No sé por qué me vino ese recuerdo a la cabeza.
―Yo decoro el árbol, abuelo ―se ofreció Nessie, entusiasmada, ya corriendo a su paso humano hacia la caja de los adornos.
Bella ni siquiera pudo retenerla, había saltado de sus brazos con agilidad, pegando un brinco enorme y veloz. Su pequeño vestido de seda azul se hinchó como si fuese una campana mientras aterrizaba y los largos rizos de su preciosa melena rebotaron en su espalda, volviendo a subir a cámara lenta hasta que recayeron en su columna de nuevo. O eso me pareció a mí. Todos nos hubiéramos quedado engatusados del todo si no fuera porque ese salto era demasiado acrobático para una niña de seis años, seis años físicos, claro está, y cantaba mucho a ojos de Charlie. Bella estuvo a punto de ir a hablar con ella para recalcarle lo importante que era ocultar su condición de semivampiro de cara a los humanos, sobre todo a Charlie, pero al ver la carita de felicidad y entusiasmo de Nessie, lo dejó pasar, era irremediable. Además, creo que para aquel entonces Charlie ya llevaba bastantes meses sospechando que su nieta no era muy normal, precisamente. Qué demonios, cada vez que la veía había crecido algo, en este año y tres meses, su nieta ya tenía seis años, aunque en los últimos meses su crecimiento se había estancado bastante, porque no había pasado de aparentar esa edad.
Charlie se había quedado observando a Nessie embobado desde que habíamos entrado por la puerta de su casa, pero no fue el único. Yo no podía dejar de mirar a ese ángel, maravillado. Para mí esa niña era el ser más especial que había en todo el universo, un ángel dulce, inocente y puro, el ángel que había curado mi corazón, el ángel que me había salvado la vida. Y yo daría la mía por ella sin pensarlo. Ella lo era todo para mí, ella era lo único para mí. Era mi tesoro más preciado.
Charlie se despertó de su sueño antes que yo y noté cómo oscilaba la mirada hacia mí. Mis ojos no se querían despegar de Nessie, pero no me quedó más remedio que hacerlo para observarle a él cuando sentí su examen. Sus pupilas, enmarcadas bajo un ceño bajo y fruncido, destilaban un revuelto de crítica, sospecha y cierto desconcierto. Todavía no sabía lo mío con Nessie, y el hombre estaba un poco perdido con nuestra extraña relación. Y no sólo por lo mío, era evidente que Nessie tenía un apego demasiado especial hacia mí como para no darse cuenta, y cada vez tenía más. Llevó la vista al frente, murmuró algo ininteligible y se marchó junto a su nieta. Sí, creo que prefería no saber esto tampoco.
―¡Jake, tú también! ―me llamó Nessie, sonriente, haciéndome una señal con la mano.
Escuché otro refunfuño de Charlie, pero me acerqué a ellos sin dejar de sonreírle a mi ángel. Me senté en el suelo, junto a los dos, y Nessie corrió para hacerlo sobre mis piernas, dándome primero un tierno beso en la mejilla. Charlie volvió a examinarme, aunque esta vez, analizándonos a los dos, y murmuró algo que no entendí, pero terminó soltando un suspiro sonriente de rendición.
Mientras Nessie colocaba las bolas, las luces y las guirnaldas en el árbol con gran maestría, Charlie y yo lo hacíamos con bastante torpeza, la verdad. El caso es que nos esforzábamos, pero no se sabía quiénes eran los adultos y quién el niño, ya que Nessie iba recolocando los adornos para mejorar un poco ese desastre. Bueno, vale, yo tenía diecisiete primaveras, pero me quedaban poco más de dos semanas para llegar a la mayoría de edad, así que prácticamente ya era un adulto, ¿no? Bella no hacía más que reírse desde el sofá, al ver la estampa, y Edward…, bueno, Edward se mofaba de mí directamente.
Esta era la segunda Navidad que pasábamos juntos desde que Nessie había nacido. El año pasado había sido un poco tensa, por la situación, claro. Los Vulturis estaban al caer y todos habíamos estado un pelín nerviosos. Y encima, Charlie y mi viejo estaban enfadados por lo de Sue, por eso Billy no había ido. Pero este año era diferente.
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 2° parte)
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Reg...