Capítulo 32

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Fernando invito a Lucero a cenar a un restaurante exclusivo de comida italiana, le alegraba verla con mejor semblante que la mañana, estaba mucho más risueña, más alegre, e incluso podía jurar que había  un brillo especial en sus ojos.

La recepcionista los llevo a la mesa que Fernando había reservado . Se fue dejándolos solos Fernando halo una silla para que Lucero se sentara luego fue a la otra y se sentó el. El mesero llegó a tomarles la orden, les entrego el menú a cada uno  luego espero a que ordenaran .

Mesero: Que van a ordenar?

Fernando: A mi tráigame los  celebérrimos espaguetis con albóndigas, a la putanesca, junto con una botella de vino tinto por favor, y tú bonita? Que vas a ordenar?

Lucero se encontraba hojeando el menú, realmente se le antojo todo lo que estaba leyendo.

Lucero: Yo quiero ordenar la lasaña, focaccias,ñoquis, un plato de risottos, una pizza, y de postre el tiramisú. Por favor.

Al quitar el menú de su vista se encontró con la mirada incrédula del mesero y la cara de asombro de Fernando.

Lucero: Pasa algo?-- preguntó apenada al sentir la mirada de Fernando y el mesero en ella.

Fernando y el mesero despavilaron volviendo a la realidad, el mesero termino de tomar la orden para luego decir: En un momento traigo lo que ordenaron.

Fernando: Te piensas comer todo lo que acabas de ordenar?-- preguntó desconcertado mientras se colocaba la servilleta sobre sus piernas.

Lucero: Creo que el hambre volvió a mi, que al ver el menú se me antojo todo, será porque amo la comida italiana.

Fernando: Me da gusto verte mejor bonita, que hasta te piensas comer todo lo que cocino el chef.

Ambos rieron. Luego de un rato el mesero regresó con la comida, Lucero comía con devoción y absoluto placer todo lo que tenía enfrente, definitivamente al ver todo aquella comida frente a ella se le hizo agua la boca. Mientras que Fernando no salía de su asombro al verla comer de semejante manera, acabo con primero con la pizza, luego con los risottos, la lasaña fue la siguiente en acabarse y así terminó con toda la comida para luego quedarse con el tiramisú.

Mientras que el solo le había dado un bocado a sus espaguetis.

Fernando: Caramba, si que tenías hambre Lu(dió una pequeña risa) mientras seguía con sus espaguetis.

Lucero: De seguro ya no me vas a querer, porque luego de todo esto estaré con algunos kilos de más(en su voz se oía algo de tristeza y frustración).

Fernando: Oh vamos bonita, como dices eso, yo te voy a querer hasta el final de mis días, así seas gorda flaca no me importa,e incluso con algunos kilos de más, incluso podemos ir al gimnasio desde mañana si así lo quieres (esperaba su reacción,mientras por dentro estaba riendo).

Lucero: Oye cómo eres.(bufo para luego voltear a ver a otra mesa). Dos ancianos se encontraban comiendo la pizza que ella minutos antes había acabado.

Fernando: Cariño, vamos no era para que te molestaras, (la tomó de la mano, mientras entrelazaba sus dedos con los de ella).

Lucero: Está bien, asunto olvidado. Podemos ir por un helado al centro comercial?

Fernando: Pensé que con todo esto(señalando los platos vacíos sobre la mesa). Ya estarías más que satisfecha?

Lucero: Oh vamos, corazón o acaso piensas dejarme con el antojo?--- dijo cruzandose de brazos indignada.

Fernando: Es temprano todavía, así es que podemos ir .

Lucero: Genial!

Fernando tomó su billetera de su saco, mientras saco unos billetes que pagaban la cena más una generosa propina para el mesero.

Ambos se encontraban observando por las vitrinas en cada local de aquel centro comercial, iban tomados de la mano, Lucero comía el enorme helado de chocolate que llevaba sobre el barquillo de galleta junto con una servilleta enrollandolo. Fernando se distrajo en la joyería del segundo nivel, mientras que Lucero fijo la vista en otro local.

Era un local donde vendían artículos para bebes, ropa de maternidad, frazadas mamilas, pañales, carreolas y andaderas.

Frente al mostrador pudo observar una cuna en exhibición de color blanco con tela de seda fina, bordado con finos acabados y unos diseños ideales para cualquier recién nacido.

Cómo si fuera un espejismo se estaba viendo a ella misma, arropando a un ¿Bebé? Cantándole una canción de cuna, para luego acostarlo en la cuna  ya dormido.

Instantáneamente sonrió, dejó caer una lágrima sobre su mejilla, mientras se llevaba el dorso de la mano para secarsela. Volvio a su realidad cuando sintió que alguien la tomaba por la cintura.

Fernando: Vaya hasta que te encuentro pequeña, pensé que me habías dejado solo.

Fernando hablaba y hablaba mientras que ella, aún seguía mentalizado su reflejo y de aquel bebé en su memoria.

Fernando: Hey, cariño me estás escuchando?

Lucero sacudio su cabeza asintiendo.

Lucero: Estoy cansada y mañana hay que ir a trabajar, que te parece si nos vamos? (Le dió un beso sutil y cariñoso en los labios).

Fernando: Como tú digas( la tomó de la mano, y salieron con rumbo al estacionamiento de aquel lugar.)

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora