[Capítulo 5]

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Lo miré con los ojos como platos y con gesto de ¿Que estupidez estás haciendo?

—¿Qué? — enchino los ojos — ¿En verdad creíste que lo hacía a propósito?— me pregunta en tono burlón.

Su comportamiento mató mi forma de verlo, tenía 27 o eso aparentaba, pero parecía un chavo de 19 años, que con su inmadurez mataba respeto alguno.

Tome a Liam con mi mano derecha, mientras que con mi mano izquierda sacaba su mano de mis entre piernas. — Eres un idiota— dije con intención de ofenderlo. Pero tristemente...

— Auch — dijo sentido. No lo ofendió. Voltee los ojos y bufe molestia, me giré a un poco. El tamaño del asiento era suficiente para que mi cintura diera un pequeño giro y mi hombro izquierdo le diera la ignoranción.

— Sabes, todo esto seria mas fácil, si no te hicieras la de rogar — le escuche decir mientras las llantas del auto rechinaban por lo empedrado del camino.

Junte las cejas (ja ¿que se cree? ¿Acaso es un Dios griego para darle chance? Na na, ni en sus sueños)

— Siento que se te complique la vida con mi existencia — le contesté agresiva — ¿Pero acaso yo te dije secuestra me de mi casa? — le pregunte de una forma reprochadora.

(Soy yo o también me comporto como una adolescente, siendo madre de un niño de 6)

— Procura no acabar con mi paciencia Helena — su tono de voz cambió de suave a ronca.

Gire mi cuerpo hacia el — ¿Y tu procura no usarme? —   le dije y me giré nuevamente a la posición de antes. No dijimos nada más, y eso fue bueno. Sino me pondría como señora de 60 años y estaba segura que ninguno de los dos quería eso porque sino me bajaría del auto.

Mis ojos se empezaron a perder  en cada árbol que pasábamos enfrente e íbamos dejando atrás. El otoño estaba a punto de llegar, dos hacia que los árboles dieran una vista como sacada de una pintura. Eso, eso me encantaba.

— Aún falta una hora — me dice al aire.

Intente verlo de reojo — Si, seguro — le dije fríamente.

— Puedes dormir si quieres —

— ¿Y como estaré segura que no me llevaras a otro lado en donde me quitaran a mi hijo? — le pregunto molesta. Uno nunca sabe.

— Si eso fuera verdad ¿No crees que desde la primera ves lo hubiera hecho? — bien pensada esa respuesta.

— Buenooo — balbuceo.

Acomode un poco mi cabeza y abrace a Liam. Me sorprende que sea un niño que ni porque le tenga una orquesta musical estoy segura que ni así despertaría.

Inhale y luego exhale la misma cantidad de aire. Poco a poco empecé a sentir mis ojos cansados y mi mente agotada....


— Y si caminas un poco más — me dice mientras tomaba la muñeca de mi mano y me llevaba a rastras.

—Ya no puedo Mariana, tengo un poquito de corazón —  le reproche exhausta.

— Ja ja ja ja excusas Helana, excusas — dejo de tomar de mi y se alejó a una no muy  larga distancia.

— ¿Te gusta? — me pregunta, sus manos me señalaron una casa con vista a un lago.

— Es un lugar precioso — le digo encantada.

— ¿Tu crees? — me pregunta. En su rostro se veía la inseguridad.

— No lo creo. ¡Estoy segura! — le digo con entusiasmo.

Me perteneces [2da temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora