capítulo uno.

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Wonwoo creyó que pasó lo más difícil cuando pudo apenas pudo sobrevivir a los primeros años de preparatoria, y en realidad lo más difícil era ser el hermano del chico más popular e inteligente de la escuela. Desde el punto de vista de otra persona sería asombroso tener un hermano mayor que lo guíe y ayude, pero para él apestaba tener a un hermano presumido y prejuicioso como Chanwoo.

Wonwoo era el típico marginado, sin amigos y poco conocimiento en la escuela, se ganaba golpes porque sí y su desempeño al estudio era horrible. En cambio Chanwoo era quien nació con todos los dotes habidos y por haber en el mundo, repleto de amigos, el más famoso en todos los sentidos, consentido de los maestros y desempeño escolar impecable e inalcanzable.

A veces pensaba que era imposible que compartieran la misma sangre porque era irreal que una persona fuera tan perfecta, incluso lo era dentro de su familia. Chanwoo era quien se llevaba los halagos, felicitaciones, premios y cosas que pudieran llevar su ego más allá de lo que se pudiera imaginar. Wonwoo solo interpretaba el papel de mal hijo, la oveja negra de la familia, el que no hacía nada. O como siempre decían "la sombra de Chanwoo. "

¡Wonwoo! ¡Llegarás tarde!

Su madre lo llamaba desde la planta baja. Wonwoo sin mucho más que mirar en el espejo tomó su mochila y bajó. Se había levantado tarde como para desayunar y eso le molestaba a su progenitora.

—Otra vez sin comer. ¿No podrías preocuparte un poquito más por tu salud? No quisiera que me llamen porque te has descompuesto o algo. —había un poco de molestia en el tono de voz que usaba, pero no podía decir nada en su contra porque a fin de cuentas tenía razón.

—Lo siento, mamá. Intentaré levantarme más temprano la próxima vez. —él con su vista fija en el suelo se inclinó ante ella. —Me iré primero.

—Cumple tus palabras, Wonwoo. —ella suspiró levemente. —Dile a tu hermano qu-

Eso fue lo último que escuchó antes de que cerrara la puerta principal y desapareciera entre las calles. Realmente no tenía una buena relación con su madre, es como si hubiera una distancia que no les permitía ser lo mismo que Chanwoo y ella. Habrá sido una decepción para sus padres tenerlo, aunque no se lo hayan dicho él más de una vez sintió que era así.

Su camino a la escuela siempre fue solitario, no iba en compañía como los demás estudiantes y tampoco le sorprendía, es más, estaba acostumbrado a que se alejaran como si el fuera un bicho raro o algo similar. Pero no le importaba, aprendió a permanecer solo, de ese modo también se ahorraba tener que entablar conversación con alguien. No era bueno en ello.

No pasaron más de diez minutos que tuvo que caminar que ya estaba frente a las puertas del enorme lugar debatiendo en si entrar o esperar hasta la próxima clase para hacerlo. Podía tranquilamente entrar y ser regañado por el profesor, o esperar a la siguiente clase y hacer como si nada hubiera ocurrido. La segunda sin dudarlo era la más conveniente.

Desvió su camino a las escaleras y subió al último piso donde se encontraba la azotea libre. Sacando su libro que hace menos de una semana comenzó, se sentó en el suelo donde la sombra lo cubría y prosiguió con la lectura que ayer había dejado a medias. Si bien Wonwoo no demostraba ser de los chicos que le gustaba leer y les interesaba el drama, ¿qué más se podría esperar de él?

El libro se trataba de un desamor fatal, donde la chica padecía una enfermedad terminal y su meta para el último mes de vida era que realmente pudiera enamorarse. O más bien, que ella se enamorara sin que la otra persona lo hiciera porque no podría dejar el mundo con el pesar de que esa persona esté sufriendo por ella. En fin, un buen libro.

La hora correspondiente pasó y el timbre del receso sonó. Wonwoo guardó sus cosas y suspirando se encaminó hacia la puerta para bajar al comedor. Las miradas no fueron tantas, entonces no se preocupaba. Siguió su rumbo hacia el patio ya que no tenía ganas de comer y sentado en un banco esperó hasta que el timbre tocase nuevamente.

¡Hey, Wonwoo!

Su nombre fue pronunciado y entonces levantó la mirada donde lo llamaban, acción que microsegundos después se arrepintió.

—¿Se te ofrece algo? —helado como un témpano, Wonwoo preguntó.

—Mamá me dijo que no comiste, y ahora te salteaste el almuerzo. ¿Qué juego de llamar la atención es este? —los amigos que venían junto a Chanwoo rieron. Y aunque no lo estuviera viendo a la cara sentía como también tenía una sonrisa de burla en sus labios.

—Yo no quiero llamar nada. Tu mejor ocúpate de tus cosas y no vengas a hacer el papel de hermano mayor conmigo. —Wonwoo respondió sin sentir alguna pizca de temor, contrario de sus piernas que flaqueaban nerviosas. Chanwoo se quedó sorprendido por cómo le había hablado su hermano, se sorprendió más cuando el chico pasó de él chocando su hombro. Sin embargo, todo el mundo sabía que Chanwoo no se quedaría callado.

—¿Qué es ese rencor en tus palabras? —dijo lo suficientemente alto, más personas además de su grupo de amigos lo habrán escuchado. Wonwoo detuvo su andar. —¿No te gusta que actúe como tu hermano mayor?

—Cree lo que quieras, no me importa. —Wonwoo gritó de la misma manera sin la necesidad de voltearse, apretaba sus puños con fuerza. —¡Mejor ve a lamerle las botas a los profesores, que es lo que mejor sabes hacer!

El menor continuó caminando, pero alguien venía pisándole los talones. Una mano agarró su hombro y en el momento que lo giró le propinó un buen golpe que lo dejó tirado en el suelo.

—Chicos. —Chanwoo se interpuso en frente de su amigo antes de que este pudiese golpearlo otra vez. Se colocó de cuclillas frente a Wonwoo y como era de esperarse de su boca salieron palabras que le dolían más que cualquier otro golpe. —Pude haberte golpeado yo, pero me ganó. —sonrió amargamente, sin embargo, el pelinegro en el suelo no le encontraba gracia. —Hermanito, mantén tu boca sellada de una vez y no me causes más problemas.

—¿Si tanto soy una molestia para ti porque te tomas el tiempo de acercarte? Hubieras seguido tu maldita rutina de evitarme y los dos estaríamos contentos.

—No hago esto porque quiero, grábatelo de una vez.

Chanwoo tras decir dichas palabras se retiró de allí, abandonándolo en el suelo junto con un grupo de personas a su alrededor que no tardaron en disiparse cuando el espectáculo acabó. Era increíble como ningún profesor se acercó o algún alumno presentó queja, ese bastardo era tan querido por todos que en peleas él era un puto fantasma.

Wonwoo se quedó un rato sentado en el suelo, secando la sangre que de su labio brotaba, hasta que otra vocecilla captó su atención.


—Hola, ¿estás bien?








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una historia que tenían en borrador...

espero que les guste!

kdl-

𝙏𝙍𝙊𝙐𝙑𝘼𝙄𝙇𝙇𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora