[Capítulo 7]

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La luz de la ventana pegaba en mis parpados adoloridos e hinchados, quedarme hasta tarde no fue la mejor de ideas de las tantas que tuve en mente. Pero no  puedo negar que goce la noche anterior.

Deje salir un suspiro profundo de cansancio.

Me empeze a mover de un lado para otro, ya que mi posición para dormir siempre era de lado izquierdo de la cama. Mi costilla de lado izquierdo se sentía incómodas. El peso de cierto pedazo de carne me estaba empezando a hostigar la existencia. Di un pequeño giro de mi lado contrario, pero su peso en mi espalda me impidió que lo hiciera. El olor a su perfume recién rociado en su cuerpo se casi hacia irresistible para mi olfato. Pareciera que era su forma más sexy de despertarme.

Cerre mis ojos y gire mi cuello a un lado, mientras que contra mi voluntad mi cuerpo se mantenía en la misma posición.

— Al fin despertaste — me susurra al odio. Su nariz empezó acariciar parte de mi mejilla y oreja. Es tan dulce.

— Estoy un poco adolorida — me queje.

— Lo siento, por ponerte en cuatro, pero fue tu castigo por retarme —

Abrí mis ojos lentamente — ¿O acaso lo quieres por delan..—

Di un giro hacia delante.

Sentí parte de mi preciosa cara rebotar con el adorable parte del mundo que acogía mis pies pero desprecio mi cara por no ser suave y acoger mi existencia.

— ¡Mierdaaaa!— chille mientras estaba aplastada como un bicho en el suelo.

Me quedé unos segundos así hasta que recordé el sueño.

(POR DIOS HELENA. SOLO FUE UN SUEÑO, EXCITANTE PARA TU MENTE, PERO SOLO FUE UN SUEÑO, PERO EXCITANTE)

— ¡Ag! Otro sueño así y serás la próxima en recibir una bofetada propia — le dije a mi mente mientras me levantaba del suelo. Me asomé al espejo junto a mi cama y di un giro a mi cabeza.

(Y ahí estás despreciable moretón) le dije a la cosa morada que se empezaba a reflejar en mi cara.

Toc toc. 

— Adelante — digo mientras me dirigía a buscar un crema entre mis cosas.

— Señora buen día — dice una joven que jamás había visto. Y eso desde que puse un pie en esta casa, hace como tres días atrás ¿creo?.

La chica era joven, aparentemente es de mi edad si no le calculaba mal. Su tamaño era de unos sentimetros menos que mi tamaño. Tez clara, cabello chocolatado y ojos café claro. Descripción gráfica de una chica no hecha para trabajar en una casa, sino en una agencia.

— ¿Venia a preguntarle si deseaba algo en específico para desayunar? — me pregunta cabiz baja.

La mire rara. — ¿Estas bien? — le pregunto. Ella se encoge asustada.

— Si señora — me responde.

La mire dudosa. Empeze a escanear la de pies a cabeza. Al llegar a sus manos me pude dar cuenta que sus muñecas estaba marcadas. Su falta estaba bajo las rodilla, no muy común de utilizarlas hasta ahí.

— ¿Segura que...—

— El señor Valtazar le esperará en el jardín — me hizo una reverencia y salió casi corriendo de mi habitación.

/././.

— Seguro que no quieres ir al lago —

— No pa-pá —

Me quedé a una cierta distancia de tan tierna escena que presentaban Liam y Valtazar. Lo común de estos días era ver a los dos desayunado antes que yo despertara. Valtazar con su computadora trabajando, pero al mismo tiempo atendido a Liam para que pudiera desayunar.

Me perteneces [2da temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora