Luces de neón || Anahug

XXXII

Un pañuelo venda los ojos del rubio el cual tiene cero idea de lo que su novia pretende conseguir. La chica lo guía escaleras abajo, dirigiéndose fuera de su edificio. Debido a la diferencia de altura, ambos caminan a trompicones ya que Anaju no logra guiarlo bien del todo.

-Amor no hace falta que me secuestres ya sé que me adoras. -Hugo habla burlón y la chica le pone la zancadilla. - ¡Oye eso es trampa! Que no veo, juegas con ventaja. -Se queja el rubio.

-La primera y última vez que te preparo una sorpresa, te quejas por todo. -Habla molesta la castaña.

Ambos continúan caminando y se paran frente al coche de Anaju que está aparcado a dos calles. Meses después de que conociera a Hugo, fue capaz de coger el coche por ella misma, aunque el rubio no pudiera verlo debido a su distanciamiento, estaba segura de que se sentiría orgullosa de ella. Anaju le quita la venda de los ojos y el rubio abre la boca en forma de sorpresa.

-Cielo, tu coche es precioso pero ya lo había visto antes. A eso no se le puede llamar sorpresa. -La mira sarcástico, la está sacando de quicio, lo sabe y le encanta.

- ¿Vas a dejar de vacilarme y te vas a subir al puto coche? -Anaju se encara al rubio y baja el tono de voz, su vista pasa intermitentemente de sus ojos a sus labios.

Hugo la mira pícaro, adora su lado dominante, adora que se pique por esas tonterías. Durante el medio año que llevaban juntos no habían dejado que las peleas los alejaran, discutían a diario por cualquier cosa, pero no podían estar más de una hora sin hablarse, siempre acababa yendo uno de los dos, al que primero se le pasara el enfado y echara antes de menos los besos del otro.

Hugo besa fugazmente a Anaju y cuando se separan se sube al coche, a través de la ventanilla logra ver a Ana Julieta guiñándole un ojo y él le sonríe como un tonto, era tan increíble esa chica.

- ¿Me vas a decir ya dónde vamos? -Hugo pone ojos de corderito degollado y un puchero asoma por sus labios.

- ¿Ahora si quieres saberlo? -Chasquea la lengua. -Abre la guantera y saca el sobre que hay.

-A sus órdenes jefa. -Hugo hace caso a la castaña y saca de la guantera un sobre naranja, su color favorito. Pequeños detalles que hacían que el rubio estuviera a los pies de su novia.

Saca una hoja de papel donde se puede leer.

Raíces

Vale por un viaje a Córdoba.

Hugo la mira sorprendido, con los ojos extremadamente abiertos y con una sonrisa que le llega de oreja a oreja. No se lo creía, llevaba sin ver a su familia casi un año, el trabajo le dejaba poco tiempo libre, bien lo sabía Anaju y por eso convenció a Rafa para que lo dejara librar unos cuantos días en "La Santa". Con la llegada del verano, el trabajo había subido y estaba un tanto agobiado, así que decidió prepararle la sorpresa. Con la ayuda de Rafa consiguió hablar con la madre del chico y ella ya sabía que iban hacia allí.

Hugo coge de la cara a Anaju y la atrae hacia él con una efusividad tremenda, sus lenguas chocan en el mismo momento que lo hacen sus labios, no lograban cansarse el uno del otro, eran insaciables; cuando creían no poder amarse más, uno de los dos encontraba un motivo para hacerlo más intensamente. Anaju agarra suavemente la barbilla del chico y cuando se van a separar, la castaña sonríe contra sus labios. Le hacía tan feliz su felicidad.

-Te amo tanto. -Sus ojos nácar brillaban, siempre lo hacían cuando se trataba de ella.

-Yo también te amo Hugo, me haces muy feliz. Gracias por aparecer en mi vida. -Dice sincera la chica. Durante esos meses juntos, la castaña había aprendido a gestionar sus sentimientos y aprender a expresarlos. Al principio era reacia a las excesivas muestras de cariño de él, no estaba acostumbrada a que alguien estuviera encima suyo tan seguido, con Marc no había sido así. Le costó acostumbrarse, pero cuando lo consiguió, resultó ser ella la cariñosa de los dos, la que necesitaba de él casi todo el rato. -Y ahora vámonos que tu madre me va a matar. -La castaña arranca el coche y comienza el trayecto.

- ¿Has hablado con mi madre? -Cuestiona el rubio sorprendido. -Espera. ¿Cómo coño nos vamos a Córdoba si voy con lo puesto?

-Amor, no conoces a tu novia eh. Tienes una maleta preciosa en el maletero que yo misma te preparé con mis manitas mientras dormías cual cerdo con asma en mi cama. -Habla irónica la chica. Hugo ríe ante el comentario y vuelve la vista hacia la carretera.

-Es que eres la más lista de todas.

- ¿Lo soy?

-Lo eres-Reafirma Hugo mirándola conducir.

-Cielo pon música un ratito. -Sugiere la castaña sin apartar la vista de la carretera.

Y ahora contamos con el single de Pol Granch y Natalia Lacunza "En llamas". El chico sube la voz y comienza a tararear la canción, la tenía en bucle desde hacía semanas.

-Dime que me quieres y te quiero más

A veces me entretienes y me quedo atrás. -Le canta directamente a Anaju.

Esa canción era la descripción de su relación. Podían tener subidas y bajadas, podían discutir cien veces en un día, pudieron tardar un año en conseguir estar juntos. Pero si se trataba de querer, siempre conseguían superarse.