🍴 VIII: Cette femme mystérieuse

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[APN]

• 14:00 pm •

Light se había ofrecido a llevarle ropa a su padre, y en el camino intentó llamarlo en vano. Al llegar al edificio vio a una misteriosa mujer de negro hablando con uno de los guardias de la recepción.

– Te lo ruego. Necesito hablar directamente con alguien del cuartel de investigaciones –pidió aquella.

– Como le decía, no hay nadie en el edificio que esté trabajando en la investigación de Kira.

«¿Nadie en los cuarteles? El teléfono de papá está apagado... ¿Qué está pasando?», pensó confuso.

– ¿Hay alguna forma de contactarlos? Es algo importante relacionado con el caso Kira.

«¿Para el caso Kira?», pensó con sorpresa.

[Lille, Francia]

• 07:00 am •

Tn estiró el brazo para pausar la alarma de su despertador, soltó un quejido y giró, restregando sus ojos; se incorporó y se estiró, mientras bostezaba.

– Zut... –murmuró.

Suspiró y se levantó, colocándose su bata negra y pantuflas blancas; arregló la cama y se dirigió al baño de su cuarto para lavarse el rostro. Bajó a la cocina y comenzó a preparar el desayuno mientras bebía una taza de té Earl Gray.

Al tener todo listo, preparó una taza de té y se dirigió al cuarto de su hijo; se acercó a la cama, dejó la pequeña taza con su plato sobre la mesa de noche y acarició el cabello del niño.

– Bebé...hora de despertar.

– Ngh... –giró.– No quiero...

– Vamos –rió.– Te preparé un plato de avena.

El pequeño abrió un ojo, mirando a su madre.

– ¿Con fresas?

– Sí, como te gustan.

– ... –sonrió, abriendo ambos ojos.– Está bien.

La castaña rió y besó su frente.

– Tomate el té para entrar en calor, te espero en el comedor.

– Sí, mamá.

Tn sonrió y se retiró, regresando a la cocina para preparar todo el desayuno en el comedor.

Cyril se estiró y tomó la taza de té para beberlo. Al terminar, se levantó, se colocó una bata azul y unas pantuflas blancas y bajó al comedor. Sobre la mesa vio dos tazas, una de leche caliente para él y una de café para su madre, croissants dulces y salados, tostadas, mermelada de fresa, miel, un plato de avena con trozos de fresas para él, y dos vasos con jugo de naranja recién exprimido. Sonrió, sintiendo como su apetito despertaba; corrió a su silla y se sentó.

– Toma tu leche antes de que se enfríe.

– Sí, mamá –bebió y tomó un croissant.

El pequeño comenzó a comer animadamente, amaba la cocina de su madre. La castaña rió, comenzando a desayunar también.

[Tokyo, Japón]

– Duscúlpenme por haberlos interrogado de esa manera a cada uno de ustedes –se disculpó L.– Kira no está entre nosotros.

Noir 🍴 L LawlietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora