REENCUENTRO

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Mi madre estaba muy nerviosa, lógicamente. No paseaba de aquí para allá, pero enredaba sus manos en un nudo de dedos frenéticos. Mi padre intentaba calmarla, frotándole los brazos, sin embargo, mamá tenía la mirada enfrascada en el suelo. Parecía estar meditando todo lo que le iba a decir a Renée, así como cada una de las posibles reacciones de ésta, para estar preparada.

Alice se concentraba en un intento de ver qué iba a pasar, pero mientras Jake y yo estuviéramos presentes, era imposible que viera nada, así como estos días atrás no había visto que Renée iba a aparecer en la fiesta de cumpleaños, puesto que la misma estaría llena de metamorfos. En el momento en que mi familia había decidido asistir a la fiesta, Alice ya no podía ver nada.

Charlie todavía no estaba en la casa, pues había decidido ir él mismo a buscar a Renée a su hotel, más que nada para ayudarla y acompañarla en estos momentos tan extraños y desconocidos para ella, llenos de incertidumbre. Creo que Renée necesitaba su apoyo más que nunca, aunque también tenía a Phil a su lado, que, al parecer, también había venido, pero, claro, este último no sabía ni la mitad, y no lo iba a saber nunca. Phil tan sólo sabía que Renée por fin iba a ver a su hija. Me pregunté si él también iba a venir a la casa. Ayer mi abuelo, después de superar su estado de shock, había salido en busca de Renée para tranquilizarla un poco más, aunque él era todo un manojo de nervios. Puede que ella decidiera no venir, pero Charlie estaría con ella fuese cual fuese su decisión. Al fin y al cabo, era de la hija de ambos de quien se trataba.

Yo también estaba nerviosa. Tal vez al final no podíamos decirle que tenía una nieta, pero la posibilidad de que sí se lo dijésemos también estaba ahí. Como cuando era una niña, una vez más me tenía que enfrentar al temor de ser rechazada, porque, para qué nos íbamos a engañar, a ojos de cualquier humano, yo seguía siendo un bicho raro, un ser extraño que incluso les podía provocar cierto temor o aversión. Aunque esto no era nada comparado con lo que mamá estaba pasando, claro.

Mi madre ya esperaba en el salón, con sus lentillas marrones puestas. No sólo las llevaba por Renée, sino que Charlie jamás había visto sus ojos dorados, aunque a estas alturas... Creo que mi abuelo sabía de sobra que el iris de mamá era idéntico a aquellos que la rodeaban, pero que prefería no verlo directamente, es por eso que mi madre seguía llevando esas dichosas lentillas.

La estancia permanecía en un silencio tal, que el único sonido que se oía eran los dos repiqueteos acompasados de mi corazón y el de Jacob, aunque también se podían escuchar los cantares juguetones de los diferentes pájaros que habitaban el bosque, las caricias del viento en las hojas y el correteo de alguna ardilla que otra por la corteza de un árbol.

El único que se mostraba más tranquilo era Jacob. Su postura no es que fuera totalmente despreocupada, pero sí mas relajada que la de los demás. Mi madre intentaba concentrarse en él, como si así fuera a contagiarse de algo.

No había ninguna hora de llegada acordada, pero parecía que Renée se estaba retrasando. Ya empezábamos a dudar de que viniera, cuando otro ruido diferente comenzó a escucharse en la lejanía. Era el motor de un vehículo, y no era el coche patrulla de Charlie.

Los nervios de mamá subieron hasta el infinito.

―Tranquila, todo saldrá bien ―le alentó mi padre, posando los labios en su sien con dulzura.

El ruido del motor fue oyéndose cada vez más cerca, y el nerviosismo fue aumentando con él, hasta que ese motor se paró justo delante del porche de la casa.

Todo se detuvo de nuevo, incluso mi corazón pareció ralentizarse. Hubo un momento en que casi iba al mismo compás que el de Jake. Él se percató de mi estado de ánimo y apretó el amarre de mi mano.

JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora