veintiuno.

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21.

Mia.

tomé a Javier de la mano y caminamos hasta mi pieza, sabía que lloraría y no quería que los Ginés me vean ese estado, se sentó en el borde la cama y yo igual. Veía directamente hacia el suelo porque contar esto me apenaba, pero necesitaba serle sincera y sacar eso de mí de alguna forma, se siente como una lanza clavada en la panza.

—no tienes que hacerlo Mia, de verdad, si te hace mal déjalo así. —decía mientras ponía su mano en mi rodilla.

—es necesario que lo sepas —dije sin apartar mi vista del suelo.— mi ex novio se llama Ulises, era amigo de Mauro así que ahí nos conocimos, empezamos a salir y en el proceso de llegar a ser novios, jamás dio indicios de lo que realmente es, todo empezó a los cuatro meses de relación, un día que acompañé a Mauro a una competencia y desde que empezamos nuestra relación a él no le gustaba mucho mi relación con los pibes, decía que no se podía ser tan apegado a una mina sin buscar nada a cambio, esa vez iba camino a casa y él quiso que nos viéramos por ahí, así que accedí, y en cuanto llegué me jaló del brazo y me reclamó y me dijo que si yo me había besado con alguien con alguno de los pibes y le dije la verdad, que no lo había hecho, entonces él me gritó que era una puta mentirosa. —dije para después tragar grueso.

—joder, es que es un imbécil. —espetó frustrado.

—luego de un tiempo me pidió que me fuera vivir con él, y yo nuevamente de estúpida accedí, mis papás se molestaron porque como era posible que alguien de diecisiete se vaya a vivir con alguien de veinte años, pero eran cosas que yo no veía.

dije mientras jugaba con mis uñas y él asentía.

—y bueno, fue ahí cuando me hacía dramas cada vez que me veía con ellos, o iba con Mauro, cada vez los jalones eran más fuertes, iba dejando marcas, mis papás me decían que no les gustaba ese tipo para mí, pero yo estaba enamorada y estúpidamente no veía las cosas, un día fui a una de las tantas batallas y andaba duki, ya cuando Ezequiel era más famoso y reconocido —dije llamando a duki por su segundo nombre— y bueno, lo conocemos desde antes de toda su fama así que estuvimos con él porque al final somos amigos.

flashback.

"—che Mia, que gusto verte beba. —me saludaba duki alegremente.

—ya hace un rato que no te veíamos. —dije sonriendo.

—ya sé, siento que los tengo re abandonados, perdóname —decía mientras pasaba su brazo por mis hombros— pero te veo muy delgada nena, sé que no me debería de importar pero te veo muy delgada ¿si estás comiendo bien? Sabés que si tenés alguna necesidad yo estoy para ayudarte.

y no, no estaba comiendo bien porque no tenía apetito, porque estaba cansada de pelear con mi novio y de sus celos y cosas tóxicas que no quería más que dormir para escapar de la realidad.

—Mia, ¿qué son éstas marcas que tenés? —dijo tocando mi brazo y yo rápidamente me alejé.

—nada, nada. —respondí temerosa, el asintió aunque no se veía muy seguro. La batalla siguió y ya era hora de volver a mi casa.

—Wacho ¿será que puedes pasar dejando a Mia ya que andas en carro? ya es tarde y no me gusta que Marena ande en taxis sola a esta hora. —le decía Mauro a duki.

—sabés que sí lit, yo te llevo a tu princesa a casa para que llegue segura. —dijo sonriendo y dándome un abrazo.

—bueno y cuidadito gil —le dijo señalado con el dedo— aunque bueno, preferiría que esté con vos a qué este con el pelotudo que tiene ahorita.

me despedí de mis amigos y primo y subí al auto de Mauro, yo había quedado con Ulises de que lo pasaría a ver después del evento.

—me dejas acá —dije señalando el edificio.

—ésta no es tu casa Mia, no, te llevaré a casa de tus viejos—respondió.

—che Ezequiel anda, yo vivo con Ulises desde hace ya un rato. —dije viéndolo y detuvo el auto.

—mirá Marena, no sos familia mía pero te he visto desde pendeja, te conozco y algo anda mal, y me huele que esto es culpa del pelotudo de Ulises, sos una mina preciosa cómo para seguir con él, y no te lo digo por chamuyero, es la posta, si ese hijo de puta te pone una mano encima yo mismo, escúchame yo mismo —dijo tomando mi barbilla con su mano para alzar mi vista— le rompo la cara a ese imbécil.

—lo sé, gracias por traerme y por todo, te quiero mucho. —dije abrazándolo."

—y entonces entré al departamento, y se vino como un animal, abusó de mí sexualmente como lo venía haciendo desde meses atrás, me pegó cosa que había empezado hacer pero esa vez parecía querer matarme, me decía que era para que aprendiera a —me quedé en silencio porque se me cortó la voz debido al nudo que tenía, cerré mis ojos y un par de lágrimas bajaron por mis mejillas— para que aprendiera a tener un solo hombre— yo había buscado ayuda en mis papás antes de ese día pero me dieron la espalda y decían que yo ya no era su hija.

flashback.

"—por favor detente Ulises —dije llorando— te juro que no hice nada con Ezequiel. —hablaba mientras me golpeaba.

—tu puta madre no hizo nada con duki, no soy ningún idiota, ya verás lo que es un hombre de verdad. —decía mientras se soltaba la faja.

—por favor Ulises no más, detente por lo que más ames. —pero no importó, e hizo lo que hizo. Cuando acabó se tumbó a mi lado y cuando creí que había acabado el infierno, pasó un detalle que encendió las llamas de Satán.

mi teléfono se encendió y dejó ver varios mensajes de Ezequiel.

Duko.💙
es posta lo q te dije en el auto
estás a tiempo reina si querés dejarlo llámame y voy por vos
sabes que te re quiero y me preocupo por tu bienestar"

—Ulises leyó los mensajes y desató la furia de Satanás. Se levantó de la cama y no dudó en tomarme del pelo y pegarme como la bestia que es, dejándome en la mierda, me pateó, me trató de la peor forma que te puedas imaginar, y sacó una cuchilla e hizo un par de cortes en mis brazos diciendo que eran marcas de que yo era suya, cuando acabó se vistió y se fue a una ranchada con sus amigos —nuevamente tomé aire para seguir hablando—  y entonces llamé a Ezequiel, y le rogué que fuera por mí, a como pude me vestí, no podía ponerme de pie, Ezequiel llegó al departamento y me cargó para llevarme a su auto y me llevó al hospital y llamó a los pibes, llegaron mis tíos, los viejos de Mauro, y me internaron durante unas dos semanas, me dieron de alta y me fui a vivir con mis tíos. —en cuanto terminé de contar me sentí apenada, me sentí vulnerable e indefensa, me sentí expuesta aunque sabía que tenía que hacerlo, ahora temía de saber que reacción tendría Javier al saber mi historia.

sanar ; bnet. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora