En cuanto escuché el inicio de ese repentino estrépito, miré hacia arriba con precipitación.
Un montón de rocas y pedruscos venían hacia mí desde lo alto de la montaña. El río se encontraba entre dos laderas rocosas, y ese mogollón de enormes bloques de piedras rodaban por una de ellas a toda velocidad para caérseme justo encima. ¡Y pesaban tanto, que venían como auténticos torpedos! ¡Ya las tenía sobre mí!
¡Mierda!
Mi primer acto reflejo fue intentar apartarme, así que, con rapidez, pegué un salto hacia la orilla para esquivar esos endiablados pedruscos. Mi intención era crear mi barrera de fuego a la vez, sin embargo, uno de los monolitos se me adelantó y me alcanzó, colisionando en mi cabeza. Me estampé de morros en ese terreno de tierra y cantos rodados que conformaban el margen del río, y la grande roca que me había golpeado se cayó a mi lado, desplazándose un par de metros más allá. El impacto fue brutal, pero antes de que empezase a sentir el mareo conseguí erigir mi círculo de luz brillante y lo calenté como el fuego inmediatamente. El resto de los enormes bloques de piedra no tardaron mucho más en llegar, pero, para mi fortuna, se estamparon contra mi barrera en llamas y se desintegraron al instante, ni siquiera sus cenizas me tocaron.
¡Jake, ¿qué pasa?! ¡Te estamos perdiendo el hilo!, escuché que me decía Embry. Y su voz sonaba tan lejana.
Maldita sea, me estaba mareando…
¡Jake, responde!, gritó Sam, también con una voz enlatada.
Intenté ponerme en pie por todos los medios, pero mis patas me zarandeaban de aquí para allá como un tarambana, ni siquiera era capaz de mantener mi barrera en condiciones, así que me desplomé en el suelo otra vez. Maldición…
Acto seguido, me mareé del todo y la oscuridad se cernió sobre mí.
―Nessie, ¿quieres un poco de limonada? ―escuché que le ofrecía mi viejo.
―Sí, gracias, Billy ―le contestó ella, se notaba que con una sonrisa.
Yo me encontraba en mi cuarto, cambiándome de ropa, pero pude escuchar el leve jadeo de mi padre. La sonrisa de Nessie también influía, pero todavía se maravillaba al escuchar su voz, ese timbre cristalino y pueril. No era el único, claro, la propia familia de Nessie, y yo, no podíamos evitar sentir lo mismo cada vez que la escuchábamos.
Últimamente, solía traer a Nessie a La Push con más asiduidad, para que ella se relacionase con gente más normal, así no podría usar tanto su don y se vería obligada a hablar. Nessie solamente tenía ocho meses, pero físicamente tenía unos seis años, y seguía sin querer comunicarse en voz alta. No quería que se convirtiera en una rara. Con Charlie tenía que utilizar su voz, sin embargo, la muy pillina trataba de hablar lo menos posible, y encima su abuelo se lo consentía todo. En cuanto Charlie veía los ojitos que le ponía Nessie porque le incomodaba hablar, ya no podía resistirse, así que con él siempre se escabullía. Reconozco que a mí también me costaba un triunfo no sucumbir cuando me clavaba los ojitos de esa forma, pero también miraba a su futuro. Nessie se haría mayor en poco tiempo, y no quería que alcanzase la edad adulta y que siguiera sin hablar, eso le iba a traer problemas. Creo que Nessie se daba cuenta del efecto que causaba el escucharla y esto le daba mucha vergüenza, pero era necesario que usara su voz y ella misma se acostumbrara a oírse.
Edward prefería que Nessie empezase a comunicarse en voz alta en casa, bajo su protección y supervisión, sin embargo, para mí lo mejor era que ella se acostumbrara a hablar con gente menos conocida, para que fuera perdiendo esa vergüenza. Ya teníamos bastantes discusiones cuando le daba las lecciones de Historia a Nessie, porque con el tema de los indios no se paraba mucho; nos dejaba muy bien y eso, sí, pero no se explayaba demasiado, y yo quería que ella conociese bien la verdadera cara de la moneda, aunque, para mi desgracia, siempre tenía que aguantar eso que Edward me decía de que se trataba de su hija, que su educación la decidía él y bla, bla, bla. Y, claro, también habíamos tenido otras trifulcas más por culpa de esto, cómo no. Bah. Edward tampoco estaba muy conforme con que Nessie se pasara los días aquí, pero a mí me importaba un bledo, además, a ella le encantaba estar en La Push.
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 2° parte)
Fiksi PenggemarEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Reg...