IV

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Hugo no fue consciente en lo que restó de noche que Ana Julieta se iba a marchar cuando él la interceptó a eso de las dos. Porque la realidad fue una muy distinta, la castaña acompañó al rubio hasta el cierre a eso de las 5. Cuando el local estaba ya vacío, ambos seguían dentro, mirándose, taciturnos, observando la extraña situación en la que estaban envueltos. Porque siendo francos, ninguno de los dos se explicaba cómo habían podido mantener una conversación de más de dos minutos sin tirarse los trastos a la cabeza. Tan distintos y tan parecidos. Tan lejos y a la vez tan cerca.

Hugo barría al lado de la barra mientras que de reojo observaba a Ana Julieta dibujar algo en una servilleta que había visto coger hacía cinco minutos. El estruendo del recogedor cayendo al suelo hizo que Anaju se sobresaltara y que Hugo saliera del trance en el que se encontraba mirándola. Él ríe al darse cuenta que se había quedado embobado mirándola dibujar, se pasa la mano por la cabeza y por la mente se le pasa que el cansancio le está jugando una mala pasada.

-Tienes menos arte para barrer-Levanta la cabeza de la servilleta y lo mira.

Él por su parte recoge de nuevo lo que ya había barrido y guarda la escoba y el recogedor en el almacén. Cuando sale de ahí, Hugo lleva puesta una chaqueta negra y un cigarro aguantado en la oreja. Anaju al percatarse que ya es hora de cerrar se levanta cogiendo sus cosas, incluida la servilleta en la que había estado pintarrajeando.

Salen en silencio del local, Ana Julieta vuelve a percatarse del sonido de la campanilla al salir del local, a partir de ahora cada vez que entre o salga de "La Santa" se acordará de que hay una campanilla, ella también achaca estos pensamientos delirantes al cansancio. Dirige su mirada a Hugo, el cual ya se ha encendido el cigarro y suelta una carcajada por lo bajo. Este parece escucharla y le sonríe mientras hecha el humo del cigarro por la boca.

- ¿Vives cerca?-pregunta este dándole una calada.

- ¿No te parece que vas muy rápido Batman?- le contesta Anaju riendo.

- No es por eso gilipollas, era por llevarte si vives lejos.

-No, tranquilo vivo cerca. - Mentira, cerca lo que se dice cerca, no vivía. Pero no se iba a subir a un coche y menos con un desconocido.

-Bueno...Pues la próxima vez que te vea, espero que tengas el cartel listo- Finaliza él dirigiéndose a su coche.

-Dalo por hecho-Le grita dándole la espalda ya.

Hugo conduce por la carretera, luce cansado, su cabello rubio está desordenado y su garganta está seca. Adora su trabajo, adora tener la oportunidad de poder cantar cada noche. Pero el sacrificio es grande. En el bluetooth del coche le salta un mensaje que decide ignorar hasta que llegue a casa.

Hugo al entrar por la puerta lanza las llaves encima de la mesa del salón y se quita los zapatos con el talón del pie dejándolos tirados en medio del salón. Se dirige a tientas a su habitación. Una vez dentro observa el desorden que hay, nota mental, ordenar la casa, está hecha una mierda, su madre lo mataría si viera su casa así. Se tumba en la cama y coge el móvil para ver el mensaje que le había llegado en el coche.

[28/02 5:23] Aurora: Mira, lo siento vale. He sido muy egoísta al no entender que la música es tu vida y que no me puedes anteponer a ella. Es cuestión de que tú puedas compaginar tu trabajo con nuestra relación, sino seguro que no va a funcionar. Lo voy a intentar, una oportunidad más.

[28/02 5:48] Hugo: Aurora, es tarde, mañana si quieres me paso por tu casa y lo hablamos bien, que no creo que sea una situación para hablarla a las seis de la mañana y por móvil. Haz el favor de descansar. ¿Vale?

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora