diecisiete.

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17.

Mia.

íbamos en una furgo camino a casa, iba recostada a Javier y sentía mis ojos cerrarse, estaba demasiado cansada, necesitaba dormir.

—Mia, despierta. —escuché la voz de Ginés y yo abrí mis ojos con lentitud para tratar de adaptarme a la luz.

—despierta a Javier, yo bajaré las valijas —dijo saliendo de la camioneta.

—hey —dije moviéndolo un poco— Javi, despierta. —dije moviéndolo.

—pa' la otra mejor me das un beso. —dijo riendo y abriendo sus ojos. Sonreí y bajamos de la furgo.

tomamos nuestras valijas y entramos en la casa de Sergio, donde nos quedaríamos durante dos días.

—yo me iré a dormir, mañana viene mi novia y viene temprano. —se despidió Sergio y fue a su habitación.

habían dos habitaciones disponibles aparte de la de Sergio, tendríamos que dividirnos.

—yo digo que los tortolitos duerman juntos. —decía Ginés.

—¡no! —salté inmediatamente y Javier me miró confundido, al igual que mis amigos españoles.

—será mejor que duerma con nosotros, te la robamos wacho. —le decía Valen a Javier y él asintió.

—¿Argentinos en una habitación y españoles en otra? —inquirió Chemi y nosotros asentimos.

dejé mi valija en la pieza y fui a darme una ducha para poder dormir, en el camino vuelta a la habitación me encontré a Javier.

—¿hice algo que no te gustó? —preguntó tomando mi mano.

—no, es solo que agh —solté un suspiro cansado— es complicado. —dije viendo hacia el suelo.

—oye, sabes que estoy para escucharte —tomó mi barbilla con su mano delicadamente para que lo mire a los ojos.

—lo sé, gracias por eso, pero no es un tema del que quiera hablar ahora, mejor anda a descansar, que fue un día muy largo y el campeón necesita dormir. —dije sonriendo.

—bueno, descansa preciosa, si necesitas algo estoy en la habitación de al lao' —dijo dándome un beso corto y yéndose a su habitación, yo abrí la puerta y me acosté al lado de Mauro.

—¿estás bien? —preguntó mi primo.

—sí, tranquilo. —respondí mientras me acurrucaba en mi campo.

"estaba dormida cuando sentí una mano recorrer mi pierna, rápidamente abrí mis ojos y me encontré con él, su aliento no dejaba dudar que se encontraba en estado etílico. Puse mi mano en su rostro para alejarlo de mío.

—ahora te hacés la difícil Marena, no te sale, gorda. —decía mientras buscaba que nuestros rostros quedaran de frente nuevamente.

—no me jodas Ulises y ya busca dormir, debes estar cansando de la joda que te pegaste ¿no? —dije viéndolo.

—a mí no me hagas reclamos reina, si vos vivís conmigo en mi departamento, seguís mis reglas y se hace lo que yo diga. —decía mientras metía su mano debajo de mi blusa.

intenté apartarlo porque en definitiva no quería hacer nada, y esto era así desde hace un tiempo, pero él hacía caso omiso a lo que yo decía. Nuevamente, aquí íbamos, sufrir el mismo infierno."

me desperté después de ese sueño, sudando y con lágrimas en mis ojos, giré a los lados y los muchachos seguían dormidos, pasé mis manos por mi cabello tratando de tranquilizarme, pero no podía, sentía la presión en mi pecho y como el aire parecía estar disminuyendo para mí, a como pude caminé hasta la puerta y salí de la habitación, hice ruido cuando pegué mi cuerpo contra la pared. La puerta de la otra habitación se abrió y salió Ginés.

—joder ¿Mia estás bien? —preguntó asustado al verme sudando— bien, iremos afuera.

me tomó de las piernas y me alzó, me asusté ante su acción pero sabía que no me haría nada malo, salimos al patio trasero y me sentó en una de las sillas que había.

—inhala, exhala —decía tomando mis manos y yo hacía lo que él me indicaba— fue solo un sueño ¿sí? estás segura, estás en España, yo estoy aquí, los chavales están aquí, todos estamos aquí y no dejaremos que te hagan daño ¿vale? —yo simplemente asentía a lo que él decía— no quiero ejercer presión, pero deberías contarselo por completo a Javi, el chaval se preocupa por ti.

—trataré. —respondí.

—anda guapa, vamos que mereces y necesitas descansar —dijo tomando mi mano y yendo hacia la habitación.

sanar ; bnet. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora