XVIII

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- Verás tu guapo -Anaju imita la voz de Hugo mientras lo empuja por la espalda hacia el comedor.

-Ana Julieta te voy a matar. -La chica había conseguido arrebatar toda la seguridad con la que Hugo había llegado y ahora estaba entrando en pánico pensando lo que le podía esperar en esa cena.

-Mirad quien ha llegado con la cena. -Habla Ana Julieta en un tono alto, el chico en esos momentos la hubiera matado.

-Hola -Saluda Hugo muy tímido. Cuando ve a Mai y Sam se destensa un poco pero no del todo, no estaba listo para conocer a la hermana de la castaña. -Soy Hugo, tú debes de ser Cristina. -Esta vez se dirige a la hermana de la chica la cual le responde con una amplia sonrisa.

-Si soy yo, encantada. -Cristina le da dos besos al chico y de fondo puede oír a Anaju murmurar una melodía conocida para él, la composición que le había enseñado hacía unos días.

-Y el jugador alemán entra en terreno de juego...-Samantha pone voz de locutora de radio y Anaju decide que va a pasárselo bien, se le iban a quitar las ganas al rubio de aparecer cuando quisiera.

Anaju va a la cocina a por los vasos para la cena y Hugo la sigue bajo la expectante mirada de las tres chicas a su espalda. La castaña se sobresalta al notar unas manos sobre su cintura que sabe instantáneamente de quien son. Ana Julieta se gira sobre ella misma sin permitir que Hugo quite las manos de donde las tiene puestas. La chica está entre la encimera y el cuerpo del rubio, ambos cuerpos no tienen ni un milímetro de separación y Anaju esboza una sonrisa pícara la cual Hugo querría borrar a base de besos.

- ¿Te vas a pasar toda la noche provocando? -Cuestiona el rubio en un tono bajo para que las chicas no lo escuchen en el salón.

-No. -Anaju agacha levemente la cabeza en signo de arrepentimiento. -Solo hasta que tú te vayas. -Finaliza la castaña volviendo a esbozar la misma sonrisa que tenía hace un momento.

La chica esconde su cara en el cuello de Hugo y comienza a dejar un rastro de besos húmedos que provocan que este se estremezca, el chico se deja hacer por unos segundos pero en cuanto ve que como continúe así no será capaz de parar, la separa bruscamente de él.

-Disfruta de la cena amor. -La castaña sale de la cocina con los vasos dejándolo solo una vez más.

Conforme ambos hacen acto de presencia en el salón, los murmuros de las chicas se acallan. Los cinco se sientan a cenar y un silencio un tanto incómodo reina la mesa. A Ana Julieta este silencio le gusta, a ella esta situación no le incomodaba en absoluto, pero sabía que al rubio sí y eso le encantaba. Las tres chicas veían lo que estaba haciendo Anaju como una pequeña venganza personal, ninguna de ellas la iba a cuestionar, es más, le iban a seguir el juego. La primera en intervenir y avivar el fuego fue Samantha.

- ¿Y desde cuándo estáis juntos? -La pregunta hace que Hugo se atragante con el trozo de pizza que tenía en la boca. El chico carraspea repetidas veces, le da un trago al agua y alza la vista hacia la rubia.

-No estamos juntos. -Aclara él entre dientes, sabe a que estaban jugando y que las acompañantes había escogido bando, esta vez le tocaba jugar solo.

- ¿Entonces sois amigos? -Pregunta Cristina a pesar de que ya sabe la respuesta.

-Sí. -Hugo a estas alturas ya estaba sonrojado totalmente.

-Amigos que follan. -Culmina Ana Julieta. Hugo la iba a matar, no sabía dónde esconderse de la vergüenza que le estaba provocando esta conversación.

La cena transcurre entre comentarios incómodos por parte de las amigas y hermana de la chica contra Hugo. La castaña se lo estaba pasando en grande viendo como el rubio se moría de la vergüenza; era una faceta que le faltaba por conocer de él. La chica no se habría imaginado en la vida que tendría el sentido del ridículo tan elevado y descubrirlo de esa forma le parecía curioso. Le faltaban muchas cosas por conocer aún por él.

Hugo debía marcharse a trabajar así que se levantó del sofá donde estaba charlando ahora más relajadamente con las chicas y se despidió de todas ellas excepto de Ana Julieta a la cual ni si quiera le dijo adiós. Las cuatro chicas ríen observando la situación y cuando el rubio desaparece de su campo visual, la castaña habla.

-Ahora vengo. -Ríe saliendo tras Hugo.

La castaña al abrir la puerta se encuentra con él, esperándola. El rubio sabía iba a salir. De los labios de Hugo nace una sonrisa tierna, al fin y al cabo comenzaba a conocer la forma de actuar de la chica.

-Hugo. -Anaju pone voz de niña pequeña y sus labios se doblegan formándose unos pucheros- ¿Me perdonas? -El chico se ríe al verla así de tierna, era incapaz de creerse que esa chica era la misma mujer con la que se había acostado.

La distancia entre ambos desaparece poco a poco y cuando ya no les separa nada, no dudan en besarse. Es un beso dulce, un beso de perdón y aunque ambos lo quieran negar, un beso que lleva incorporado todos los sentimientos que ambos ni si quiera sabían que tenían por el otro. Cuando se separan, Anaju le da un pico y el chico esboza una sonrisa.

-Guapa. -Hugo halaga a la chica y esta le da otro pico.

-Anda, que eres muy zalamero. Vete que vas a llegar tarde.

-Que conste Ana Julieta, que no me echas, que me voy. -Hugo bromea con la chica y esta rueda los ojos.

-Aro, Aro.

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora