XXVI

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Poned to build a home de fondo y disfrutad

Habían pasado dos semanas desde que Hugo y Anaju durmieron en el suelo de "La Santa". Ambos habían sabido mantener esa amistad que pactaron a pesar de la flaqueza que tuvo el rubio pidiendo besarla. Ninguna situación parecida a esa se había dado y la castaña se lo agradecía ya que ella estaba iniciando una relación con Adri. Todos los esfuerzos del moreno habían surgido efecto y Anaju se auto convencía de que Adri era la persona correcta para comenzar algo serio. Se habían estado viendo y lo atento que era y lo fácil que le había puesto las cosas, le había llevado a ser su pareja.

Hugo por su parte, estaba al tanto de lo que ocurría y de que su tiempo había pasado. Anaju para él era como un cometa que pasaba cada cien años, era algo que solo le iba a pasar una vez en la vida. Solo sus ojos eran capaces de cautivarle, solo sus labios le pedían a gritos que los besara. Pero ni esos ojos, ni esos labios le pertenecían.

Los dos se encontraban en la habitación de Anaju, ambos habían decidido pasar la tarde juntos, llevaban días sin verse y lo necesitaban.

-Te voy a enseñar me iré -Anaju le explica mientras saca su ukelele de la funda.

- ¿Es la de la melodía que me enseñaste? -Hugo se reposa en el cabezal de la cama.

-Ahá. -Confirma la chica. -Ahora sh que me tengo que concentrar.

-Lo que tú digas reina.

Los primeros acordes suenan y la habitación se llena de magia.

Ha pasado poco pero ha pasado

Lo nítido de ayer ahora es nublado

Esos versos que repetía una y otra vez ahora ya tenía continuación y Hugo estaba deseando escucharla.

Y sé quién eres, aunque te haya olvidado

Miradas furtivas, besos robados

Guarda las distancias ten cuidado

Benditos besos, como los echaba de menos

Tranquilo

Solo estoy de paso

Y me iré, me iré, me iré

To mi tiempo fue pa ti

Y me iré pero tal vez

Hace tiempo que me fui

Hugo en ese momento le habría gritado que no se fuera por nada del mundo.

Todos tus grises se vuelven opacos

Ya no tienes luz y me vas arrastrando

Tranquilo, solo estoy llorando

Tapé mi cara una y tantas veces

No miro por mí, me toca ser fuerte

Me está consumiendo voy quedando inerte

Mi dueño inconsciente.

-Wow. -Hugo estaba embelesado con ella, la letra le había transportado a su historia. -Solo hay una cosa que no me gusta.

- ¿Cuál? -Pregunta Anaju dejando a un lado el ukelele.

-El título, me iré suena muy típico. El titulo tiene que estar acorde con la canción.

- ¿Y cuál sugieres?

-Inconsciente. -El chico la mira y espera una reacción por su parte y cuando Anaju sonríe sabe que le ha gustado la propuesta.

-Si es que eres el mejor. -La chica le da un beso en la mejilla.

-Anaju...

-Dime.

-Sé que lo que estoy a punto de decirte es probablemente lo más egoísta que haya dicho nunca pero tengo que decirlo, necesito quedarme tranquilo conmigo mismo. Siento cosas por ti, sé que quedamos que esto no iba a ir más allá y que nuestra amistad iba por delante de todo pero no he podido evitarlo. No he podido evitar enamorarme de tu voz, de tu cara de recién levantada, de esas pupilas que solo logro ver después de tener sexo contigo, no he podido. Esto es una locura, lo sé. ¿Pero sabes lo que sería una auténtica ida de olla? No intentarlo. Porque aunque seamos los seres más diferentes del puto planeta, encajamos, encajamos como nadie lo había hecho antes. Porque cuando te abrazo sé que todo va a salir bien y porque me he enamorado de ti y no tengo ni puta idea de cómo arreglarlo.

Los ojos de Hugo están brillantes, lagrimas corren por sus mejillas, era demasiado tarde, había llegado tarde. Ana Julieta ya había dicho que si a Adri y ella en esos momentos tenía la certeza de que había tomado la decisión correcta.

-Hugo no puedes hacerme esto. -Ahora la que lloraba era ella. -No lo hagas más difícil.

-Anaju déjame demostrarte todo lo que te puedo dar y él no. Déjame hacerte feliz. -Las manos del rubio agarran con fuerza las de Ana Julieta.

Su última oportunidad estaba sobre la mesa, la tomaba o la dejaba. ¿Sentía algo por él? No lo tenía claro. Hugo era esa montaña rusa de emociones que la había desestabilizado tantas veces en un periodo de tiempo tan corto. La castaña necesitaba calma y era lo único que él no podía darle. No podía funcionar. La vida había repartido la última mano de cartas en esta historia y ella tenía todas las papeletas de perder.

-No puedo Hugo. Necesito que entiendas que tú y yo juntos como pareja no puede ser, nunca funcionaría.

-Eres una cobarde, sabes que soy la única persona que te puede hacer feliz. Pero también sabes que no sería un camino fácil, no te culpo pero por favor no quiero saber más de ti nunca. No puedo ser tu amigo cuando lo único que quiero es besarte todos los días de mi vida. -Hugo sale de la habitación de la chica dejándola sola con su decisión.

Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora