
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Reg...