Capítulo 21

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Alfred: Fer pero porque no me avisaste que venías?

Fernando: Quería darte una sorpresa,no sabes cuánto te extrañé.(lo abrazo de nuevo).

Fernando saludo a la cocinera y a los demás empleados que estaban en la cocina.

Alfred: Que gusto verte muchacho, y tu esposa?

Fernando dió un largo suspiro de desesperación, y desconsuelo.

Alfred: Por tus gestos, me imagino que no estás bien con tu esposa o me equivoco?

Fernando: Pues no te equivocas,ven vamos a platicar a la biblioteca necesito hablar contigo.

Fernando y Alfred fueron a la biblioteca, Fernando fue a servirse un whisky mientras Alfred cerró la puerta. Fernando vio a través de aquella ventana, el campo, el aire fresco del campo que tanto extraño, los caballos corriendo a través de esos campos.

Alfred: A ver muchacho te conozco, se que algo te pasa, o es que ya no confías en este pobre viejo.

Fernando necesitaba desahogarse, tenía los sentimientos a flor de piel, estaba tan confundido.

Alfred: Que ha pasado Fer, dónde está tu esposa? Acaso pelearon?

Fernando: No sé si tengo esposa aún, no se si la amo, o ese amor que sentía por ella todavía está vivo o ya lo enterré hace tiempo.

Alfred: Te oigo hablar y siento que no eres aquel muchacho enamorado que hablaba maravillas de su esposa,ha desaparecido aquel joven enamorado y que juro ser fiel a su esposa.

Fernando: Aquella mujer con la que me case, profundamente enamorado, aquella mujer con la que jure envejecer hasta que la muerte nos separe, aquella mujer que pensé que iba a ser la madre de mis hijos se encargó de matar todo ese amor que sentía por ella.

Alfred: Surgió algún problema entre ustedes?

Fernando: Ya no es la misma de antes, creo que ella al igual que yo ya no sentimos lo mismo de cuando éramos jovenes. Pero si le agradezco algo.

Alfred: Y puedo saber que?

Fernando: Que gracias a su falta de amor, de su indiferencia y frialdad como mujer conocí a mi ángel.

Alfred: Tienes una amante?

Fernando: No lo llamaría de ese modo, es un ser sumamente importante para mí, es como el aire que respiro, sin ella me moriría, con ella me siento feliz, satisfecho pleno, la felicidad invade mi alma cuando estoy con ella, ella es mi otra mitad mi complemento, con ella todos mis problemas se esfuman,cuando estoy con ella se detiene el tiempo. Toda ella es pasión y fuego, es una mujer de otro mundo.

Alfred: Por todo lo que me cuentas creo que ese "ángel" como le llamas, logró atraparte, esas palabras solo las dice un hombre profundamente enamorado.

Fernando no lo sabía, y hasta ahora caía en cuenta, aquel ángel había logrado enamorarlo como a nadie, y ahora una persona de su entera confianza lo había hecho entrado en razón.

Alfred: Si muchacho,aunque te niegues aceptarlo tu amas aquella mujer. Debes aceptarlo.

Fernando: Tienes razón, yo la amo más que a mi propia vida, y voy a luchar por contruir un futuro juntos, aunque?

Alfred: Aunque que?

Fernando: Aunque pensé que lo que sentía por Silvia era amor, no deja de importarme.

Alfred: Es lógico, llevas casado con ella diez años, con ella has compartido muchas cosas, pero no me gustaría verte infelizmente casado con una mujer que has dejado de querer y dejes ir a la mujer que verdaderamente amas. Confiesale a aquella mujer que la amas, y termina tu matrimonio en buenos términos.

Fernando: Gracias por tus consejos Alfred, me hizo tanto bien está plática,(le dió un abrazo).

El resto del día, Fernando reviso los pendientes junto al encargado de sus negocios, dió un paseo con Cocuyo por el campo. Cuánto extraño aquello.

Lucero organizaba algunas carpetas, no lo vio durante el día, pero cuánto lo echaba de menos, Alonso le dijo que salió de la ciudad a ver unos asuntos que tenía pendientes.

Aunque sabía que nunca iba a ser para ella, lo amaba y lo extrañaba.

Fernando empacó las maletas, y bajo a desayunar, en aquel comedor lo esperaba su periódico de la mañana jugo de naranja, fruta, hotcakes, huevos con tocino,café, y cereal. Vio a Alfred

Fernando: Viejo que bueno verte, como amaneciste?

Alfred: Bien muchacho, pero ven siéntate, y desayuna.

Fernando: Acompáñame.

Alfred: No Fer, prefiero comer en la cocina.

Fernando: Es una orden, siéntate y desayuna conmigo que no quiero estar comiendo en este comedor yo solo ven siéntate( Halo una silla y sentó a Alfred).

Fernando: Quieres fruta o huevos?

Alfred: Fruta está bien.

Fernando le sirvió un plato de frutas, y jugo de naranja.

Alfred: Te vas hoy?

Fernando: Si, tengo muchísimos pendientes que debo resolver, me gustaría que vinieras conmigo que dices?

Alfred: Ir yo a la ciudad? estás loco

Fernando: Anda, anímate me haces mucha falta, necesito a alguien de confianza y que esté conmigo aunque sea por una temporada. Que dices?

Alfred: Y quien se hará cargo de la casa?

Fernando: Puedes dejar a María. Hazlo por mí Alfred.

Alfred: Como quieras muchacho, pero solo será una temporada. No me gusta el smok de la ciudad.

Fernando: Gracias.

Fernando bajo las maletas, mientras Alfred daba unas últimas indicaciones a María para que la casa estuviera en perfectas condiciones a su regreso.

Fernando manejo durante toda la noche, mientras Alfred iba durmiendo en el asiento del copiloto.

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