Capítulo 41

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---- Fernando había pasado por ella a su departamento, tal cual como habían quedado irían al teatro, Fernando tenía los boletos para un palco privado cerca del escenario.

-- Disfrutaron tanto el espectáculo desde lo más alto, una obra clásica, contemporánea, exquisita y sublime. El espectáculo duro aproximadamente dos horas,esas dos horas maravillosas que disfrutaron espléndidamente.

La obra había terminado, todas las personas que se encontraban en el piso de abajo comenzaron a salir,mujeres vestidas elegantemente con vestidos largos y pomposos, mientras que los caballeros vestían de etiqueta y smoquin.

Fernando le dijo que esperarán un momento más , para que todo aquel público saliera del teatro, y ellos pudieran salir con la mayor tranquilidad.

Todas esas personas pertenecían al círculo de personas ricas y poderosas de la ciudad, y era lo más común ver a Fernando mezclarse con esa clase de personas,pero para ella era extraño verse rodeada de todas esas personas de sociedad,se sentía extraña, rara...

Fernando era uno de los empresarios más reconocidos en el mundo de los negocios rico y poderoso, envidiado por algunos,temido por otros. Pero también era un hombre que la mayoría de personas admiraba, desde que sus padres habían muerto y dejado los negocios a la merced, el desde que tuvo uso de razón se encargó de sacar aquellos negocios a flote, duplicando las ganancias, haciendo crecer esos pequeños negocios que el difunto matrimonio Colunga había dejado, hasta convertirlos en ese imperio del que era dueño y señor absoluto.

Algunas veces sentía que ella nunca encajaría en ese mundo, lleno de lujo y excentricidades, llena de gente rica. Ahogó un suspiro de resignación, y tristeza.

Se recriminó mentalmente diciendo que esos cambios de humor se debían a su embarazo.

Fernando escucho su dejo de resignación y melancolia, extrañado porque hace unos momentos ella estaba encantada y risueña viendo la obra de teatro y ahora, estaba triste.?

Fernando: Te sucede algo mi vida?--- preguntó besando sus nudillos.

Lucero: Nada, solo estaba pensando nada más...

Fernando: Un millón por tus pensamientos...

Lucero sonrió tiernamente había logrado sacarle una risa.

Lucero: A veces pienso que me hubiera gustado conocerte en igualdad de condiciones que las mías.

Fernando: No te entiendo, puedes explicarme?-- frunció el ceño.

Lucero: Que me hubiera gustado que no hubieses sido tan rico, que me hubiera gustado conocerte sin un centavo encima.

Fernando: Ya entiendo... Te molesta entonces mi condición económica?

Lucero: Un poco.

Siento que en tu mundo lleno de lujos y excentricidades no hay cabida para mí, me siento una intrusa.

Fernando no entendía a dónde quería llegar, era cierto que no eran de la misma condición social pero a ella nunca le importo, estaban enamorados y el amor que se tenían era lo único que les importaba, nunca le hizo comentarios de ese tipo, no entendía el porque ahora sacaba esos temas a flote.

Fernando puso las palmas de sus manos sobre sus rodillas, tomó su barbilla e hizo que lo viera a los ojos.

Fernando: Escúchame bien, serás mi esposa,eres mi mujer, no quiero que tengas esa clase de pensamientos, no quiero que te menosprecies por el simple hecho de no ser de la misma clase social, en el amor eso no importa basta solo con el amor que nos tenemos, ese amor que crece día a día, que sube como espuma, ese amor que se convierte en roca sólida y que nadie romperá, para el amor no existen clases sociales, te quedó claro?

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora