sanar ; bnet.

dieciséis.

16.

Mia.

caminaba agarrada de la mano de Javier, mientras mis amigos caminaban detrás de nosotros, buscábamos un lugar donde sentarnos, nos movíamos entre las personas hasta dar con una mesa casi vacía, había un morocho que una que otra vez me pareció ver en el quinto, el pibe contra el que compitió Ginés y dtoke, vaya conjunto.

—dto, tanto sin ver man. —decía Mauro saludándolo.

—Mónzon hasta que te dejas ver —dijo palmeando espalda —Mia que gusto verte de nuevo. —me saludó.

—gracias dto, igualmente. —respondí amablemente.

—felicidades capo, te lo merecías. —le decía dtoke a Javier.

—gracias, de verda'. —respondió.

—mirá Mia, él es trueno. —me decía Mauro.

el morocho se levantó, cargaba una sonrisa que podría decir yo que estaba cargada de un ligero coqueteo, y se acercó a mí y me saludó dejando un beso en mi mejilla, o yo estaba equivocada o el morocho estaba coqueteando conmigo de alguna manera.

—un gusto, Mateo Palacios. —dijo sonriendo.

—Mia Mónzon. —respondí.

—¿y vos sos prima del lit? no sabia de ti —preguntaba el morocho.

—sí, lo que pasa es que Mauro se retiró y eso. —respondí.

—debería traerte más el Mauro. —decía mientras tomaba mi mano, y Javier que estaba a mi lado y aún agarrado de mi mano, me jaló ligeramente mientras veía a Mateo.

—de hecho vine con Javier, no con Mauro. —dije mientras se acercaba más a Javier.

el morocho alzó sus cejas como entendiendo mi mensaje y luego rió y negó con la cabeza.

—ya voy entendiendo, perdón ahí wacho. —dijo palmeando el brazo de Javier y volviendo a su lugar.

—Mia, será que podemos hablar —dijo Mauro y yo asentí—vení, vamos por algo de tomar. —dijo pasando su brazo por mis hombros y caminando hacia la barra.

—¿qué pasa? —dije viéndolo.

—¿estás de novia con bnet? —inquirió.

—no, no somos novios. —respondí mientras movía mi bebida.

—¿entonce? —dijo alzando su ceja esperando que diga algo más.

—no sé Mauro, es un buen pibe o eso pinta, estos meses no ha hecho más que cuidarme y ver que esté bien. —dije.

—sabés que hago todo esto por miedo, no tengo que decirte miedo de qué, dudo que Javier sea capaz de ponerte una mano encima, pero el miedo está. —decía mientras tomaba mi mano.

—yo también tengo miedo boludo, pero que si sigo con miedo y dejar que el pelotudo de Ulises me impida ser feliz aún teniéndolo lejos, no se vale.

—está bien, confío en vos, confío en él, si llegan a dar las cosas solo procura ser feliz ¿sí? —dijo con una sonrisa en su rostro y yo lo abracé.

volvimos a la mesa y me posicioné al lado de Javier, rodeó mi cuerpo con sus brazos y yo recosté mi cabeza en su pecho.

—me gusta tenerte cerca, así puedo apreciarte mejor. —decía mientras rozaba nuestras narices.

—con poca luz es un tanto imposible. —dije mientras pasaba mi dedo pulgar por su mejilla y él esbozó una sonrisa.

—tengo tu cara tatuada en mi mente, que hasta en la zona más oscura puedo definirla. —dijo besando mi mejilla.

—no sabía que pudieras ser tan romántico, siendo un pibe tan inexpresivo. —hablaba mientras nos tambaleabámos al ritmo de la música.

—lo soy contigo, porque es con la única persona que me nace serlo, Mia —hablaba cerca de mí oído debido a la música, y tengo que admitir sentir que su acento y su voz tan cerca me erizaron los vellos del cuerpo— es irónico, porque aunque no eres un objeto, quiero que seas mía-decía mientras movía su cara verme a los ojos y después dejar un tenue beso en mi frente— y por si no ha quedado claro, quiero que seas mi novia.

la pequeña Mia de mi interior estaba saltando y aplaudiendo como estúpida, mientras que yo por fuera trataba de mantener la compostura.

—pues yo quiero que vos seas mío —dije sonriendo— eso deja clara mi respuesta.

sonrió nuevamente y tomó mi rostro entre sus manos para dejar un beso largo y profundo sobre mis labios.

—quiero sanar todas las heridas de tu pasado. -dicho esto me acercó más a él y por un momento me sentí segura estando ahí, entre sus brazos.