XVII

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- ¿Estás segura de que no te olvidas nada?-Ana Julieta carga con una mochila a la espalda y de su mano derecha cuelga otra bolsa llena de ropa de su hermana. Cristina había estado casi tres semanas ingresada en el hospital y aún no estaba recuperada del todo, por eso habían decidido que hasta que no estuviera bien del todo, se trasladaría a casa de Anaju a vivir junto a Mai. A la del flequillo no le había importado ya que al haber una habitación sobrante, no había ninguna clase de problema.

- ¿Te he dicho alguna vez que pareces tú la mayor?-Responde Cristina ante la insistencia de la castaña por llevarlo todo a la perfección.

-Debería haberlo sido. Todo hubiera ido mejor. -Anaju le contesta burlona a su hermana y ambas estallan en una carcajada.

Las dos chicas caminan a paso lento debido a que la pierna de Cristina aún está escayolada. Hubiera sido mucho más fácil trasladar las cosas en coche, pero ambas estaban de acuerdo en que no era el mejor momento para subirse a uno. Anaju no se veía capaz de conducir y Cristina después del accidente tampoco estaba muy receptiva ante la idea de volver a subirse a un vehículo. Al llegar al edificio de la castaña suben a duras penas por el ascensor, el cubículo es extremadamente pequeño y para subir dos personas con bolsas resultaba dificultoso.

- ¡Ya estamos aquí! -Anaju saluda entrando por la puerta antes que su hermana, dejando las bolsas en la entrada.

- ¡Ya era hora! ¿Vosotras os creéis que estas son horas de llegar?-La voz de Samantha cala en los tímpanos de la castaña y ríe al verla aparecer por el hall.

- ¿Y qué haces tú por aquí rubia?- Cuestiona Ana Julieta con una sonrisa en la cara. Hacía una semana que no la veía, desde que desapareció de la fiesta más concretamente. De hecho, la rubia no sabía absolutamente nada de lo que pasó, y seguía pasando, porque la castaña llevaba una semana viviendo prácticamente en la cama de Hugo.

-Quedé con Mai ayer para comer en casa, pero como tu llevas desaparecida no sé cuánto, no te enteras de nada chica.

-Uy la de cosas que te tengo que contar. -Dice Ana Julieta dejando el hall para adentrarse en el comedor donde está Maialen poniendo la mesa.

-Sí, sí, la de cosas que te tiene que contar. -Salta Maialen por detrás. -Explícale porque has estado tan desaparecida estos días anda bonica. -La de pamplona continua metiendo cizaña sarcásticamente a lo que sin decir nada, la castaña solo puede reír. A todo esto, Cristina observa la situación un tanto perdida.

- ¿Tu cómo estás Cristiniti? -Pregunta Maialen cambiando radicalmente de tema.

-Mucho mejor, por suerte. Solo falta que me quiten esta mierda -Señala la escayola que le cubre más de la mitad de la pierna-Pero bueno, en una semana está fuera y como nueva.

- ¿Estás lista para convivir con Ana Julieta otra vez? Yo no podría. Santa paciencia la de Maialen. -Pregunta Sam dirigiéndose a Cris. -Qué si mi amor recoge esto, que si por favor cielo quita los pies del sofá...-Imita Samantha a su amiga.

-Bueno convivir poco, porque por casa pasa para comer y ya... -Maialen ríe y mira a la alcañizana la cual tiene ganas de matarla.

-Vamos a ver-Samantha golpea la mesa haciendo que las tres chicas se sobresalten. - ¿Qué me estoy perdiendo? Que no se puede ni comer tranquila en esta casa.

-Nada, que Jujis se está tirando al jugador alemán. -Y saltó la liebre, la de Pamplona al fin consigue decirle lo que quería a la valenciana.

- ¿Ana Julieta estás con un alemán? -Cristina pregunta, más desconcertada que antes.

Samantha estalla en una carcajada y se tira al suelo de la risa. La alcañizana se tapa la cara con ambas manos, se está riendo muchísimo.

-No, no me estoy tirando a ningún alemán Cris. -Le aclara la castaña-Son estas que le llaman así porque es rubio.

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora