Capítulo 23

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Lucero: Todo eso es cierto ?

Fernando: Absolutamente pequeña, te amo, te amo, te amo, no me cansaré de repetirlo. Por ti volví a creer en el amor, tú me demostraste lo que es ser  verdaderamente amado.Nunca he sentido por nadie lo que siento por ti.

Lucero lo acerco a ella y le dió un beso, tierno y dulce, en ese beso le demostró cuánto lo amaba. Fernando la tomó de la cara y le limpio las lágrimas con los pulgares.

Fernando: No llores, bonita quiero desde este momento ser ese hombre que te haga la mujer más dichosa y plena, quiero hacerte feliz cada segundo de mi vida, y si algún día te hago daño, no me lo perdonaría jamás, eres lo más importante y no quiero que sufras.

Pero ven, la película va empezar no quiero perdermela.

Ambos se tomaron de las manos, y el le beso en los nudillos. La película comenzaba mientras Lucero recostó la cabeza en el hombro de Fernando, no quedaba nada de palomitas y sodas. La película terminó con el típico final feliz. Ambos salieron del cine, el la llevaba del brazo, ella amaba ese gesto.

Abordaron el auto.

Fernando: Quieres ir a cenar algo?

Lucero: Me encantaría.

Fernando: Que te gustaría?

Lucero: Mmm, podemos ir a comer pizza?

Fernando: Pizza? Han pasado muchos años desde que no como pizza.

Lucero: Anda estoy segura que te encantará recordar viejos tiempos.

Fernando: Está bien, mi ángel pizza cenaremos.

Lucero le indicó la dirección de un buen restaurante donde hacían las mejores pizzas de la ciudad. Después de veinte minutos de trayecto, por fin llegaron, cómo buen caballero Fernando le abrió la puerta del auto para que bajara mientras le tendía la mano a lo que ella acepto.

Fernando pidió una mesa, alejada de las demás, le retiró la silla para que Lucero pudiera sentarse. Luego se sentó el.

El mesero llegó con la carta para ambos.

Mesero: Buenas noches, bienvenidos(les entrego la carta). Que van a ordenar?

Fernando: Escoje tu pequeña , que llevo años sin comer una pizza.

Lucero: Está bien mi cielo, bien quiero ordenar una pizza de jamón con extra queso grande, con un buen vino para acompañar.

Mesero: Alguna marca en especial?

Lucero: Se lo dejo a su elección.

Mesero: Permiso en un momento vuelvo con su orden.

Después de veinte minutos, el mesero volvió con la orden, la pizza verdaderamente se veía exquisita.

Fernando: Se ve exquisito.

Lucero: Pues que esperas corazón, come.

Fernando tomó un pedazo y le dió una mordida, tantos años sin comer algo que verdaderamente era una delicia.

Lucero: Ahora toma un trago de vino.

Y así lo hizo, Fernando tomó la copa y se la llevó a los labios el sabor dulce y amargo a la vez combinado con el sabor de la pizza era verdaderamente una delicia.

Fernando: Exquisito.

Lucero: Que bueno que te gustó,porque hay suficiente para los dos.

Fernando acabo el pedazo que sostenía en sus manos, tomó otro y lo llevo a la boca de Lucero, ella le dió una mordida le dedicó una sonrisa tierna y llena de amor, Lucero tomo otro pedazo y se lo llevó a la boca luego le dió a Fernando para que el le diera una mordida. Fernando le tomo la mano y entrelazó sus manos con las de ella.

Aquel hombre abandonado, triste y faltó de amor aquel pobre infeliz que mendigaba amor a una mujer que ni siquiera le prestaba atención había renacido como el ave fénix. Alfin encontró a alguien que lo hacía sentir dichoso, y feliz, alguien con quién confiar, una mujer con quién compartiría sus  penas, y sus alegrías. Una mujer que le demostraba cuánto lo amaba.

Fernando: Tenías razón pequeña, fue bueno recordar viejos tiempos, la cena estuvo exquisita.

Lucero: Verdad mi amor, que bueno que te gustó,ahora se me antoja algo más.

Fernando: Déjame adivinar??! Helado?

Lucero: De chocolate.

Ambos rieron.

Fernando: Cumpliré todos tus gustos.

Ambos salieron del restaurante, y abordaron el auto nuevamente, la heladería estaba a unas cuadras de allí. Por suerte no había nadie excepto la dependiente.

Dependiente: Que quieren ordenar

Lucero: Quiero un helado de chocolate con chispas de arcoiris. Y tú corazón?

Fernando: Lo mismo que la señorita, solo que a mí me da uno doble.

Lucero: Goloso.

Ambos rieron.

La dependiente preparo los helados mientras Fernando sacaba unos billetes y se disponía a pagar. La dependiente les entrego los helados y Fernando pago.

Ambos subieron de nuevo al auto, Lucero amaba el sabor a chocolate afrodisíaco y delicioso, amaba el helado. Fernando la veía comiendo .

Lucero: Porque me miras así?

Fernando: Te ves tan tierna comiendo, ese helado.

Lucero tomo un poco de helado y lo puso en la nariz de Fernando.

Fernando: Oye traviesa!!

Fernando tomó de su helado y lo puso en la frente de Lucero.

Lucero: Oye no se vale.

Lucero siguió comiendo de su helado.

Fernando: Sabes quiero probar de tu helado.

Lucero: Se te antoja?

Fernando: Claro, se ve delicioso.

Lucero comió de su helado, a propósito dejo un rastro de helado sobre sus labios.

Lucero: Puedes probar.

Fernando se acercó a sus labios, saco su lengua y saboreo el helado que había en los labios de Lucero. Se acercó a su oreja y le susurro.

Fernando: Delicioso.

Se volvió acercar pero está vez la beso como solamente el sabía, invadió la boca de Lucero con su Lengua, la tomó de la cabeza y la acercó más a él. La lengua de Lucero se entrelazó con la de el, la faena comenzaba.

Fernando tomó el labio inferior de Lucero entre sus dientes y le dió una mordida. Fernando se separó de ella para tomar aire.

Fernando: Te amo pequeña.

Lucero: Yo también corazón.

Fernando encendió el auto y la llevo de nuevo a su departamento, la acompaño hasta su departamento. Lucero saco las llaves de su bolsa y abrió la puerta.

Lucero: Gracias por la cita mi cielo.

Fernando: El que te da las gracias soy yo, gracias por haber aparecido en mi vida, te amo bonita.

Lucero se acercó a él, lo abrazo, luego le dió un beso de despedída.

Lucero: Hasta mañana jefe.

Fernando: Descansa pequeña.

Fernando bajo a la calle donde dejo su auto luego se dirigió a casa.

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora