La Sumisa del Mafioso

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ADVERTENCIA !!
CONTENIDO SENSIBLE,SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

RECUERDEN TODO ES IMAGINACIÓN

Llevaba una vida de fiestas, alcohol y mucha diversión. Tenía amasada una pequeña pero generosa fortuna,todo gracias a su trabajo como publicista en una de las mejores editoriales de moda de la ciudad de NY.

Celebraba el acontecimiento del siglo,el lanzamiento de la mejor revista de la temporada.

--" Salud por tu triunfo amiga..."-- Laura brindo con Lucero chocando su copa con la de la rubia.

--" Por el acontecimiento del siglo"-- dijo risueña bebiendose la shampagne de golpe.

Ambas bebían y bailaban en uno de los mejores bares de la ciudad, se escuchaba música estruendosa,varias parejas bailando al compás de la música mientras que muchas otras miradas masculinas se posaban en ambas amigas quienes bailaban a mitad de la pista.

Laura llevaba un vestido color dorado medianamente revelador que le llegaba debajo de la cintura un enorme  escote de la parte de enfrente y uno enorme por la espalda que a duras penas cubría su trasero.

Pero la tentación del lugar era Lucero. Aquella Afrodita quien con tan solo aquel simple baile logró captar la atención y levantar el libido de casi todos los hombres en el lugar.

Bailaba completamente feliz y risueña sosteniendo su copa de licor en una mano,se movía sensual al compás de la música del ambiente.

Llevaba puesto un vestido rojo de tirantes corto que le llegaba por debajo de su trasero con un enorme escote en la espalda. Calzaba unos zapatos skilletos color negro,un maquillaje extravagante junto con un labial rojo intenso.

Los movimientos sensuales estaban causando estragos en los pantalones del Adonis quien llevaba poco más de tres horas vigilandola desde la zona V.I.P. Se bebió la copa de golpe cuando la vio acariciándose magistralmente las piernas.

¿ Va tutto bene signore.?"-- (Está todo bien señor)preguntó uno de sus muchos empleados.

--" ho bisogno di quella donna ora"--(Necesito a esa mujer ahora)ordenó mientras imaginaba aquella diabla recibiendo cada una de sus embestidas.

Era el jefe de la mafia,el amo y señor absoluto de toda Italia, se enamoro de aquella joven cuando la conoció por casualidades del destino,desde ese momento jamás se la pudo sacar de la mente.

Eran las doce de la madrugada y ellas seguían bailando y riendo en el bar,Laura estaba más ebria que Lucero,la rubia aún podía mantenerse en pie y almenos llegar al hotel donde se estaban hospedando. Nada a comparación de la pelinegra quien ya no podía sostenerse en pie.

A duras penas la logro subir al auto para conducir por la ciudad de camino al hotel,el más lujoso de la ciudad. Con ayuda del botones subió con su amiga a la habitación donde dormía para después ir a la suya.

Abrió la habitación para luego entrar y dejar su bolsa en una de las mesas. Al fondo de la habitación, la observaba el mismo hombre del bar sentado en un sofá de la esquina sosteniendo una copa del mejor vino. La veía fijamente admirando a su Diosa,la mejor cosa que le había pasado en toda su desafortunada y trágica vida.

La mujer iba a comenzar a despojarse del vestido cuando escucho una voz detrás de ella.

--"  buona notte bellissima"-- saludo finalmente el hombre con aquel acento italiano que a todas vuelve locas quien la veía desde varios minutos.

Aquella mujer pego un grito del susto mientras dirigía la mirada a donde provenía aquella voz. Camino a dónde a duras penas podía ver aquel Adonis.

No sabia si lo que veía era producto de su imaginación a causa del alcohol o si aquel hombre era real y verdadero.

--" Quien eres...?"-- preguntó tratando de ver al hombre.

--" Soy lo mejor que te ha pasado en la vida"-- dijo con el poco español que sabía.

Una voz masculina fuerte y poderosa,la silueta de su cuerpo dibujaba a un especimen único en el planeta. Se imaginaba las maravillas que aquel hombre podía hacer con ella.

Vio que el hombre se levantaba de dónde estaba sentado dejando su copa de vino en la mesa mientras que caminaba con dirección a ella.

Aquel hombre era enorme,tenía el cuerpo esculpido por los mismos Dioses. Nada comparado con sus antiguos amores.

Se detuvo frente a ella aspirando su dulce y embriagador aroma, olió su cabello aprendiendose el olor de sus cabellos y quizá el olor de su cuerpo.

Tan solo quería verla,sentirla suya y luego irse pero los planes se fueron a la basura cuando sintió la cercanía de su cuerpo con el suyo.

Lucero respiraba acelerada,nunca nadie había despertado emociones inimaginables en su cuerpo. Su cuerpo exigía más,pero su conciencia le repudiaba el hecho que ella estuviera encerrada en su habitación con un completo desconocido.

Su fuerte y enorme mano comenzó a acariciarle el rostro delineando sus perfectas fracciones. Sus pequeñas manos sin pudor alguno comenzaron acariciarle los enormes brazos,todo gracias al ejercicio.

Si que era enorme,fuerte y varonil.

Mando al demonio su cordura,se apoderó como un demente de la boca de aquella mujer,ella sumamente encantada recibió aquellos labios.

No era el típico hombre romántico y tierno al momento de tener sexo con alguna mujer,eso le encantaba a muchas.

Desesperados comenzaron a besarse,aquel hombre llevaba el control de la situación.

Su lengua se encontraba en la garganta de la chica quien se dedicaba a gemir y a disfrutar.

La estampó contra la ventana de la habitación mientras que la seguía besando, con su lengua fue dejando un rastro húmedo y bizcoso por todo su cuello. Salvajemente la fue despojando de su vestido para así comenzar a lamer sus senos.

Lamió con la punta de su lengua el pezón izquierdo para luego repetir la misma tarea con el derecho. Lucero gemia por lo alto,era un placer indiscutible tener aquella fantasía con el hombre que siempre soño.

Lamió y beso los senos de la chica como y cuánto quiso,no hubo tiempo de despojarla del vestido.

Le dió la vuelta dejando sus senos contra la gélida ventana,para luego comenzar a subir el vestido dejándolo por la cintura de la chica.

Su perdición fue encontrarse con una tanga de encaje. Su libido aumento,se llevó cuatro de sus dedos a la boca para luego llenarlos de su propia saliva e introducirlos dentro de la feminidad su sumisa...

RELACIONES PROHIBIDAS ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora