XIII

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Los besos en el cuello de Anaju estaban poniendo a Hugo en problemas para abrir la puerta ya que pretendía hacerlo tan solo con una mano, la otra fue incapaz de quitarla de la cadera de la castaña. Después de varios intentos el chico de los tatuajes atina y mete la llave en la cerradura.

-Por fin, pensaba que no lo conseguirías nunca. -Se ríe Ana Julieta volviéndole a devorar los labios.

-Calla-La vuelve a besar lanzando las llaves a cualquier lugar del hall.

Las manos de Anaju recorren su cuello atrayendo el cuerpo del rubio más hacia ella, si es que eso era posible. Los besos se vuelven feroces y sus lenguas chocan violentamente. Hugo pasea su mano por toda la figura de la chica trazando un camino que inicia en su cara, continua por sus pechos en los cuales se entretiene más de lo que le gustaría admitir y finaliza en su cadera, la cual la agarra con tanta decisión que Anaju sería incapaz de zafarse de sus manos; tampoco quería hacerlo. Sus cuerpos desequilibrados por el frenesí del momento, acaban pegados a la pared del pasillo. Anaju inicia un movimiento de caderas que pilla desconcertado al rubio. El balanceo hace aún más notoria la incipiente erección de Hugo.

- ¿Qué quieres matarme?-Susurra Hugo en la oreja de la chica. Le muerde suavemente el lóbulo y regresa a su cuello dejando varios besos húmedos. A Anaju se le agolpa un gemido en la garganta el cual Hugo se encarga de acallar con un beso en los labios.

-Algo así. -Sentencia Ana Julieta posando las dos piernas alrededor de su cuerpo. Hugo ante esto la agarra ferozmente de su trasero.

Sus labios estaban atraídos hacia los del otro como dos imanes de signo contrario cuando se encuentran por primera vez. Porque si algo había de cierto en todo esto, era lo opuestos que ambos eran. Él tan fuego, ella tan hielo. Él tan de impulsos, ella tan de tenerlo todo controlado. Él tan despreocupado, ella tan comprometida. Estaban unidos por una fuerza superior; quizás por eso eran incapaces de separarse, dos imanes destinados a encontrarse.

Anaju y Hugo caen encima de la cama sin dejar de besarse. Las manos de la castaña inician un camino desde su cuello hasta su pectoral, donde hace la primera parada para quitarle la camisa, botón por botón, ganas no le faltaron de arrancársela, no se consideraba una chica paciente y menos en momentos como ese. Sus manos acabaron descendiendo hasta hallar la hebilla del cinturón, al percatarse de que no era capaz de quitárselo, las manos de Hugo se posan sobre las suyas ayudándola a acabar con el trabajo que había iniciado.

-Mucha ropa. ¿No?-Le cuestiona Hugo cerciorándose de que la chica aún continuaba vestida.

-Tú sabrás...-Esa es la respuesta de la chica antes de lanzarse a los labios del rubio otra vez.

Cuando Ana Julieta se quiere dar cuenta, toda su ropa excepto la interior había desaparecido. Sus piernas rodeaban las caderas de Hugo atrayendo sus intimidades. El frote de ambas estaba provocando que la humedad de Anaju incrementase por segundos.

-Menudo espectáculo. -Hugo se para a observar a la castaña que está desnuda sobre su cama. Solo de pensar que la tiene toda esa noche para él, se vuelve loco y sus impulsos lo hacen descontrolarse.

Las manos de Hugo comienzan a explorar la figura de la castaña colándose en sus bragas ya húmedas. El chico comienza a hacer movimientos circulares sobre el clítoris de Anaju, la cual gime al notar el contacto de sus dedos fríos contra su humedad ardiente. La mano de la castaña baja hasta el bulto del chico y comienza masturbarlo por encima de los calzoncillos provocando que el rubio aumente el ritmo. Los labios de ambos se buscan exhaustos, como un peregrino buscaría agua en el desierto, como dos almas que se encuentran por primera vez.

La ropa interior desaparece y Hugo se coloca entre las piernas de la chica la cual alza las caderas juntando sus intimidades buscando más fricción entre sus cuerpos. Anaju besa el cuello de Hugo a la vez que este tantea el cajón de su derecha cogiendo un condón. Las embestidas al principio son lentas, sus cuerpos encajan a la perfección y la habitación se llena de jadeos, gemidos y el sonido de sus cuerpos chocando. Las uñas de Anaju se clavan ligeramente en la espalda de Hugo y las manos de este se enredan en su pelo. A medida que avanzan los minutos las embestidas son cada vez más intensas y el clímax está al caer, pero Anaju pillando por sorpresa al rubio se separa de él, dejándolo vacío. Hugo gruñe al ver que la castaña se ha separado pero menos de un segundo después, Anaju se sienta a horcajadas sobre Hugo dejándolo a él en su posición anterior.

-La madre que te parió. -Consigue decir entre jadeos el chico de los tatuajes.

Anaju sin contestar le calla con un beso en los labios e inicia nuevamente el vaivén de embestidas, llevando ella el control esta vez. El calor en la habitación es insoportable y unos segundos después Hugo se desploma sobre la cama corriéndose, un par de embestidas después llega Ana Julieta dejando ir un fuerte gemido. La chica se baja de encima del rubio y se tumba a su lado. Un silencio ensordecedor reina en la habitación y ambos se miran exhaustos. Hugo acaricia tiernamente el rostro de la castaña y le da un casto beso en los labios. Se miran a los ojos intentando descifrar los pensamientos del otro. ¿Dónde les dejaba esta noche? Ninguno de los dos tenía la necesidad de resolver ahora las dudas que le surgían. Hugo acaricia su labio inferior y atrae sus cuerpos quedando abrazados y por primera vez desde que se conocen, Hugo encuentra las pupilas de Anaju.
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Este capítulo es un regalito para amenizar la cuarentena. Espero que lo disfrutéis, agradezco el apoyo que le dais al fic, os prometo que estoy flipando de la acogida que está teniendo.
Ya que estamos confinados (al menos en España) espero poder escribir un capítulo diario y poder actualizar más seguido.
Una vez más GRACIAS
Nos leemos
Zulter :)

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora