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--" No creo que estés enferma cariño,lo que creo es que aquel hombre que dice ser tu marido no sabe la forma correcta como hacerte el amor"-- dijo mientras sus dedos comenzaban acariciar sus piernas viendo cómo aquella mujer abría la boca formando una placentera "o".

--" Que cree que está haciendo...?"-- preguntó balbuceando. Trato en vano de levantarse de dónde estaba acostada pero no pudo. Su fuerza interna no la dejaba.

Amaba a su esposo más que nada,no podía serle infiel fue una de las promesas que hizo cuando dijo sus votos matrimoniales frente al altar

Pero la tentación estaba frente a ella,y ella más que gustosa caería en ella.

--" Quieres saber lo que se siente que un verdadero hombre te folle sin contemplación alguna...?"-- aquel tibio aliento se colo por su oreja provocando que su centro se calentará aún más.

--" No puedo..."-- dijo a duras penas tratando de levantarse pero fue en vano.

Cómo pudo se lo quito de encima,tratando de recobrar el aliento se levantó del sofá sentándose en el borde.

--" Vas a dejar que te siga dejando insatisfecha...?"-- preguntó de nuevo tan cerca de su oreja.

Su respiración comenzaba a volverse erratica cuando sintió como la enorme mano de su doctor se colaba por el escote de su espalda.

--" Eres todo lo que cualquier hombre desea,tu cuerpo es el paraíso mismo. Y el paraíso debe disfrutarse"-- se colocó de rodillas detrás del sofá para comenzar a repartir besos por su espalda descubierta.

Fernando lleno de besos lentamente la espalda de Lucero,ella deseaba con todas sus fuerzas que jamás se detuviera clavaba con fuerza sus bonitas uñas en el cuero del sofá mientras que de su boca comenzaron a salir dulces gemidos.

--" Tu cuerpo es un templo,un maravilloso templo invitandome a pecar"-- muy lentamente comenzó a despojarla de la blusa.

Su lengua comenzó a recorrer su espina dorsal,dejando un rastro húmedo y brillante.

Jamás había tenido aquella experiencia, la estaba disfrutando.

--" Tu esposo no regresará hasta pasadas las dos horas. Dos maravillosas horas en las que te tendré solo para mí. Dos horas que tú cuerpo será solo mio"-- planto un último beso en su hombro para rodear el sofá y quedar frente a ella.

Le causó ternura cuando la vio cubrir en vano su desnudez con sus manos. Mantenía sus bonitos ojos color miel cerrados respirando erraticamente.

--" Déjame verte angel del Averno"-- pidió acariciando su rostro con sus enormes manos.

--" Soy casada no puedo hacer esto"- dijo a duras penas sintiendo como la tomaban suavemente de las muñecas.

---" No importa santa diabla,no soy celoso"-- finalmente había separado sus brazos de sus senos.

Su libido aumento cuando vio sus hermosos senos,su piel blanca como la leche y la perfecta aureola rosada de sus pezones.

Su miembro endureció cuando vio,con la punta de su lengua se mojo los labios  desesperado se despojo de su bata lanzandola al suelo,luego comenzó a desabotonar su camisa.

--" No lo hagas por favor"-- suplicó viendo de reojo como aquel Adonis comenzaba a despojarse de su ropa.

--" No haré nada que no vaya a gustarte bonita"-- se arrodilló frente a ella acariciando cada una de las fracciones de su rostro.

Delineó con la yema de sus dedos sus cejas,luego sus párpados luego sus pómulos para detenerse en sus labios.

Los delineó muy lentamente,ella se dedicaba solamente a disfrutar.

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora