Capítulo 61

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El dolor de cabeza era terrible,tanto que se volvería loco del dolor, sentía que la cabeza iba a estallarle en cualquier momento.

La luz que se reflejo en su rostro era cegadora,se colocó una almohada sobre su rostro para ocultarse de la luz.

Alfred abrió las cortinas de las ventanas, era demasiado tarde como para que Fernando siguiera durmiendo hasta esa hora, las doce del día.

Llevaba consigo una charola de plata encima un vaso de agua junto con un par de sobres de un medicamento efectivo para la tremenda resaca con la que había despertado Fernando esa mañana.

Alfred colocó la charola encima de la mesa de noche, le quitó la almohada con la que se había cubierto el rostro, pero Fernando fue más ágil y volvió a colocarse la almohada.

Alfred quería quitarle otra vez la almohada pero Fernando se aferró a la almohada era muy difícil que la soltará tan fácilmente.

Alfred: Fernando, despierta...

Alfred estaba molesto con el, nunca le gustó que probará el alcohol, y mucho menos le agrado el estado con el que había llegado a la casa el día anterior.

Fernando sabía que cuando lo llamaba por su nombre completo era porque tenía serios problemas.

Alfred volvió a insistir, para que despertara.

Fernando: Déjame dormir viejo...

Alfred: Sabes que hora es?

Fernando: No lo sé ni me importa, lo que quiero es seguir durmiendo.

Alfred: Son las doce del día, por todos los cielos, Fernando despierta.

Fernando: Me duele terriblemente la cabeza.

Alfred: Creo que es tu culpa no te parece? Si no te hubieras acabado el alcohol del bar, ahora no estuvieras sufriendo las consecuencias de la resaca.

Alfred abrió los pequeños sobrecitos sacó el contenido de estos y los colocó dentro del vaso. Luego de que el agua obtuviera la efervescencia adecuada, se lo entregó a Fernando, quien aún seguía acostado con un semblante terrible.

Alfred: Vamos levántate, y bebete todo lo del vaso.

Fernando no hizo más que levantarse, se sentó sobre la cama recostando su espalda sobre el espaldar de la cama.

Bebió todo el contenido del vaso, luego se lo paso de nuevo a Alfred, la cabeza aún le dolía horrores,aunado a eso las náuseas que despertaron con el.

Fue rápidamente al baño, se arrodilló frente al inodoro y comenzó a vomitar, Alfred lo veía desde la puerta del baño, necesitaría darle algo aún más fuerte para la resaca. Después de algunos minutos Fernando se encontraba aseandose el rostro.

Se dirigió de nuevo hacía la habitación,fue hacia la cama y volvió acostarse sobre ella, halo de nuevo las sábanas, y se envolvió de nuevo en ellas.

Alfred: No Fernando, no vas a seguir durmiendo, vamos levántate(le quitó las sábanas, lo tomó de la mano e hizo que se levantará de nuevo).

--- Voy a traerte unas pastillas para el dolor de cabeza, cuando vuelva quiero verte bañado y vestido decentemente te quedó claro?

Fernando: Pero...!!!

Alfred: Dije, te quedó claro Fernando Colunga?

Fernando no quiso oponerse, sabía que había hecho mal, ahora no podía quejarse.

Alfred tomó la charola de nuevo para dirigirse de nuevo a la cocina, Fernando recordó a alguien quien quería ver desde que despertó, rápidamente se levantó de la cama, dirigiéndose a Alfred.

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