XI

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Conforme cierra la puerta, Anaju se dirige al salón donde se encuentra con una Mai enfadada.

-Menos mal que no te veías con nadie. -Mai le lanza uno de los cojines en los que estaba apoyada.

-Y no me veo con nadie. -Aclara la castaña.

- ¿Y ese quién era, el espíritu santo? -Le espeta sarcástica la chica del flequillo.

-Ese es un cliente. -Anaju sabe que ni de coña se la cuela, pero había que intentarlo. No sabía porque sentía la necesidad imperiosa de ocultar su amistad con Hugo, era algo que prefería mantener en secreto a pesar de que ninguno había hecho nada malo. Cuestión de privacidad se decía a sí misma.

-Pero Ana Julieta como tienes la cara de decirme que es un cliente. ¿Te recuerdo el numerito que acabas de montar? Casi matas del susto al pobre chaval. Porque es más joven que nosotras seguro. ¿Qué edad tiene? No te estarás tirando a un menor, que se nos cae el pelo. -Maialen no paraba de hablar, de hecho, Ana Julieta dudaba de que si quiera estuviera respirando.

-Primero sí que es un cliente pero lo conozco de antes de que lo fuera, segundo tiene 20 y tercero, no me lo follo. Somos amigos. -Concluye tan concisa como siempre.

- ¿Amigos? ¿Y por qué coño casi te caes de culo al suelo cuando lo has visto?

-Porque en ningún momento lo he invitado a venir a casa. Además sabe dónde vivo porque fue él el que me trajo a casa después del accidente de Cristina. Esa tarde cuando llamaron, estábamos hablando del diseño del cartel de su bar y tuvimos que salir a toda hostia. Pasó toda la tarde conmigo en el hospital y supongo que ese fue el momento en el que nos convertimos en amigos. Pero no sabía nada de él desde entonces así que pensé que no volvería a verle el pelo nunca más; pero se ha presentado aquí y me ha invitado a la fiesta de cumpleaños de una chica que no conozco. En fin... Lo que es la vida.

-Me estás diciendo que al primer coche que te has subido después del accidente ha sido al de ese chico y no me lo has contado. Ana Julieta yo te mato te lo juro. Vamos a ir a esa fiesta.

-No, no vamos a ir. Menuda vergüenza presentarse al cumpleaños de esa chavala.

-Ya te digo yo a ti que vamos. Es más, se vienen Bruno, Samantha y Flavio si quiere.

-Tía ni de puta coña.

-Anaju, vamos a ir. Tengo que conocer a ese chico, el pobre se habrá asustado tanto al oír gritar a la persona más políticamente correcta del mundo que hasta sufro por él.

-Que exagerada, tampoco le he chillado tanto. ¿No?

-Es un amigo, no le habrá importado. -Maialen le guiña el ojo al percatarse de que le ha pillado la mentira a su subconsciente y Anaju se maldice mentalmente sin saber muy bien porque.

- ¿Entonces vamos todos?

-Ahá. -Asiente la de pamplona repetidas veces. -Voy a llamarlos ahora mismo y tu-señala a Anaju con el dedo índice-Vas a llamar a ese chico y le vas a decir que vas con unos amigos

-Voy voy.

Anaju se dirige a su habitación donde había dejado el móvil cargando antes de que viniera Hugo. Seguía sin creerse que el rubio de los tatuajes se hubiera presentado en su casa. Estaba enfadada porque no había sabido nada de él desde que la dejó en casa la semana anterior. Recuerda cada una de las notificaciones que le habían llegado esa semana, cada una de ellas le habían provocado micro infartos pensando que se podía tratar de él. No entendía bien el por qué pero presupuso que se debía a que él fue el que estuvo esa tarde y que en el fondo necesitaba desahogarse con la única persona que estuvo presente.

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora