JUEGO DE GEMELOS

Parte 1

Gu Jun Pyo era el integrante de un grupo de muchachos llamados los F4 quienes eran los mas ricos, carismáticos y tambien los mas abominablemente atractivos de el instituto Shin-hwa y al parecer de toda Korea. Comprometido con la estudiante de secundaria Geum Jan Di, después de una terrible disputa con su madre quien finalmente accedió a que se casaran por miedo a perder a su único hijo, Jun Pyo parecía encarnar todos los sueños que cualquier mujer tenía de llegar a ser acaudalada.

Uno de los integrantes de F4 era Yoon Ji Hoo, un chico bastante apuesto de cabellos cobrizos y personalidad retraída, aunque eso no impedía que los restantes miembros del grupo no lo apreciaran. Solía permanecer solo, simplemente adelantando, a pesar de su evidente juventud, estudios de medicina dentro del instituto para emular a su querido abuelo, cuyo legado pensaba seguir hasta donde todo él lo permitiera.

Despues seguia So Yi Jeong el casanova y mujeriego del grupo, al que muchas de las chicas de la secundaria querían echar mano, sin saber realmente que su corazon estaba mas que congelado, o lo estuvo hasta que una chica llamada Chu Ga Eul llegó a su vida para ponerla de cabeza con su inocencia y amor.

Y por ultimo Song Woo Bin quien era el mas franco, playboy y mejor peleador que alguna vez vio la historia de Korea, alguien abierto y sincero que no tenía miedo de nada, quizá solo de perder a sus grandes amigos que aprendieron a aceptar su procedencia sin hacer preguntas ni hacerle sentir incómodo.

¿Cual es el propósito de este recuento que muchos de los lectores de esta historia ya saben? Bien, había algo que Yoon Ji Hoo no sabía y era que cuando su madre dio a luz no lo tuvo solo a él.

Por algún motivo que nadie sino la misma implicada tuvo, uno de los bebés fue secuestrando al nacer y dado en adopción a unos padres.

Pero de eso vamos a hablar mas adelante, por lo pronto ponemos en contexto a la otra cara de la moneda.

Oh Ha Ni era la chica mas torpe, inconsciente, y nefasta que la escuela pudiera tener entre sus filas, no por nada continuaba en la clase F a pesar de que se prometía a si misma una y otra vez que eso iba a cambiar. Estaba enamorada sin remedio de la estrella cerebro de su escuela Baek Seung Jo, quien seguramente tampoco sabia que ella existía.

Aunque, recordaba en innumerables veces, quizá si conocía a la chica que se la pasaba mordiéndose los labios y halandose con desesperación el cabello, seguramente si sabía quién era ella desde esos días antes cuando, inútilmente creyó que confesando su amor en una carta romántica, Seung Jo conocería de su existencia y seguramente acabarían casados, pero no era así.

Él apenas notó su rostro, lo único que sacó a colación fue su terrible falta de ortografía. ¿Cómo podría alguien hacer algo así? Bueno, él podía permitírselo, no por nada era la estrella estudiantil de la escuela y cualquier cosa que él hiciera, fuera mala o buena, era alabada como obra maestra.

Baek Seung Jo era el hijo pródigo de la familia Baek, siempre trayendo honor y los primeros lugares en las competiciones nacionales e internacionales, los profesores siempre utilizaban su prodigiosa inteligencia (sin saber realmente qué se trataba de un caso bastante poderoso de memoria fotográfica) para dejar en alto el nombre de la escuela.

Baek Geum Hee era una mujer feliz, después de todo tener un hijo como Seung Jo, aunque aburrido porque en ocasiones ni siquiera le hablaba, era algo para estar orgullosa, aunque en ocasiones sentía como si realmente no tuviera ninguna conexión con su hijo, lo amaba igual que a su hijo menor Eun Jo, pero no estaba segura de qué era lo que no terminaba de encajar con su mayor, incluso cuando se lo trajeron de la unidad de cuidados intensivos pensaba que no se parecía en nada al hija que pensó que tendría, pero ella no era nadie para cambiar los designios del destino, fue premiada con un hijo de gran inteligencia y años después con otro quienes aunque le decían madre, a veces ni siquiera le hablaban. .