Anaju pasa sus manos por la nuca, echándose agua para refrescarse. Llevaba más de una hora en la fiesta, había pasado más de una hora desde ese abrazo. Ninguno de los presentes hizo referencia a lo que había sucedido cuando la castaña había llegado, como le prometió Samantha esa mañana. El ambiente no era tenso, era demasiado cómodo y quizás ahí estaba el problema; parecía que el tiempo no había pasado. Seguía siendo el mismo Hugo con sus comentarios sarcásticos, con su risa ruidosa y ella no era la misma, ella se había dado cuenta de sus sentimientos, demasiado tarde, pero lo había hecho.
La puerta del baño se abre y Eva aparece sobresaltando a la castaña, la cual finge que ha terminado y se dispone a salir del baño, sabe que si había alguien en esa fiesta capaz de sacarle el tema, esa era Eva. Se lo demostró aquella tarde en casa del rubio. Antes de que Anaju lograra salir, Eva la agarra del brazo impidiéndole el paso.
-Anaju. -Habla la gallega con un tono suave. - ¿Cómo estás? -La pregunta descoloca a la castaña y cierra la puerta sin hacer ruido.
-Bien. -Mentira.
-Anaju, sabes que no. Te llevamos viendo la carita desde que has llegado.
- ¿Por qué iba a estar mal? -Cuestiona la castaña sabiendo que Eva comenzaría a cansarse pronto de su falsa ingenuidad.
-Sabes porque lo digo perfectamente. Bueno, más bien por quién lo digo. Lleváis casi un año sin hablaros, sin ser capaces de coincidir en ningún lado, haciendo que el grupo se sienta mal porque las personas que nos juntaron no son capaces ni de mirarse a la cara. Y ahora que os reencontráis, os abrazáis de esa forma y luego fingís que no han pasado los meses, fingís que todo sigue igual.
-Eva mira, yo hice todo mal con Hugo. No fui capaz de acertar con él ni una puta vez y llevo pagándolo casi un año como tu bien dices. Así que si la situación se ha dado así y él prefiere fingir que no ha pasado nada, lo voy a aprovechar. Porque por primera vez en mi vida voy a ser egoísta, suficiente me he engañado ya.
-Pues eres una egoísta de mierda. -Espeta Eva. -Hugo no se pasó semanas llorando para que vuelvas a joderle la vida. Porque no se lo merece, no se merece sentir algo tan fuerte por alguien que no supo valorarlo a la primera. Porque ahí donde lo ves riendo y haciendo coñas, no iba a ser capaz de venir, prefería quedarse solo a tener que enfrentarte de nuevo. Creo que él ya fue lo suficientemente valiente como para expresar sus sentimientos aquel día. Ahora te toca a ti, se lo merece.
-Y ahí está la Eva de siempre, la Eva defensora del amor y de los sentimientos, intentando controlar como actuamos los demás. Cuando no hay sentimientos implicados, todo es muy fácil, lo puedes ver desde una perspectiva objetiva y todo va perfecto. Pero añádele sentir, añádele el sentir algo tan fuerte que no puedes respirar, sentir que te ahogas en tus propios sentimientos. Pruébalo Eva de verdad, y cuando sientas un cuarto de lo que hemos podido sentir estos meses, vienes a darme lecciones de vida.
-No te alejes de él otra vez, no lo soportará.
Sin contestarle, Anaju sale del baño. Iba a necesitar unos cuantos chupitos de tequila para asimilar las palabras incrustadas en dagas que le había dedicado Eva.
La castaña se acerca a la barra donde el rubio se está preparando una copa. Se sienta en uno de los taburetes y cuando este la ve, se asusta cayéndose al suelo parte de la bebida que llevaba.
-Coño menudo susto me has dado. -Hugo deja la copa en la barra y se lleva la mano al pecho como si le fuera a dar un ataque.
-Que exagerado has sido siempre. -Anaju rueda los ojos y ambos ríen. - ¿Bueno qué? ¿No me vas a poner nada? -Anaju cuestiona risueña
-No te he visto beber en la vida illa.
-Eso no significa que no lo haga. -Rebate la castaña.
-Estas tu mu borde pa llevar tanto tiempo sin verme eh. -Hugo revuelve el pelo de Anaju y esta gruñe. - ¿Qué te pongo?
-Un chupito de tequila para calentar.
-Vas fuerte eh. -Hugo saca dos vasos de debajo de la barra y corta dos rodajas de limón. -Porque no se pierdan las tradiciones.
- ¿Qué tradiciones? Si tú y yo no nos hemos tomado un chupito de tequila en la vida.
-Quizás en esta no, pero estoy seguro de que en otra vida teníamos una tradición con chupitos de tequila y con el limón. Porque nosotros hemos coincidido antes, esos ojos negros no son fáciles de olvidar.
Por esas tradiciones que aún no existen. -Comenta Anaju antes de beber el chupito.
Ambos hacen unas muecas de asco y ríen al ver la cara del otro.
La madrugada pasó rápida y Anaju esa noche no se controló, los chupitos de limón, la llevaron al ron y el ron la llevó a la ginebra; todo esto pasado por unos chupitos de jagger. Al final de la noche Anaju estaba lo suficientemente perjudicada como para perder el equilibrio en diversas ocasiones y decir más tonterías de las que le gustaría admitir. Hugo por otro lado iba bien, no le apetecía beber y mostrar su lado triste, al fin y al cabo el alcohol solo magnificaba lo que ya sentías.
- Señorita ha llegado la hora de irse a casa. - Hugo recoge a Anaju del suelo y en brazos se la lleva.
- ¡Hugo bájame! ¡Que me bajes! -La chica daba golpes en la espalda del chico que la tenía cogida como un saco de patatas.
-Solo si eres capaz de demostrarme que puedes andar por ti misma. -Reta el rubio.
- ¿Me tomas por gilipollas? -Anaju intenta caminar y cuando lleva menos de diez pasos se tuerce el pie, de no ser por el rubio se hubiera caído.
Llegan al piso de la castaña con dificultades, la chica no había parado de gritarle improperios a Hugo. Él la miraba divertido, nunca se hubiera imaginado que el reencuentro y las ganas de aparentar estar perfectos acabaran con ella borracha por los suelos y él llevándola a casa. La acompaña hasta su habitación, le abre la cama y la intenta meter pero comienza su verborrea.
- ¿Hugo tu sabes lo que es la quinina?
-No lo sé no.
-Yo tampoco lo sabía hasta que lo vi en un documental, no me acuerdo como se llamaba pero ya te lo diré.
El rubio consigue que la castaña se meta en la cama y le da un beso en la frente. Anaju suspira y se siente en el cielo.
-Te quiero. -Espeta Anaju. -Quédate.
-No me quieres, estas borracha que es diferente. -Dice Hugo bajito. -Y no me voy a quedar porque mañana seguramente te arrepientas.
-Te quiero. -Repite Anaju. -Por favor quédate, no te vayas otra vez. -Las palabras de la chica suenan a súplica y le encantaría quedarse, pero sabe que estaba bajo los efectos del alcohol.
-Hoy no, si mañana te sigue apeteciendo que me quede, no me vuelvo a ir de tu lado nunca más. -Habla Hugo con la certeza de que al día siguiente no recordará nada.
-Solo te voy a decir una cosa Hugo Cobo, ni los borrachos, ni los niños mienten.

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Luces de neón || Anahug
FanfictionLa función ha terminado y las luces de neón se han apagado, los aplausos han cedido y ella ya se encuentra entre bambalinas. Sola con sus pensamientos. El silencio habla más de lo que le gustaría en estos momentos y por eso decide que la música será...